Portada del suplemento '125 años de la estatua de Zorrilla'.

Zorrilla, más allá de su monumento

El Norte publica este domingo un suplemento que alumbra la impronta histórica y literaria del poeta vallisoletano y su honda vinculación con la ciudad con motivo de los 125 años de la estatua en la plaza que lleva su nombre

El Norte

Valadolid

Viernes, 12 de septiembre 2025, 07:29

En el entorno más fotografiado por los turistas que llegan a Valladolid, la estatua del riosecano Aurelio Rodríguez Carretero mantiene vivo el eco de José Zorrilla como estandarte vallisoletano. Fue inaugurada el primer día de las ferias y fiestas de 1900, un 14 de septiembre, y desde su pedestal ha asistido a la transformación urbana de la capital y, aún más, a la de los avatares de los vallisoletanos que a lo largo de este tiempo han pasado a su lado.

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Cumplidos 125 años del monumento, El Norte de Castilla le dedica este domingo un suplemento especial que recorre la trayectoria vital y literaria del poeta a través de voces que glosan su impronta histórica y literaria así como las huellas que aún perviven en la ciudad. Enrique Berzal, José F. Peláez, Samuel Regueira y Carlos Aganzo ahondan en la figura de quien recibió como poeta nacional en Granada en 1889 un homenaje jamás alcanzado por un escritor español. Una infografía de Francisco González describe la intrahistoria del monumento, y una fotografía de Alberto Mingueza –para la que fue necesaria la colocación de una grúa con la colaboración del Ayuntamiento– ofrece una imagen inédita a la altura del rostro de quien fue esculpido sosteniendo una cuartilla en la mano izquierda con la derecha acompañando a la palabra mientras a sus pies una musa, lira en mano, hace el gesto de escuchar declamar al poeta.

Porque Valladolid comenzó a preservar la memoria de Zorrilla a los pocos días de su muerte. El 4 de febrero de 1893 el Ayuntamiento sustituía la que hasta entonces se conocía como Acera de Sancti Spiritus por el Paseo más característico de la ciudad. Una muesca evocadora con el nombre de Zorrilla que se acompañaría de otras como un instituto de Secundaria, el estadio de fútbol donde se cantan victorias y se lloran derrotas, una de las casas que habitó y desde donde se trata de agitar su legado… Zorrilla es una presencia en la ciudad que le vio nacer. Y, a unos metros, con la estatua de Miguel Delibes esculpido en bronce por Eduardo Cuadrado, ambos siguen recordándonos que Valladolid no olvida a sus literatos.

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