Un conjuro de letras y bizcochos reaviva el espíritu de las librerías café en Valladolid
Gustavo Arranz y Eva de la Lama abren Akellarre, un espacio vinculado a los senderos literarios menos explorados: «No vamos a vender el Premio Planeta»
Las letras huelen a café recién hecho. La infusión se toma con bizcocho y literatura. Las novelas saben mejor con su zumito, su tostada. Y ... las recomendaciones librescas se sirven con leche y azúcar moreno. Valladolid recupera el espíritu de las librerías café con Akelarre, un conjuro de café con libros en la calle Juan Mambrilla. Al frente, Eva de la Lama y Gustavo Arranz, una pareja que «por fin» cumple su sueño. «Siempre decíamos: 'Cómo molaría tener una tienda de cómics'. Yo he sido consumidor y comprador. Empecé en casa con los clásicos, Mortadelo y Filemón, Jabato, El Capitán Trueno…», explica Gustavo.
«Y yo siempre me he considerado una ratita de biblioteca, una lectora empedernida», añade Eva, quien recuerda que las primeras tentativas no fueron muy fructíferas. «Lo intentamos hace un tiempo, pero la burocracia nos plantó cara. Valladolid tiene muchos locales vacíos, pero cuando los quieres alquilar, te encuentras con unos precios altísimos y con que hay que hacer muchísima reforma. Así es imposible, así que aparcamos el proyecto», cuenta Eva. Pero no abandonaron la idea. «Yo estaba cansada del mundo asalariado (trabajaba en Apple) y necesitaba hacer algo diferente», explica Eva. Gustavo, que fue cocinero y peón en el Ayuntamiento, buscaba un trabajo donde fomentar sus gustos literarios.
«Los astros se alinearon cuando vimos que cerraba La Otra», librería café pionera en Valladolid. Llegaron a un acuerdo para el traspaso del local y, después de una pequeña adaptación, ha vuelto a abrir sus puertas con nuevo nombre, Akelarre, y una filosofía más cercana a los intereses librescos de Eva y Gustavo. «Seguimos siendo una alternativa a las librerías generalistas. Aquí no vas a encontrar el Premio Planeta. Entendemos que ya hay muchas librerías y muy grandes para que lo puedas comprar en Valladolid». Su catálogo transita por otros caminos, por senderos de lecturas alternativas que discurren paralelas a las autopistas del 'best seller'. Y donde la guía se hace de la mano, sobre todo, de ellas. «El 80% de nuestra oferta está escritas por mujeres».
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Eva pasea su mirada por las estanterías de madera del local mientras enumera las distintas secciones: feminismo, racialidad («incluida la gitana»), cómics, temática LGTBI («con enfoque de feminismo transinclusivo») y maternidades. «Este último apartado se aborda desde todos los ángulos posibles. Hay libros que afrontan el no quiero ser madre y el no puedo serlo, el aborto espontáneo y el activo o el quiero ser mamá y disfrutarlo», explica Eva. Hay también una fuerte apuesta por la literatura infantil («con colecciones para preadolescentes»), los autores locales, la poesía y los ensayos políticos y sociales. En este último apartado está especialmente interesado Gustavo, quien viene de «entornos sindicalistas muy activos».
«Pero la sección por la que sentimos debilidad es la dedicada a la magia y brujería. De ahí también el nombre de la librería. Hay libros sobre paganismo, calendarios celtas, pequeños rituales domésticos, tarot. Todo muy accesible, porque no queremos que sea hermético ni oscuro», apuntan.
¿Y por qué Akelarre? «Esta era una reunión de personas disidentes. La palabra se asocia sobre todo a los encuentros de mujeres, aunque también había hombres. Y no eran necesariamente brujas, aunque fueron consideradas como tal. No hacían conjuros ni volaban con escobas. Eran personas que pensaban diferente y que en muchas ocasiones fueron condenadas públicamente por eso». En esa diferencia, dicen, está la clave de esta nueva aventura estrenada el 1 de octubre y que quiere reforzar sus secciones de juegos de mesa y libros de segunda mano.
«Queremos que sea un punto de encuentro para lectores y artistas locales». Organizan, por eso, exposiciones temporales. La primera es una colección de ilustraciones de brujas, obra de Lucía Vázquez de Prada (@luvimiart). Y tienen previsto albergar charlas, recitales poéticos, conciertos y talleres. «Queremos dar vida a la ciudad, ofrecer una alternativa de ocio que vaya más allá de pasear por la calle Santiago», aseguran los responsables de un negocio donde los libros vienen acompañados de su café con leche. Porque esta es también cafetería, con opciones vegetarianas y para celíacos. Y esta combinación, dicen, es buena para el negocio. «Los días que no vendes muchos libros, lo compensas con los cafés». Y, especialmente, con los desayunos.
«Como libreros, ¿alguna recomendación de su fondo?» Gus apuesta por '1984' de George Orwell, en la nueva edición de El Zorro Rojo. Eva se queda con 'El power ranger rosa', de Christo Casas, en la editorial Niños Gratis, «un libro de temática LGTB» y con 'Diez gritos contra la gordofobia', de Magdalena Piñeyro, en la editorial Vergara. «Es un libro que hace mucha falta porque es una de las formas de discriminación más agresivas y menos visibles que existen. El mundo está hecho para un determinado estándar corporal, desde las sillas de una terraza hasta el cinturón de seguridad de los aviones. El médico suele dar por hecho que toda posible patología está relacionada o provocada con el peso. Por eso es importante también dar visibilidad a estas realidades y luchar contra esta represión», concluye Eva.
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