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Urbanismo requiere a Agropal que tapie el peligroso silo de la avenida de Gijón«La situación es evidente y por eso hemos iniciado ya el procedimiento para requerir a la propiedad del silo de la avenida de Gijón ... que tapie los accesos a la parcela y ponga fin a la entrada de personas a su interior», anticipa el concejal de Urbanismo, Ignacio Zarandona, en alusión al estado del antiguo 'granero' catalogado, al que llevan meses accediendo menores y grafiteros, y todo aquel que quiera, a un interior repleto de trampas e, incluso, a una cubierta situada a más de treinta metros de altura.
El edil, en este sentido, reconoce que son conscientes de los riesgos que entraña el acceso al inmueble abandonado y más después de que una chica de 14 años tuviera que ser rescatada del tejado, en el que quedó atrapada y amarrada a un cable, por policías locales y bomberos el pasado 19 de marzo.
Y por eso el edificio, construido en 1949 y que perdió su uso en el último tercio del siglo pasado, va a ser objeto de una revisión por parte de los técnicos municipales de cara a la inminente elaboración de un informe en el que «se concrete la situación exacta del mismo y de los accesos abiertos en la actualidad, así como las medidas a adoptar para proceder a su cierre, con el fin de ordenar a la empresa propietaria -la cooperativa palentina Agropal- que ejecute estos trabajos o, en caso contrario, sería el Ayuntamiento el que lo haría» con cargo a la misma.
El gerente de la cooperativa, César Reales, ya explicó con antelación la voluntad de la empresa de «enviar de inmediato» a sus operarios «a revisar la parcela al completo parar soldar todos los puntos de entrada y cerrarla», una intervención que vienen realizando de manera periódica desde que compraron el inmueble a la Junta hace tres años, por medio de una subasta en la que pagaron 257.883 euros.
El caso es que la parcela del número 40 de la avenida de Gijón, en la que se encuentra el silo de treinta metros de altura y un par de edificaciones de planta baja, continúa a día de hoy abierta de par en par. Y no solo eso. Durante el pasado fin de semana se amplió el pequeño boquete abierto con anterioridad en la valla que da al camino situado en la parte posterior del silo, por el que ahora cabe sin problemas cualquier personas. Y por delante, en la verja de la entrada principal al recinto, se han arrancado recientemente algunos barrotes de un extremo para permitir el acceso por un extremo de la misma.
Una vez en el interior del silo, cuyas puertas están convenientemente selladas, los 'visitantes' del inmueble han roto la reja de una ventana, que vasta con levantar, y colocado una silla para facilitar el acceso al interior. Y este, en el que hay numerosos boquetes y peligrosas escalinatas en cada una de sus plantas (fruto de su uso como almacén de grano), se encuentra repleto de pintadas. En su última planta, y esto es lo más peligroso, sus ventanas se encuentran destrozadas y por ellas se cuelan también los jóvenes para salir al tejado. Así lo demuestran a las claras los grafitis realizados en los muros del torreón que corona el viejo almacén y el rescate, allí mismo, de la menor por parte de policías y bomberos.
De manera que, aún con el silo abierto y frecuentado por menores -su presencia ha sido objeto de otras intervenciones policiales- y grafiteros-, sus propietarios muestran su voluntad de tapiarlo. Y en caso contrario recibirán «en breve» un requerimiento formal del Consistorio para hacerlo y poner fin a los riesgos que entraña pasear por su interior.
Mediados del siglo XX
En la actualidad
El inmueble, dado su valor histórico -fue el primero de la red del Servicio Nacional del Trigo (SNT) construido en España- y arquitectónico, cuenta con un elevado grado de protección (P3), que obliga a su conservación estructural, eso sí, abriendo la posibilidad a los dueños de realizar modificaciones en su interior e, incluso, puntualmente en su exterior (solo hay ventanas en la planta baja y en el mirador que lo corona) siempre que «no se desvirtúen los valores que motivaron su catalogación», según recoge el expediente municipal.
Agropal, en este sentido, plantea su posible reconversión en un edificio administrativo de oficinas y ha encargado a una arquitecta que estudie las posibilidades del silo. Allí, al tratarse de un suelo terciario (servicios y comercios), cabría la posibilidad otros usos compartidos como supermercado o almacén. Lo que no puede acoger, salvo modificaciones en el Plan General de Ordenación Urbana, son viviendas o un uso industrial.
El silo en cuestión fue levantado en 1949 por el Servicio Nacional del Trigo (SNT) y fue el primero de la red construido en España, junto al levantado en Villada (Palencia), destinado a almacenar grano antes de su distribución a cargo del estado. El Gobierno mantuvo su propiedad hasta 2003, cuando se lo cedió a la Junta y la administración autonómica lo enajenó en 2022 a través de una subasta en la que Agropal logró su titularidad por 257.883 euros.
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