Un encierro y el Gran Prix ponen el broche a las fiestas patronales de Olmedo

Una estruendosa traca de fuegos artificiales, que numerosos vecinos pudieron visionar desde el mirador de El Hontanar, puso el broche este martes a las fiestas patronales de Olmedo en honor a San Miguel y San Jerónimo. La jornada del martes se inició a las 11:00 horas con el cuatro y último encierro tradicional al estilo de la villa, en el que se soltaron cuatro novillos utreros que, junto con ocho cabestros guía, conformaron la manada conducida por apenas un centenar de caballistas, varios de los cuales cayeron al suelo rodando en una de las arrancadas de los morlacos, que no consiguieron llegar unidos a la entrada del casco urbano.

De hecho, dos de los astados emprendieron la huida poco después de haber cruzado la carretera de Matapozuelos. Y lo fueron haciendo por entregas, no sin la colaboración de los aficionados de a pie, que fueron quienes los introdujeron por el paseo de San Juan al recorrido urbano para acabar en los corrales del coso. Concluido el encierro, se soltaron en el coso varios novillos de prueba para los aficionados al toreo.

Por la tarde, de nuevo en el coso, los olmedanos se divirtieron con un Gran Prix, en el que los cuatro equipos formados por integrantes de otras tantas peñas mostraron su habilitad y pericia para superar con éxito las diferentes pruebas a las que fueron sometidos. Ya caída la noche, la cita estaba en la plaza Mayor, desde donde peñistas y vecinos, acompañados por la charanga, iniciaron un desfile que, tras recorrer varias calles, les llevó hasta El Hontanar para presenciar los fuegos artificiales.

De esta forma despidieron las fiestas, aunque con la vista puesta ya en el próximo día 10, que regresará de nuevo, y con toros incluidos, con motivo de la festividad de la Virgen de la Soterraña, patrona de Olmedo.