Juan Rodríguez Moreno | Sexólogo
«Muchos chavales están atrapados en los modelos hegemónicos de masculinidad»Juan Rodríguez Moreno, sexólogo y educador social, anima a reflexionar sobre «privilegios y costes» para evitar que se llegue a «situaciones de violencia y sumisión»
«Lo vemos a menudo en los colegios e institutos», dice Juan Rodríguez Moreno (Sevilla, 1994), sexólogo y educador social, responsable de coeducación con infancia ... y juventud de la Fundación Iniciativa Social y ponente en las jornadas sobre Educación Sexual organizadas este miércoles y jueves por Dialogasex en la Facultad de Educación y Trabajo Social. «Muchos chavales están atrapados en los modelos hegemónicos de masculinidad, esa idea de que el hombre es una figura de poder y que debe ser dominante para perpetuar ese rol, para mantener unos privilegios». Esos roles masculinos tradicionales, asegura, «llevan a reproducir conductas que llegan a ser violentas y ponen a las mujeres en situación de sumisión».
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«Es importante crear una conciencia sobre estos modelos y ofrecer alternativas de masculinidades positivas. Creo que fue Saramago quien dijo que el machismo es un problema de los hombres que sufren las mujeres». Por eso, defiende, es importante abordar estos asuntos en el aula (y fuera de ella) para que los jóvenes «reflexionen sobre los privilegios y costes de esos modelos hegemónicos. Por ejemplo, cómo se asocia la fuerza física al poder y cómo se da por hecho que el hombre tiene que ser violento para conseguir lo que quiere. O cómo se dice que nosotros tenemos que ser los proveedores, independientes económicamente, los que trabajamos… y esto supone un coste que nos aleja de los cuidados, de mantener y sostener las relaciones personales».
«En el instituto vemos que un chico que duda, que se pregunta sobre estos privilegios, es cuestionado por el grupo de machotes, que lo pone en duda y lo desplaza. Por eso es importante que los profesores no se callen, que identifiquen y paren situaciones que supongan una reproducción de esos patrones machistas. Y eso se da en los chicos, pero también en las chicas, que pueden llegar a reproducirlos. Parece que masculinizan sus comportamientos y sus discursos para recibir cierta validación».
-¿Cómo se reproducen o perpetúan estos modelos?
-En los procesos de socialización, sobre todo en la adolescencia y en la juventud, vemos que se valora más a esos hombres que reproducen ese tipo de comportamientos, porque se consideran normales.
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-¿Cómo romper con ello?
-Intentamos promover la conciencia crítica, que entiendan que el feminismo es esa parte que nos da libertad. Abrazar el feminismo nos puede servir para llegar a otros modelos de masculinidad que no generen una relación de poder. El hombre no es el protagonista. Dentro de nuestra vida hay muchas personas y si queremos su bienestar, tenemos que fomentar también unos entornos más seguros para ellas y para ellos.
-¿Qué cualidades debe tener la nueva masculinidad?
-Hacemos mucho hincapié en los cuidados y los buenos tratos, en la corresponsabilidad. No solo en compartir las tareas del hogar, sino corresponsabilidad hacia la igualdad. Los hombres tenemos que ser conscientes y debemos comprometernos en la lucha por la igualdad.
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-¿Y qué papel juegan las redes sociales?
-Ahora mismo hablamos mucho de la 'manosfera', de todos esos espacios digitales donde se reproducen comentarios y discursos machistas y de odio. Es importante dotar a los jóvenes de conciencia crítica sobre lo que ven y lo que escuchan, para que no sean meros repetidores de discursos, sino que también tengan capacidad de análisis. Pero también en las redes hay 'influencers' que hablan de masculinidades alternativas, como Ivan Gombel. O Lionel Delgado, que junto a la Fundación Iniciativa Social desarrolla el proyecto Brother, donde tratamos de crear espacios virtuales para que los chicos no se sientan juzgados y puedan explorar otros modelos.
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-Trabajan también en proyectos vinculados con el deporte.
-Se llama charlas de vestuario y está digirido a grupos de fútbol, baloncesto, balonmano… Tramos que los chicos entiendan que ciertas ideas de violencia, competitividad o individualismo que intervienen en el deporte no tienen por que´extrapolarlos a la vida cotidiana. Y también es fundamental la creación de espacios seguros en la práctica deportiva.
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