Dos profesores de Valladolid, de Infantil y FP, optan a los 'Goya' de la Educación

La gala de entrega de premios tendrá lugar el 15 de marzo de 2025 en La Coruña, en el marco del Congreso Mundial de Educación Educa 2025. Un comité de baremación puntuará los méritos de los docentes según un baremo público, que determinará el reconocimiento a los mejores profesores del país en seis categorías. Los ganadores recibirán una estatuilla y un premio económico de 1.000 euros. Este año, cerca de 2.000 docentes han sido propuestos desde sus centros, alumnado o familias, lo que subraya el carácter especial de esta distinción.

Eduardo Javier Cabero Barba, natural de Venta de Baños (Palencia), lleva 11 años impartiendo clase en el colegio Sagrada Familia-Jesuitinas de Valladolid. Especialista en Educación Infantil y con una amplia formación en educación primaria, secundaria, cooperación y lengua inglesa, Cabero destaca por su creatividad, la gestión emocional en el aula y su compromiso con la inclusión. «Para ser un buen profesor, primero hay que tener paciencia. Pero también hace falta vocación. Es un trabajo cansado, pero muy gratificante. Y, sobre todo, hace faltan grandes dosis de creatividad. Cada día es nuevo y debes adaptarte a los niños, que nunca se cansan de aprender», afirma con convicción.

La noticia de su nominación le llegó como una sorpresa, propuesta por la familia de uno de sus alumnos de cuatro años y con discapacidad auditiva. Eduardo aprendió lenguaje de signos para comunicarse mejor con este pequeño, demostrando así, su constante disposición al aprendizaje y la adaptación. «Intento que los niños vengan contentos y que aprendan desde el humor y la alegría. La inclusión y la empatía son claves en mi aula. Trabajo mucho para que entiendan que todos somos diferentes y, a la vez, iguales».

Cabero destaca la importancia de inculcar valores desde edades tempranas. «En nuestro colegio trabajamos para que los niños sean autónomos, creativos y comprometidos. La educación no solo es cumplir con un programa curricular, sino prepararles para el mundo».

Padre de tres hijos pequeños y con una trayectoria que incluye labores como misionero y cooperante en Perú y Guatemala, Eduardo Cabero se muestra feliz con su camino profesional. «Aunque he dado muchas vueltas antes de acabar en la educación formal, ahora sé que estoy donde debo estar. He nacido para enseñar».

Juan Carlos González Hernández, también palentino de nacimiento, imparte clases en el Centro de Formación Profesional Río Duero de Valladolid desde hace 8 años. Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, graduado en Magisterio de Primaria y con un máster en Formación del Profesorado, su trayectoria docente está marcada por la implicación y la creatividad. «Para ser un buen profesor, hace falta empatía y capacidad de comunicación. Conectar con los alumnos es fundamental. Si sientes cercana la enseñanza, motivas su aprendizaje», asegura.

González siempre trata de educar más allá de las aulas. Por ello participa en investigaciones, congresos y ponencias y, además, organiza eventos educativos. Esta dedicación le ha valido su segunda nominación a los Premios Educa Abanca, después de haber quedado cuarto a nivel de España en la edición del año pasado. «Estas nominaciones son un reconocimiento al trabajo que realizamos. Que los propios alumnos, a estas edades, se tomen la molestia de proponerte es algo que emociona y que te anima a seguir dando lo mejor de ti», confiesa satisfecho.

Como profesor de los ciclos de Guía en el Medio Natural y Tiempo Libre y Educación Infantil, Juan Carlos combina su pasión por el deporte con la educación, inculcando valores como el esfuerzo, el trabajo en equipo y la autonomía. «Siempre me ha gustado enseñar, especialmente dentro del deporte. Pasar de entrenar equipos de fútbol, voleibol y triatlón a la docencia en FP fue un paso natural. Me encanta preparar a los jóvenes para enfrentarse al mercado laboral».

El próximo 15 de marzo, Eduardo y Juan Carlos conocerán su posición final en la gala de los Premios Educa Abanca, en La Coruña. Ambos comparten el orgullo de representar a Castilla y León en una competición donde predominan las candidaturas del sur de España. «Esta distinción nos impulsa a seguir creciendo como docentes y a favorecer el aprendizaje en las aulas. Al final, lo importante es preparar a nuestros alumnos para la vida real», indica Juan Carlos. Por su parte, Eduardo concluye que «la educación debe ir más allá del aula. Nuestro objetivo es formar personas comprometidas, creativas y felices».