El boom de la FP: tres mil alumnos más en once años y siete ciclos nuevos el próximo curso

«Hace dos años iniciamos un ciclo de Energías Renovables y llenamos todas las plazas. Ya en el primer curso hubo gente que no pudo entrar», explica Javier Crespo, jefe de estudios adjunto del IES La Merced. En torno a diez personas –quizá alguna más– se quedaron fuera. «La demanda está aumentando. Aquí, cualquier ciclo técnico se llena. Tenemos desdobles en mañana y tarde para el primer y el segundo curso, que siempre están hasta arriba». A nivel nacional, los grados con más alumnos se centran en las ramas de sanidad, informática y comunicaciones o servicios socioculturales y a la comunidad. Que haya alumnos sin plaza es una situación que también ocurre en el centro Ramón y Cajal, donde el curso de Anatomía Patológica y Citodiagnóstico es el más reclamado por los nuevos ingresos. «La oferta es de 48 plazas y solo una de cada 18 solicitudes presentadas se admite», asegura el director. El auge de la Formación Profesional es innegable.

Pero también el de los centros privados que ofrecen estos estudios. Nuevas aperturas que se notan en algunos institutos de la ciudad. «Hay mucha demanda, pero este año hemos notado un ligero bajón. También aumenta la oferta. De centros, de ciclos (50 nuevos llegarán el próximo curso a la comunidad) y existe la posibilidad de hacer FP online», explica Jon Ugalde, director de Formación Profesional del Instituto Politécnico Cristo Rey. Y también cambian los tiempos. «El empleo no mueve tanto como antes, los alumnos piensan mucho en hacer lo que les gusta. Hace unos años eran los ciclos de informática los que tiraban mucho, ahora la Mecatrónica Industrial es uno de los más demandados». Frente a esto, las vacantes en otros como en Electrónica. «Tenemos una tasa de inserción laboral del 71%, pero no hay manera de llenarlo. En septiembre apenas teníamos diez alumnos matriculados», afirma.

La situación también es similar en otros ciclos, como en el de Peluquería. «En algunos la demanda depende del año. Este curso hemos tenido que rechazar solicitudes, son grados donde además la empleabilidad es inmediata». Y junto con la demanda general, en el centro de Delicias los cursos de grado medio están más demandados que los superiores. Al menos los de la familia de Imagen. «Son profesiones menos especializadas donde entra parte de alumnado que tiene prisa por trabajar. Algunos que hayan tenido carencias en los resultados académicos de Secundaria y que buscan una salida inmediata. En los superiores, la materia es más específica y te tiene que gustar», añade.

Los nuevos alumnos también muestran interés en la FP dual, que les permite alternar entre el centro educativo y la empresa. Es decir, el alumno puede recibir una formación en el centro educativo y al mismo tiempo poner en práctica lo aprendido en un centro de trabajo. «Una de las primeras cosas que te preguntan es si hay opción. Nosotros estamos abierto a dualizarlo todo, el único problema puede estar en las empresas que acogen los alumnos, pero cada vez están más abiertas a estos planes. Al final, si tienes un alumno formándose más tiempo contigo, es más fácil moldearlo a tu forma». Según los datos presentados por la Junta de Castilla y León al inicio del curso, en el año académico 2022/2023 hubo 778 empresas participantes. Hace ocho años había 116 instituciones adscritas mientras que los centros con oferta dual rondan los cien en Castilla y León. En 2016 eran apenas 18.

Desde el Gregorio Fernández, su jefa de estudios, Isabel Vidal, explica que los ciclos más demandados se reparten entre los de salud, docencia e informática. «Si realizan bien las prácticas lo tienen hecho para trabajar en la empresa. Nos piden alumnado y si se esfuerzan, luego brillan en el mundo laboral», explica. También notan el aumento de la demanda. «Parece que la FP está de moda». Por eso también han aumentado la oferta en los últimos años con nuevos grados. Por ejemplo con ciclos formativos de servicios socioculturales y a la comunidad, como el de Integración Social.

El último informe de la Consejería de Educación muestra que los datos de inserción laboral de Formación Profesional están en el 86,6% un año después de terminar el ciclo que están cursando. Es decir, encuentran empleo doce meses después de terminar. «La empleabilidad podría llegar a ser del cien por cien, pero son los propios alumnos los que deciden no trabajar», afirman desde la Merced. La explicación es que muchos de ellos deciden seguir formándose. En su caso, ocurre por ejemplo con el de Mecatrónica Industrial. «Si tuviéramos cien plazas, trabajarían todos». El informe de Educación destaca que las mayores tasas de inserción laboral están en las familias profesionales de informática y comunicaciones, fabricación mecánica e instalación y mantenimiento.

En el otro lado son los de administración y gestión, comercio y marketing e industrias alimentarias los que menos tasa tienen. No solo eso, sino que la FP dual es además la que mayor tasa de inserción presenta, con el 94%. «El índice de inserción es muy bueno. En química y en salud ambiental puede rondar el 85% y muchos alumnos no están empleados porque no quieren. Casi todos se quedan a trabajar donde han hecho las prácticas, menos algunos que han decidido que no», expone el responsable del Ramón y Cajal. En el presente curso la oferta de los ciclos de Formación Profesional ha alcanzado hasta los 35 centros en la capital.