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Navidades de muchísima afluencia, largas colas en días clave y muchísima gente en horas punta». Instituciones, iglesias y cofradías coinciden en este último tramo de las fiestas del creciente interés en los últimos años por el arte belenista expuesto en la capital vallisoletana. La ... temporada comenzó en la primera semana de diciembre con la inauguración de los monumentales nacimientos del Ayuntamiento de Valladolid y de la Diputación Provincial, una fecha previa al puente de la Constitución-Inmaculada, adelantándose a las fechas tradicionales de apertura, y que significó unos primeros días «de mucho trasiego» en que las salas de exposiciones de Las Francesas y del Palacio de Pimentel, respectivamente, se empezaron a llenar de vallisoletanos, en especial de muchas familias reunidas, pero también de muchos turistas para admirar esta arraigada tradición.
Esos dos montajes son el exponente de este arte en su máximo esplendor dado que sus autores, José María Villa de la Asociación Belenista La Adoración y Martín Jesús Vaquero de la Asociación Belenista Castellana, han conseguido creaciones distintas pero complementarias: el belén municipal en un concepto de poderlo recorrer por todos sus lados –360 grados– dado que está montado en el centro de la sala y, el otro, el de la institución provincial, que aplica los modelos de embocadura para contemplarlo desde un frente. Unas señas de identidad muy comentadas entre los visitantes, tal y como han indicado desde ambas salas, que los han convertido en auténticos referentes: pendientes del cuenteo de este fin de semana, otro de los periodos de mayor entrada, el nacimiento de Las Francesas ambientado en la región de Judea, alcanza hasta la fecha más de 35.000 visitantes mientras que el belén que recorre la Ribera del Duero en Pimentel supera ya los 40.000 registros.
Son cifras «muy buenas», como coinciden en señalar fuentes municipales y provinciales, al tiempo que apuntan que «las muestras de belenes siempre tienen muy buena aceptación entre el público de las salas, pero lo cierto es que en los últimos años está aumentando su interés, aspecto que contabilizamos numéricamente pero también por la curiosidad que despiertan entre los visitantes tanto en lo que representa el montaje como su propia confección, materiales o figuras». En definitiva, apuntan los mismos responsables, «un arte en miniatura creciente tanto en admiración como por ciudadanos que vienen a coger ideas» destacando en este sentido que han sido muchos aficionados los que han hecho fotos y vídeos en ambos montajes. Otras muchas personas, por su parte, también han retratado sus visitas, «lo que evidencia el interés, que están gustando».
El atractivo de estas visitas también ha quedado evidenciado en las largas filas de espera tanto en el interior pero sobre todo en el acceso exterior, siendo éstas las que más llaman la atención por el frío que han tenido que soportar cientos de personas. Las colas en Las Francesas muchos días han llegado hasta la misma calle Santiago y las del Palacio de Pimentel han recorrido parte de la calle Angustias. Circunstancia similar se ha repetido en las entradas a los belenes del Salón de Pasos de la Cofradía Penitencial de Nuestra Señora de las Angustias con la recreación terracampina de José María Villa; en la Parroquia de San Lorenzo donde la Familia Trebolle Liz ha realizado el tradicional belén monumental que destaca por representarlo en las localidades de Nazaret, Belén, Jerusalén y Egipto u otras propuestas como las expuestas en las iglesias de San Benito, Santa Ana, Santiago, San Felipe Neri o la propia Basílica-Santuario Nacional de la Gran Promesa. En todos estos emplazamientos coinciden al apuntar la gran cantidad de visitas que han tenido sus montajes. Las nuevas creaciones de esta temporada, por ejemplo, los dioramas que la Asociación Belenista Castellana ha instalado este año en el Palacio Arzobispal, que también han tenido mucha expectación.
Y más allá del propio epicentro de la capital vallisoletana, en la Parroquia de la Inmaculada del paseo de Zorrilla, otro de los montajes clásicos de la ciudad dado que llevan haciéndolo más de cuatro décadas. La Orden Franciscana Seglar ha recibido hasta este pasado viernes a casi 12.000 personas en su creación belenista caracterizada por tener el ciclo día-noche, un montaje donde incluso surgen las tormentas y se ilumina el interior de las casas al anochecer. Así, desde la Cofradía de la Santa Cruz Desnuda reconocen «el éxito y aceptación del nacimiento con una cifra de visitantes que va aumentando en los últimos años». «Y estos números, este interés, significa que este arte belenista es una tendencia creciente y ese aumento de visitantes redunda, al menos en nuestro caso, en la motivación de nuestros maestros y cofrades voluntarios que cada edición se esfuerzan más para conseguir que esta tradición belenista sea otro referente más de la espiritualidad y la cultura de Valladolid», comentan desde esta institución religiosa que precisamente las navidades pasadas conmemoraron el 800 aniversario del primer pesebre realizado por San Francisco de Asís en el municipio italiano de Greccio.
La mayoría de estos montajes estarán expuestos y abiertos al público hasta el 6 de enero, coincidiendo con la conmemoración de la Epifanía del Señor, si bien algunos se mantendrán hasta la festividad religiosa de las Candelas, el domingo 2 de febrero, como es el caso del montaje de la Iglesia de Santiago o del Santuario Nacional de la Gran Promesa.
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