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La originalidad y sabrosura de los cocktails ganan cada vez más terreno a las recurrentes cañas y cubatas. El público vallisoletano busca nuevas formas con las que refrescarse y disfrutar de deliciosas bebidas para combatir los estragos del calor. Entre aquellos que buscan consumiciones más elaboradas, el mojito, con su sabor cítrico a lima y su matiz dulce del azúcar, se alza como la opción más popular. Servido en un vaso long drink, está rico, refresca y tomarlo resulta de los más divertido a cualquier hora del día.
Esta semana, El Norte propone una ruta por varios locales en los que se sirven algunos de los mejores mojitos de la ciudad. ¿A que no puedes resistirte?
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En el Pasaje Gutiérrez encontramos este local con encanto, tan peculiar como acogedor. Entre maniquíes, máquinas de coser, patrones, maletas, y recortes de trajes y camisas, hay también un extenso número de referencias espirituosas. Aquí los combinados clásicos son su especialidad y por supuesto, también el mojito, una bebida que cada vez está más de moda en Valladolid. «Los pasos para elaborar un buen mojito no tienen mucha complicación, aunque es cierto que lleva más tiempo que elaborar una copa clásica», explica Jorge Estrada, el responsable de este original establecimiento.
Lo primero que hace es hacer rodar la lima presionándola encima de la barra para ablandarla por dentro, así será más fácil de exprimir. A continuación, la parte en dos mitades y una de ellas, la divide en cuatro trozos. Los introduce en el vaso y los machaca. «Echo 4 cucharadas de azúcar. Si al cliente le gusta el dulce, se puede echar más, pero es mejor quedarse corto y luego rectificar», dice. A ese jarabe que acaba de obtener, le añade 8 hojitas de hierbabuena. «Les doy unas palmadas para activarlas. Así sueltan todo su aroma», dice este experimentado barman mientras mezcla todo con la cuchara. El siguiente paso es echar 5 centilitros de ron blanco a la mezcla, antes de echar el hielo. Aquí llega el paso más espectacular de todos, cuando Jorge rompe el hielo directamente en la palma de su mano, con ayuda de un machacador de cócteles. «Así se hace el mojito cubano. Nos gusta hacerlo así, porque la rotura es más limpia y queda más en roca y la mezcla queda menos aguada. A la gente le gusta ver cómo lo preparamos», justifica mientras golpea las rocas de hielo. Completa la bebida con agua con gas, un toque de angostura para potenciar el sabor, dos pajitas y hierbabuena. «El toque final de la hierbabuena cumple una importante función, que es inundar la copa de su aroma». El resultado es un mojito muy rico y refrescante, con un marcado sabor a lima y perfume a hierbabuena.
Dirección: Pasaje Gutiérrez, 6
Precio: 7 euros
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El bartender Domingo Bernardo es ejemplo de creatividad. Es un pionero en la coctelería vallisoletana. Es de los que les gusta reinventarse cada día tras la barra, buscando nuevos sabores, recetas y presentaciones. Lleva 40 años en este mundo que le encanta y su buen hacer tiene continuidad en su hijo, al que también ha dejado en herencia su mismo nombre. Juntos llevan este negocio con una espectacular decoración y que está especializado en coctelería tiki. «Hice mi primer mojito en 1995. En aquel entonces había muy poca gente que los hicera. Era una odisea encontrar hierbabuena y lima, porque apenas tenía demanda. Ahora también es difícil, pero por todo lo contrario, porque la demanda es demasiado grande», dice Domingo padre, quien se ha intentado desmarcar del tradicional mojito cubano y dar así a conocer entre el público vallisoletano su original receta. «Yo, desde el primer momento, en lugar de optar por ron blanco, preferí usar ron oscuro, y en lugar de limón, prefiero la lima. El azúcar que yo uso es moreno, pero la elaboro yo personalmente y la infusiono con canela. El ron también lo maceramos nosotros. Mezclamos diferentes rones y les especiamos para conseguir un resultado mucho más personal. También hemos cambiado el agua con gas que se emplea en el mojito cubano tradicional y en su lugar utilizo agua de soda que infusiono con lima y con jengibre. El toque final lo pone el bitter que también hacemos de forma casera a base de tinturas de canela, jengibre, pimienta negra, pimienta de Jamaica y clavo. Todos son sabores caseros y eso al final se nota en el resultado, que es de lo más especial», invita.
En su carta tiene hasta 20 sabores de mojitos que realiza con fruta de temporada. Para esta ruta presenta su 'Mojito Tiki Domingo', que es su propia versión del mojito clásico. «Yo hace tiempo apuntaba todas las consumiciones que servía. En el año 2004 hice 5.000 mojitos, por tanto, no es una bebida que se haya puesto de moda ahora. En Valladolid hace años que existe una gran demanda», asegura. «Para machacar la hierbabuena hay que tener cuidado de no que la hoja no sufra y se deshaga, lo que estropearía el trago», aconseja. El resultado final es un mojito con muchos matices, muy agradable, refrescante, con un fuerte aroma y suave sabor a hierbabuena.
Dirección: C/ Empecinado, 23
Precio: Mojito Tiki Domingo, 6,50 euros (7 euros los de sabores)
3
El 'Mojito Azul', con sabor a mora, es la propuesta más vistosa y deliciosa de este local, situado en el corazón de la zona de Paraíso. Su público, principalmente joven, es adepto ya a esta bebida, que preparan tras la barra, sus gerentes, Jorge García y Brian Palacios. Su carta incluye, además, el mojito tradicional, de fresa y de mango y fruta de la pasión.
«En verano es la consumición más demandada. Hay tardes en las que sólo hacemos mojitos y cuando nos piden una cerveza, hasta nos parece raro», bromea Jorge. «Para elaborar el mojito azul, lo primero que hacemos es echar cuatro trozos de lima, hierbabuena en abundancia, 2 cucharadas de azúcar blanco y sirope. Lo machacamos todo para que se mezcle con el azúcar y echamos hielo picado. En lugar de emplear ron blanco, utilizamos vodka azul y también sirope de mora y licor de cáscara de naranja amarga. Lo rematamos con una hoja de menta, una rodaja de lima y refresco de lima», comenta Brian, que es el creador de las recetas.
El resultado es dulce, delicioso y espectacularmente vistoso. Su sabor es diferente y muy exótico. «De entrada muchos no suelen pedir este mojito azul, pero cuando se lo ven a alguien de otra mesa, a todo el mundo se le antoja. Tiene un color tan llamativo, que apetece probarlo», comentan estos hosteleros. Este mojito es de lo más corporativo y va a juego con el local, donde la decoración y las luces, también son azules. «Está elaborado así a conciencia. Primero probamos a hacerlo con azúcar moreno y el color no resultaba demasiado bonito, así que lo cambiamos por azúcar blanco y tanto el sabor como la presentación, fueron perfectos. Siempre preguntamos al cliente sus gustos y en función de lo que nos cuente, le orientamos hacia un sabor u otro», rematan.
Dirección: C/ Paraíso, 11
Precio: 4 euros
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Víctor Trozzo es de los que se esmeran con cada copa que prepara. Él es el coctelero de este restaurante art-decó especializado en cocina latina fusión. Un local abierto en 2019, que se presenta como embajada de los sabores del otro lado del charco, pero todo lo que utilizan es género local. En los cócteles y mojitos también tratan de mantener esa esencia. Sus propietarios Wendy, salvadoreña y Ramón, venezolano, se han preocupado de dar a conocer los sabores de su tierra.
Agasajan a sus clientes con una amplia carta de tragos, entre los cuales, los mojitos ocupan un lugar destacado. Tienen el tradicional y el realizado con zumos naturales tropicales, como el de mora, tamarindo, mango y también el de sandi-coco. Para esta ruta, proponen el de maracuyá, el preferido de sus clientes. Víctor empieza por las hojas de hierbabuena. Entre 8 y 12, en función de su tamaño. Luego echa la lima cortada en trozos y una cucharada grande de azúcar blanco. «Lo machaco todo para el azúcar raspe la hierbabuena y salga el zumo de la lima. Luego echo hielo para ir enfriando el vaso», relata a medida que realiza cada uno de los pasos. El zumo de maracuyá lo tiene ya preparado. Lo hace a diario con pulpas naturales que importa desde Colombia. Lo vierte y lo bate todo bien para que el azúcar se disuelva. «Le echo un bautizo de ron y más zumo de maracuyá. Completo el vaso con hielo hasta el borde y lo decoro con hierbabuena», dice mientras la golpea para liberar su aroma. Su toque final es una rodaja de lima deshidratada. «Directo para disfrutar», anima este coctelero de origen venezolano. «El secreto de un buen mojito es que sea armónico y que se perciban todos los sabores. Es importante que tenga un toque cítrico y que también se sienta el azúcar», comenta. Víctor ha conseguido su propósito. Su mojito resulta de lo más armonioso. Es dulce, con un toque cítrico muy agradable y con un suave regusto a hierbabuena.
Dirección: C/ Regalado, 9
Precio: 8,50 euros
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¿Qué puede haber mejor que tomar un mojito en una tarde de verano? Está claro. Tomar un mojito en una tarde de verano, en un chiringuito junto a la playa y con las mejores vistas de la ciudad. Y eso es posible en Valladolid. Lucas Antonio Cordeiro es uno de los barman de este local que ofrece cinco tipos de mojitos, el clásico, el de mango, coco, fruta de la pasión y el de fresa, que es el que propone para los lectores de El Norte.
Lucas tiene una buena forma de empezar, que es preparando el adorno final: una banderilla con una lengua de regaliz. Apunta alto. Echa en el vaso las hojas de hierbabuena y las machaca para sacar su aroma. Llena el jigger de ron blanco, luego vierte 3 centilitros de lima y 4 de puré de fresa. Y remueve. «Lo lleno hasta el borde de hielo picado y empiezo a remover de abajo, que es donde está todo el sabor, hacia arriba», comenta mientras echa más hielo y coloca dos pajitas. «El mojito es una de las bebidas más demandadas en este tiempo. Sales a la terraza con uno y a todo el mundo se le antoja. Los jóvenes prefieren el de fruta de la pasión y también el de fresa. A los mayores les gusta más el clásico». El trago final resulta dulce y con un intenso sabor a fresa. Está tan rico, que deja con ganas de más.
Dirección: Pº de Marcelino Martín 'El Catarro'
Precio: 8 euros
Si te ha parecido refrescante esta ruta y te gustaría completarla con algún manjar sabroso de Valladolid, aquí te recomendamos las rutas de los batidos más deliciosos, los mejores caracoles o los panes de autor más especiales de la provincia. Todo, en nuestro espacio dedicado a los mejores sitios para comer y beber en Valladolid.
Y en tu opinión, ¿cuál es el mejor mojito que te has tomado en Valladolid? Puedes dejarnos tu recomendación en los comentarios de la noticia.
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