De tiendas por el Valladolid de 1929: los comercios de la Acera de Recoletos
Casas de viajeros, zapaterías y tiendas de maquinaria agrícola animaban una calle por la que pasaban a diario dos mil ferroviarios
«Cual si fuese la principal arteria de un poderosos gigante, la avenida de Alfonso XIII da paso durante las 24 horas de cada día ... a cuanto puede contenerse en una ciudad de primer orden». Así describía el reportero T. Soto la estampa de una calle que entonces no solo tenía ese regio nombre, sino que también era conocida con el apelativo con el que ha llegado hasta nuestros días: Acera de Recoletos. El Norte de Castilla publicaba hace 90 años un paseo por los negocios de una calle que «es galardón preciado de la capital castellana, que con legítimo orgullo la muestra a sus visitantes». «El hermoso conjunto de la avenida lo forman la Acera y el Campo grande, con sus tres paseos paralelos que comienzan en la estatua del poeta Zorrilla y se prolongan hasta el monumento a Colón».
La calle nació con la idea de conectar el centro con la estación de Valladolid y recibió el nombre del antiguo convento de los Agustinos Recoletos. «Las primeras luces de la aurora saludan a los trabajadores más modestos. La salida del sol es el espectáculo maravilloso que sorprende diariamente a gran parte de los dos mil ferroviarios al acudir a los talleres de la Compañía del Norte», describía el bucólico artículo en el que se recordaba que, según avanzaba la jornada «invaden la avenida los servidores de sus aristocráticas viviendas y a poco, los empleados de las grandes empresas instaladas en la planta baja de casi todos los edificios». El relato de la jornada en 1929 continúa por la tarde, cuando la zona es invadida por «los pequeñuelos, que corretean alborozados por los paseos o el parque».
Entre esos comercios, la Acera de Recoletos mostraba hace 90 años la sede de «la acreditada casa de maquinaria agrícola de Garteiz Hermanos, Yermo y Compañía, tan conocida en toda España». Su sede central estaba en Bilbao, tenía sucursales en Palencia, Zamora, Medina de Rioseco, Sevilla, Córdoba, Badajoz yLogroño y se instaló en el año 1900 en los número 8 y 9 de esta Acera de Recoletos. Distribuían las aventadoras Marot, los arados Mc Cormick y las sembradoras Hoosier-Garteiz. Y vendía además rodillos, arrobaderas, prensas para paja y heno, pisadoras y prensas para uva, cortapajas, trituradores, cortarraíces, bombas... Se publicitaban como los únicos importadores de la legítima correa Balata Dick.
El número 3 era para Casa Merchán, «un almacén de muebles de lujo y económicos, camas doradas m tapicería, aparatos para luz eléctrica y objetos para regalos». La histórica tienda abrió en el año 1870.
Justo al lado se encontraba la tienda de calzados El Pelícano, casa fundada en 1887. «El mejor surtido, los mejores precios», se anunciaba un comercio con sedes en Zaragoza, Ferrol, Logroño, Ávila y Palencia.
En el número 1 estaba el despacho de Luis Martínez Duverger, ingeniero industrial. Y en el número 13, el centro educativo Lacome:«Enseñanza esmerada y bien atendida, para niños y niñas de seis a doce años, en número limitado».
Y justo en el otro extremo de la calle se encontraba la antigua casa de viajeros de Antonino, que en 1929 era atendida por su viuda e hijos. «Se halla situada en el sitio más bello y sano de la capital. Desde sus miradores y balcones puede el turista extender la mirada al magnifico panorama del CampoGrande y la plaza de Colón. Su fundación data del año 1889.
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