Valladolid
Las Catalinas explicará al visitante en 17 salas sobre la cultura del vinoUn viñedo en las antiguas huertas, el discurrir por las celdas monacales con una bodega y destilería centrarán la visita en una primera fase del proyecto museográfico
El vino como elemento vertebrador de la capital histórica y monumental, religiosa y conventual además de social y gastronómica. Las Catalinas emerge como un proyecto ... vitivinícola adscrito a la propia idiosincrasia de los vallisoletanos que va adquiriendo más protagonismo si cabe ahora con el diseño de los contenidos museográficos con la rehabilitación del Monasterio de las Madres Dominicas de Santa Catalina de Siena de Valladolid. El antiguo cenobio está actualmente en las obras de restauración de las partes protegidas del inmueble y en el diseño de su nuevo concepto de acuerdo al plan de rehabilitación iniciado la pasada primavera tras la correspondiente licencia municipal otorgada por el Ayuntamiento de Valladolid. Una actuación que se prolongará hasta el mes de abril de 2026 y, a continuación, se iniciará del proyecto de museografía que incluirá la transformación de los espacios en 17 salas distribuidas en algo más de 2.000 metros que en posteriores fases se ampliará con la recuperación de nuevos espacios y, por tanto, de la ampliación de este complejo museístico «en un edificio complejo, por su propia condición material, y su condición de inmueble protegido, además de por una rehabilitación en varias fases».
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La calle Santo Domingo de Guzmán será el punto de acceso a este Centro del Vino a través de la antigua portería conventual, que también dio cobijo al torno, subiendo desde ahí a la entreplanta y creando una serie de circulaciones interiores donde el visitante participará «de una experiencia viva y dinámica que integra patrimonio, cultura, innovación y disfrute sensorial». Un disfrute por 17 pasajes para posicionar a la ciudad «como un núcleo indiscutible en la promoción y disfrute de la cultura vitivinícola» donde también se adquirirá saberes y sabores de la riqueza vitivinícola con su diversidad paisajística y denominaciones de origen.
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Las características principales del recorrido se plantean como la preservación del patrimonio arquitectónico del convento de Santa Catalina de Siena (Bien de Interés Cultural desde 1979); la creación de un viñedo urbano y un jardín monacal experimental en pleno casco histórico ofreciendo en esta área una conexión directa con las prácticas tradicionales del cultivo de la vid y las plantas aromáticas y medicinales junto con una museografía avanzada y tecnológica ofreciendo una experiencia inmersiva y sensorial para permitir explorar la cultura del vino desde sus múltiples facetas históricas culturales, espirituales y sensoriales.
Un «espacio vivo» planteado también para programar visitas guiadas al viñedo y al jardín monacal con actividades experimentales; una bodega experimental equipada para realizar microvinificaciones; talleres prácticos y cursos especializados en vitivinicultura, gastronomía y enoturismo; eventos culturales y artísticos en los espacios exteriores incluyendo conciertos performances o videomapping además de degustaciones o presentaciones de novedades internacionales relacionadas con el vino.
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Una ambiciosa propuesta que nace entre cuatro paredes pero que se mantendrán, es decir, las tapias tan características de ese antiguo entorno monacal continuarán aportando misterio a este centro del vino. El volumen arquitectónico permanece pero se intervendrá en cerramientos acristalados en el claustro u otras áreas como el conocido como Patio de la Magdalena donde se levantará contiguo una galería de las circulaciones una fachada que replicará la histórica pero que «generará un interesante espacio intermedio entre el muro histórico y el contemporáneo». En definitiva, esa biodiversidad técnica y natural permitirá la distribución de las nuevas salas donde sus arquitectos destacan el carácter de «sobriedad y elegancia» con una clara guía de estilos arquitectónicos: desde las salas en los espacios más nobles como la iglesia y el coro, que constituirán espacios polivalentes, hasta los espacios menos nobles y más deteriorados en la actualidad dando en ellos un mayor protagonismo a la musealización digital e interactiva.
Así, la combinación de todos estos espacios, permitirá crear un espacio de acogida en la planta baja desde donde se accederá a las dependencias introductorias para transmitir al visitante en una línea del tiempo la importancia histórica y patrimonial del edificio disertando sobre este monasterio dominico, las yeserías o los azulejos fechados desde el siglo XVI. Y, desde aquí, las salas que ya serán más una aproximación histórica hacia Valladolid y la cultura del vino; las medidas del vino; Valladolid en el centro del Duero; bodegas subterráneas; los procesos del vino, retratos del sector; el vino en datos; el vino en el arte; la iglesia como ámbito versátil y diáfano que pueda acoger múltiples actividades y experiencias junto a la sala multifuncional en la que se reconvertirá el coro; la Capilla del Rosario, la Capilla del Licenciado; la sala de catas; el vino en el séptimo arte; vino y gastronomía conventual (´La voz tras los muros') o Valladolid, paisaje de la cultura del vino además de espacios auxiliares.
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Un total de 17 salas sobre las que se quiere conseguir una flexibilidad programática de exposición permanente con espacios vivos. Un recorrido donde la paz, recogimiento y reflexión monacal se reconvertirán en idénticos paramentos para abordar saberes e incluso sabores en relación al vino, un líquido elemento dispuesto desde la mesa del altar en esta antigua estancia monacal y hasta la mesa social heredada y tradicional de los vallisoletanos y cada vez de más turistas.
Arte en la casa del arte
La rehabilitación arquitectónica y disposición museográfica permitirán un contraste patrimonial y vanguardista en pleno corazón de Valladolid. La calificación de Bien de Interés Cultural (BIC) del inmueble monacal permitirá la admiración de arte: el arte vitivinícola pero también gracias a la restauración y recuperación de numerosos elementos arquitectónicos de Santa Catalina de Siena con curiosos rincones como torno, capillas, celdas, refectorio… Junto a largos corredores, patios e incluso la propia iglesia y el coro. Numerosos elementos donde también se albergarán obras gracias a un convenio con el Museo Arqueológico de Valladolid, propiedad de la Junta de Castilla y León y con sede en el Palacio de Fabio Nelli, «que enriquecerán el contenido histórico y aportarán autenticidad al relato museográfico».
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