Detenida por sexta vez en un mes por desvalijar más de veinte coches en Valladolid

Un testigo observó a la pareja reventando las lunetas traseras de varios coches estacionados en la calle La Salud, a la altura del cruce con Pelícano, en Pajarillos, y alertó a los agentes. Eran las dos y media de la mañana de este viernes (en pleno toque de queda) y los policías locales que acudieron al lugar llegaron a tiempo de observar a una mujer que estaba agachada entre dos turismos que precisamente tenían las ventanillas rotas. Ya de por sí no debía estar allí a esas horas y, al acercarse, vieron que ocultaba «algo» entre las ropas y que había un destornillador tirado en el suelo junto a ella. Así que la invitaron a salir y enseguida comprobaron que llevaba encima unos frascos de colonia y un portacedés de los coches desvalijados.

La sospechosa, A. C. V., de 40 años, a la que ya conocían de intervenciones anteriores, fue detenida por, al menos, media docena de robos con fuerza en otros tantos vehículos que estaban aparcados en las inmediaciones y que también tenían las ventanillas rotas presumiblemente utilizando el citado destornillador. «¿Me cogéis a mí y no al otro?», llegó a requerir ella misma visiblemente molesta a los agentes en alusión a la huida de su compinche, un varón que logró huir del lugar y cuya identidad investigan ahora los agentes.

La mujer, que sumó así su décima detención, seis de ellas en el último mes y medio -la anterior fue el lunes-, se ha convertido en una de las sospechosas más habituales de la ciudad y se le imputan ya más de una veintena de robos en vehículos, en su mayoría, en el entorno de Pajarillos. En las ocasiones anteriores fue arrestada precisamente con un varón, otro habitual en esta suerte de robos más propios de los tiempos del radiocasete, en los años ochenta y noventa, y vinculados aún hoy a delincuentes con problemas de consumo de estupefacientes, como sería el caso de la detenida de 40 años.

A. C. V., vecina de la capital, fue arrestada por vez primera este año el 18 de marzo, nada más comenzar el confinamiento, por un intento de robo en una casa de Tudela. Ayer, seis detenciones después, sumó también cargos por desobediencia, ya que la emprendió a patadas con la patrulla, amenazó de muerte a los agentes locales y llegó a quitarse la mascarilla para escupirles.