Personajes de Valladolid: Antonio Tovar
Nació en la calle de las Angustias y acabó abandonando la ciudad por un atentado durante su tertulia en un Café del centro
SARA BECERRO ALONSO
Valladolid
Martes, 11 de febrero 2020, 08:17
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Un vallisoletano «intermitente»
El 17 de mayo de 1911 llegaba al mundo, y más concretamente a Valladolid, Antonio Tovar. Y lo hacía nada más y nada menos ... que en el antiguo Colegio La Providencia de la conocida calle de Las Angustias, que era propiedad de su abuelo materno.
Debido a la profesión de su padre, que era notario y les exigía cambiar constantemente de lugar de residencia, creció en Elorrio (Vizcaya), en Morella (Castellón) y en Villena (Alicante) y era por ello que se consideraba, en sus propias palabras un «vallisoletano intermitente». «Un niño que llega de lejos con lengua y acento extraño».
Murió en Madrid en la madrugada del 14 de diciembre del año 1985.
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Trayectoría académica
Sus adanzas comienzan cuando a los diez años recibe las primeras lecciones de gramática con Narciso Alonso Cortés y ese mismo verano, se pone a estudiar latín.
Más tarde, estudió Derecho en la Real Universidad de María Cristina de San Lorenzo de El Escorial que en aquellos años, estaba regentada por los agustinos para después, volver en 1930 hasta 1934, a su Valladolid natal a estudiar Historia. Aquí, en la ciudad que le vio nacer, publica sus primeros trabajos durante su época en la universidad.
En 1933, emprendió un crucero por el Mediterráneo y es ahí, donde descubre su interés en la filología. Aprende a hablar griego, lee a Sófocles y a Homero, y conoce a su maestro Cayetano de Mergelina y también a Manuel Gómez Moreno, organizadores de aquellos viajes de estudiantes con los que en cada hallazgo arqueológico permitían a una lengua salir de la prehistoria. De aquí, salió su traducción de Pausanias.
En 1934 llega a Madrid para cursar la que sería ya su tercera licenciatura: Filología Clásica. Personajes como Menendez Pidal aparecen en la vida de Antonio.
Salió al extranjero, concretamente a París en 1935, para completar su formación en los cursos de Emile Benveniste con una beca de la Junta de Ampliación de Estudios, dónde Benveniste estaba explicando su célebre teoría en torno a los orígenes de la raíz en el indoeuropeo. Con Meillet avanza en la investigación de la Lingüística Indoeuropea y en 1935 va a Berlín, lugar donde ya existen grandes represiones del nazismo, y donde estudia con W. Jaeger y E. Schwyzer el helenista que estaba ultimando su magna Lingüística griega en dos gigantescos volúmenes y a cuyas clases asiste Tovar, para en 1936 volver a una España sumida ya, en la Guerra Civil.
Entre los años 1958-59 estudió, en la Universidad Nacional de Tucumán, las lenguas indígenas del norte de Argentina y trató de crear una escuela que siguiera su obra en este campo.
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Su gran aportación a la lingüística hispánica
Antonio Tovar al final de sus días, terminó siendo un filólogo, historiador y crítico literario de reconocido prestigio. Pero para ello, tuvo una larga trayectoria académica que le llevó a aportar grandes cosas a la literatura hispánica.
En 1932 durante su época universitaria en Valladolid, la ciudad que le vio nacer, publica sus primeros trabajos, artículos y reseñas en el Boletín del Seminario de Estudios de Arte y Arqueología de la facultad. En 1933, durante su crucero por el Meditarráneo, llegó su traducción de 'Pausanias'.
En 1934, en su llegada a Madrid, publica la revista 'Emérita' donde reseñaba las obras de W. Hoffmann, W. Jaeger, U. Wilamowitz y A. Schulten, principales corrientes de la escuela alemana de Filología Clásica procedente de mediados del siglo XIX. Menéndez Pidal le encargaba también al entonces joven Tovar, la edición anotada de las 'Églogas de Virgilio', la edición más conseguida y acabada que se publicaría en Madrid en 1936.
En 1940 en Berlín traducía a los griegos y las pretensiones de Ribbentrop sobre las Islas Canarias, las de Hitler y las de Himmler. En 1953 recibe el Doctor Honoris Causa por la Universidad de Munich y al año siguiente, por la Universidad de Buenos Aires. También lo recibe a lo largo de su trayectoria de la Universidad de Sevilla y de Dublín.
Además, su obra representa la introducción y desarrollo de dos áreas de investigación con poca tradición científica. Crea la primera escuela de Filología Clásica española con reconocimiento internacional y establece las bases teóricas y metodológicas denominada actualmente como 'Paleohispanística'. Sus aportaciones en este campo han contribuido a reoconstruir el mosaico lingüístico de Hispania.
Fue el introductor de la comparación léxico-estadística y la comparación tipológica de dos nuevas áreas: la Lingüística Vasca y la Lingüística Amerindia. Pero sin duda, su aportación de mayor alcance fue la clasificación de las lenguas sudamericanas. En 1984, un año antes de morir, recibe el I Premio Castilla y León de Ciencias Sociales.
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Paso por la política
Formado en su infancia en una mentalidad liberal, durante los años de estudiante fue presidente de la Federación Universitaria Escolar (FUE) de Valladolid, una organización de carácter republicano. Su visión cambió en Alemania donde convierte los discursos de José Antonio Primo de Rivera en su libro de cabecera y encuentra en el falangismo lo que parecía, una solución nueva.
En septiembre de 1936 tras comenzar la Guerra Civil en España, se adscribió a la corriente falangista influido por su íntimo amigo Dionisio Ridruejo, y llegó a ser uno de los principales responsables de la propaganda del gobierno de Burgos, concretamente Jefe de Radiodifusión, aunque la decepción con el régimen de Francisco Franco no tardó en llegar.
En 1937, Ridruejo ocupa el cargo de jefe provincial de Falange en Valladolid donde Tovar trabajaba en la radio del equipo de prensa y propaganda, que entonces dirigía José Antonio Girón y nombra a su amigo delegado de Prensa y Propaganda.
También durante esta época y siendo Ridruejo Jefe Nacional de Propaganda, Antonio fue nombrado responsable de Radio Nacional de España que hacía sus emisiones desde Salamanca, allá por 1938. Además era colaborador del diario falangista 'Arriba España' de Pamplona que dirigía el fundador Fermín Yzurdiaga Lorca.
Tovar fue acusado de rebelión militar por difundir en la radio los discursos de Primo de Rivera. En el mes de abril, nuestro personaje histórico sufre un atentado durante su tertulia en un Café del centro, obra de Conrado Sabugo. Tras ese suceso, abandona Valladolid.
Asentado en Burgos y ocupando un cargo de responsabilidad, en 1940, Tovar ejerce de intérprete entre los representantes del Estado español como Franco o Serrano Suñer, el fascismo italiano y el III Reich.
Con el fin de la guerra, el entonces ministro Ibáñez Martín le nombra secretario del nuevo Instituto Nebrija que dependía de lo que ahora es el Consejo Superior de Investigaciones Científicas y a partir de 1942, Tovar abandona la vida política para obtener, por oposición, la Cátedra de Latín de la Universidad de Salamanca y además, casarse con Consuelo Larrueca. Ya en el cargo, crea el Seminario de Filología Clásica.
Pasó a ser Rector de la Universidad de Salamanca entre los años 1951 y 1956 llevando a cabo su reforma universitaria, centrado en la renovación de los estudios. El nombramiento respondía a la corriente liberal-católica del nuevo ministro de Educación Joaquín Ruiz Giménez Además, tomó la firme decisión de ampliar las perspectivas de los estudios fiológicos y lingüísticos en las Facultades de Letras.
Su etapa en Salamanca dura 22 años y consiguió que fuese la primera universidad que contó con la Licenciatura de Lenguas Modernas, creó la Cátedra Manuel de Larramendi de Filología Vasca y organizó la Casa-Museo de Unamuno. Abandona la ciudad y la universidad en 1964.
Tovar imparte su última clase en la Universidad Complutense de Madrid en 1982 y muere en la misma ciudad, Madrid, en la madrugada del sábado 14 de diciembre de 1985.
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