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Saben que será un año «muy duro». «Complicadísimo». La emergencia sanitaria del coronavirus ha empujado al pequeño comercio hacia la casilla de salida, al punto de partida para remar a contracorriente e intentar «salvar como sea» un año que la Federación de Comercios y Servicios de Valladolid y Provincia (Fecosva) y la Agrupación Vallisoletana del Comercio (Avadeco) dan «prácticamente por perdido». Pero no se rendirán tan fácilmente. No bajarán los brazos y dejarán desamparados a los cerca de 4.500 comerciantes que existen en la actualidad en la provincia de Valladolid.
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Así al menos lo aseguran los presidentes de las citadas entidades, Jesús Herreras y Alejandro García, respectivamente, quienes anticipan que, tan pronto como sea posible, llevarán a cabo «potentes» campañas para reactivar la compra en negocios de reducido tamaño para inducir a los ciudadanos a comprar en ellos. Asimismo, aunque insisten en que «aún es pronto» para entrar en valoraciones, temen que esta situación «tan extrema», como lo califican, traiga consigo una «oleada» de cierres de negocios y ponga a numerosos propietarios contra las cuerdas. Si bien Alejandro García considera que los ingresos anuales se reducirán «como mínimo» el 30% –aunque matiza que este porcentaje depende de la temporalidad de cada comercio–, Jesús Herreras asegura que «aún no hemos hecho la cuenta de pérdidas».
Por el momento, y a la espera de mantener reuniones con varias entidades, entre ellas el Ayuntamiento de la capital, para poner en común las propuestas y llegar «al mejor acuerdo para todos», la iniciativa está en pañales, si bien estos representantes tienen claros sus planteamientos y cuál será la clave para intentar mitigar una «más que previsible caída de ventas» cuando los establecimientos reabran sus puertas.
Alejandro García avanza que propondrán «fuertes campañas de promoción de empresas locales» y considera que las rebajas de verano, que «normalmente empiezan a mediados o finales de junio», este año se adelantarán unos días, pese a que algunas voces del sector han solicitado «anular» estos días de descuentos. «Creo que a principios de ese mes veremos que muchos establecimientos bajarán los precios para intentar mover más la venta, pero aún queda tiempo y no hay nada cerrado», apunta, al tiempo que reafirma que las pymes «necesitan más que nunca» el apoyo de los consumidores. «Lo que hace falta es que cuando salgamos otra vez al a calle apoyemos a las pequeñas empresas, que son las que peor lo están pasando. Que se deje un poco la compra 'on-line', que se vuelva a lo tradicional para intentar mantener las empresas y los empleos. Sabemos que aún queda mucho tiempo, pero cuanto antes empecemos a hablar de ello, más se mantendrá el mensaje», apostilla.
El presidente de Avadeco cree, además, que la crisis sanitaria causará en el sector una herida de la que será «muy complejo» recuperarse. Considera que, solo el hecho de haber «perdido por completo» el primer semestre del año traerá consigo el cierre escalonado de tiendas y un aumento de paro. «Nos va a costar mucho recuperarnos, creo que bastante más que de la crisis de 2008. La otra recesión estuvo vinculada a la construcción y la venta de viviendas; la gente se endeudaba por encima de sus posibilidades, pero ahora la situación es por falta de actividad, algo que no había pasado nunca y con un problema global, no de un solo sector», apunta.
Alejandro García, presidente de la Agrupación Vallisoletana del Comercio (Avadeco)
«Creo que a principios de ese mes veremos que muchos establecimientos bajarán los precios para intentar mover más la venta, pero aún queda tiempo y no hay nada cerrado». «
Lo que hace falta es que cuando salgamos otra vez al a calle apoyemos a las pequeñas empresas, que son las que peor lo están pasando
Jesús Herreras, presidente de la Federación de Comercios y Servicios de Valladolid y Provincia (Fecosva)
«El mercado ahora mismo es una olla a presión y cuando se abra me temo que explotará; solo espero que no haya heridos». Herreras sostiene que, a juzgar por la «gran incertidumbre y preocupación» latente entre los pequeños comerciantes,
será «muy difícil» construir de nuevo una relación basada en la confianza entre propietarios y consumidores
Nacho Sánchez, dueño de Decoración y hogar Calderón
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Ya llevamos una cantidad considerable de días como para tener un negocio cerrado;
Jaime Ercilla, propietario de Perfumería Ercilla
«Con todo esto nos hemos cargado la campaña del Día del Padre (19 de marzo) y tiene pinta de que va a pasar lo mismo con el Día de la Madre (3 de mayo), dos fechas que para nosotros suponía muchísimo», indica.
A pesar de ello, dice García que lo que «peor» llevan es no saber a qué se enfrentan. «Todas las incógnitas están abiertas, es un gran interrogante» que les impide vlo que «peor» llevan es no saber a qué se enfrentaner la luz al final del túnel. «Hay incertidumbre porque no sabemos si la situación permitirá a la gente salir a gastar como si no hubiera pasado nada, o va a tenerse en las familias a mantener un ahorro que antes no se tenía», asevera, al tiempo que cree que la mayoría de empresas «va a abrir» –por el momento solo tienen constancia de que dos hayan bajado la persiana para siempre, ambos por jubilación–, aunque pone en tela de juicio el «tiempo que durarán abiertas».
«El mercado ahora mismo es una olla a presión y cuando se abra me temo que explotará; solo espero que no haya heridos». Este es el símil al que el presidente de Fecosva recurre para describir la situación actual por la que pasa el sector. Herreras sostiene que, a juzgar por la «gran incertidumbre y preocupación» latente entre los pequeños comerciantes, será «muy difícil» construir de nuevo una relación basada en la confianza entre propietarios y consumidores. La cadena, explica, está «totalmente rota y va a costar mucho». «Damos el año totalmente por perdido; no quiero ser catastrofista, pero la situación es muy difícil. Tenemos cero ingresos y mismos gastos y a día de hoy ya está siendo insostenible para muchos establecimientos», apostilla.
Reitera que «es muy difícil estimar las pérdidas», aunque cree que, a corto plazo, el impacto del coronavirus hará una mella importante y «muy fuerte» en los propietarios. «Para muchos negocios la temporada ya está acabada; ahora lo que nos queda a la mayoría son negociaciones con los proveedores, y los que sobrevivamos, si es que sobrevivimos, si no es con ayuda de las administraciones no sé cómo lo vamos a hacer», lamenta.
Por ello, asevera que, además de poner en marcha medidas que impulsen la venta e induzcan a los ciudadanos a comprar en tiendas de tamaño reducido, la «única» pelota para salir a flote está sobre el tejado de las entidades públicas. «Si tenemos cero ingresos, lo suyo sería que tuviéramos cero gastos, al menos de momento. Pedimos que se retrase porque es una situación muy complicada y lo hacemos con la intención de salvar el mayor número de empresas y puestos de trabajo posibles», subraya el presidente de Fecosva.
De momento, la «gran mayoría» de comerciantes está solicitando la nueva línea de ayudas ICO para la financiación a proveedores. Uno de ello es Jaime Ercilla, propietario de Perfumería Ercilla, quien confirma que la alerta sanitaria por el Covid-19 se ha «fulminado» la temporada de ventas «más importante» del año para su negocio. «Es orientativo, pero calculo que dejaremos de ingresar unos 40.000 euros, con todo esto nos hemos cargado la campaña del Día del Padre (19 de marzo) y tiene pinta de que va a pasar lo mismo con el Día de la Madre (3 de mayo), dos fechas que para nosotros suponía muchísimo», indica.
Ahora, dice, centrarán todos sus «esfuerzos y expectativas en intentar salvar» su empresa familiar. «Depende también de cuándo nos dejen abrir;vamos a intentarlo, otra cosa es que podamos. Somos autónomos, y nos vamos a tener que endeudar para poder pagar a los proveedores. Es un gasto financiero que no está presupuestado y hay que asumir, así que veremos a ver», añade.
Al dueño de Decoración y hogar Calderón, Nacho Sánchez, el estado de alarma le ha pillado en plena mudanza de su local. Todos los trámites y actuaciones que tenía previsto realizar en «diez días», deberá haberlo en «al menos mes y medio». «Eso paraliza, claro, porque cuando levanten el decreto tendrán que venir profesionales a rematar cosas que no han podido hacer antes», incide. Este propietario también cree que el año será «francamente malo» y las pérdidas, «considerables». «Ya llevamos una cantidad considerable de días como para tener un negocio cerrado; hay que tener un colchón financiero importante para aguantar», justifica, al tiempo que opina que la emergencia sanitaria «se llevará por delante a varias tiendas». «Habrá gente que no abra, e incluso muchos lo harán, pero muy tocados».
El pequeño comercio vallisoletano cruza los dedos. Tienen el miedo en el cuerpo, pero saben que «solo queda esperar».
Las empresas vallisoletanas prevén que la crisis sanitaria del Covid-19 tendrá un impacto importante sobre sus beneficios. Según una encuesta realizada por la Cámara de Comercio (entre los días 18 y 20 de marzo y con una muestra conformada por medio millar de valoraciones), los propietarios estiman que caerán prácticamente a la mitad, al 44%, al tener sus negocios cerrados como consecuencia de la pandemia. En el caso concreto del comercio, esta cifra se eleva hasta el 62%, el segundo sector más castigado, únicamente por detrás de la hostelería (que estima un descenso en las ganancias del 73,41%), mientras que otros como el transporte (17,34%) representan la otra cara de la moneda.
Sin embargo, estos datos son más alarmantes en el caso concreto de autónomos y micropymes (quienes consideran que sus ingresos caerán el 81%), mientras que las pymes, medianas y grandes empresas tasan un porcentaje similar, entre el 55 y el 60%.
Por otra parte, en cuanto al impacto en las ventas, los encuestados estiman un descenso del 52%, si bien en el comercio esta circunstancia se agrava (una reducción del 64,45%) y nuevamente más aún en trabajadores por cuenta propia y micropymes (83,71%).
Por último, en cuanto a las medidas llevadas a cabo por el Gobierno, los empresarios valoran con un índice de 1,97 sobre 10 las iniciativas, mientras que los comerciantes creen que no han sido las adecuadas y el 40%las valora «negativamente» y el 30,7%, «muy negativamente».
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