
Clemente Castro 'Luguillano Grande', fundador de una saga de toreros, fallece a los 90 años
Padre de David y Jorge y hermano de Santiago y Juan Carlos fue novillero, apoderado y empresario de base en los pueblos
La Virgen de Luguillas, patrona de Mojados, a quien debe el sobrenombre de su saga familiar taurina, ya le acoge en su seno. Ha fallecido ... a los 90 años de edad Clemente Castro 'Luguillano Grande', padre de los toreros David y Jorge y hermano de los también matadores Santiago y Juan Carlos. Él mismo fue novillero, aunque dedicó su vida profesional a apoderar a sus familiares y fue un querido empresario taurino de base en las plazas portátiles de los pueblos. Fundador de esa saga que son 'los Luguillano' de Mojados, Clemente no ha dejado de acompañar a su hijo David a capeas y festivales mientras se lo ha permitido su salud, cada vez más maltrecha.
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Dicen los entendidos en el arte del toreo que era un genio. Un maestro de los de antes, de sabor añejo, de los de temple y uno de los máximos exponentes del toreo puro. Su luz se apagó a los 90 años. El fundador de la amplia saga taurina de sello vallisoletano 'los Luguillanos', Clemente Castro, apodado como 'Luguillano Grande', falleció y dejó huérfanos a toda una afición que lo calificó como el último romántico del toreo.
Rodeado de su familia, de su esposa, sus tres hijos y de sus dos nietos, Clemente Castro pudo despedirse el pasado fin de semana de los suyos en la más estricta intimidad, cómo explicó su hijo y también torero, David Luguillano, que destacó «la calidad humana y la pasión por la vida que tenía». La capilla ardiente de este torero, empresario, ganadero y apoderado, estará abierta desde las dos de la tarde de hoy en el Tanatorio El Salvador de Valladolid. Mañana a las doce se realizará una misa en el tanatorio y a continuación los restos mortales de Clemente Castro serán trasladados al cementerio de Mojados, lugar en el que «quería ser enterrado en el panteón familiar junto a sus padres», concretó su hijo David, que hoy recordaba los triunfos y los sinsabores que ambos compartieron en sus temporadas taurinas en América y Francia.
Pasión por los toros
Nació en Mojados, localidad a la que siempre estuvo muy vinculado, tal es así que decidió apodarse 'Luguillano' por «la virgen de su pueblo», explica el crítico taurino Paco Aguado, que además de recordar la faceta de empresario de base de Clemente Castro- «ayudo a salir a muchos toreros y entre ellos a sus dos hijos»- calificó al torero como «un personaje inefable e irrepetible ya que tenía la vieja picaresca del toro antiguo,pero siempre con simpatía».
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Según recuerdan sus familiares sus padres lo mandaron a Salamanca para que estudiara la carrera de Comercio, pero allí «un día le invitaron al campo, a un tentadero, y le gustó tanto que decidió hacerse torero» relata su hijo David, para a continuación señalar que «ese veneno que tenemos los toreros y que tienen todos los toreros nos lo trasmitió a todos».
Durante setenta años ejerció todos los palos del mundo del toro, tal es así que como empresario y apoderado ganó más de cien festejos al año. Dos de sus hermanos, Santiago Castro 'Luguillano' y Juan Carlos Castro 'Luguillano Chico' también fueron toreros y la saga taurina se completó con la generación de sus hijos, David Castro y Jorge Castro.
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Fue novillero y debutó con caballos en Vista Alegre en el año 1958. Sin embargo, tal y como recuerda José Luis Lera, cronista taurino de El Norte de Castilla y gran amigo de la familia Luguillano y del propio Clemente, no llegó a tomar la alternativa porque, después de una cogida, se retiró para ocuparse de su hermano Santiago Castro Luguillano, «el gran torero de la familia, que protagonizó tres salidas a hombros consecutivas en Madrid, después de tomar la alternativa en Castellón de la Plana con Antonio Bienvenida y César Girón como testigo». Abrió el cartel, con siete toros de Antonio Pérez de San fernando, el rejoneador Ángel Peralta a caballo. Clemente también apoderó a su otro hermano Juan Carlos Castro 'Luguillano Chico', que falleció muy joven.
Lera, muy afectado en estos momentos por la triste noticia y por esa gran amistad que le une a la familia Luguillano, se siente incapaz de escribir, aunque ha inspirado estas líneas con sus grandes conocimientos y recuerdos.
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José Luis Lea define a Clemente, con quien hablaba todos los días, como «un hombre muy activo y trabajador, con una gran inteligencia natural, que sabía todo del mundo del toro». También apoderó a su hermano Juan Carlos Castro 'Luguillano Chico', quien llegó a tomar la alternativa pero solo toreó como matador ese día.
«Era un personaje inefable e irrepetible, que tenía la vieja picaresca del toro antiguo; un hombre con mucha simpatía y muy divertido», añade paco Aguado desde Sevilla.
Jorge se retiró de novillero pero la saga continúo con su hijo David, quien tomó la alternativa el 13 de mayo de 1990 en la mini feria de San Pedro Regalado, así que en pocos días se cumplen los 32 años. Fue Roberto Domínguez quien le dio la alternativa con Ortega Cano como testigo. Un año y medio después, el 1 de octubre de 1991, confirmaba en Madrid y brindaba el toro de la confirmación a su gran amigo y seguidor José Luis Lera. Fue José María Manzanares padre su padrino en presencia de César Rincón.
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Muchos rememoran lo mal que lo pasaba en la plaza cada vez que toreaba su hijo David porque se desahogaba con grandes gestos y aspavientos. También lo recuerda José Luis Lera, quien señala que es algo normal para el padre de un torero, aunque en el caso de Clemente era más evidente a primera vista.
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