Sanitarios atienden a un joven tras ser agredido por DDP en mayo de este año en la calle Sinagoga. Á. M./El Norte

Auge y caída de los Dominican Don't Play de Valladolid

Se asentaron hace tres años después de la llegada de dos hermanos desde Madrid para ser abortados «de raíz» recientemente

Álvaro Muñoz

Valladolid

Domingo, 22 de diciembre 2024, 21:00

Siempre le ha preocupado más a la Policía Nacional de Valladolid la presencia de los Dominican Don't Play (DDP) que la de los Trinitarios. ... Hasta el punto de que han mantenido durante varios meses una gran operación contra ellos que ha dado sus frutos recientemente para «abortar de raíz este intento de establecer un grupo violento en la capital vallisoletana».

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Es el auge y caída de los DDP en Valladolid. Todo ello en tres años y tras un asentamiento que llegó después de la pandemia desde la capital de España. Fueron los hermanos Medina los que pusieron las primeras piedras para fortalecer una banda criminal que ha llegado a su fin después de innumerables detenciones en las que han estado presentes 17 personas, muchas de ellas menores de edad.

El historial en Valladolid ha estado marcado por los continuos enfrentamientos entre las dos bandas por pertenencia o identidad a un determinado grupo. Así que una agresión llevaba a una venganza y así sucesivamente. Una de las primeras se registró en mayo de 2022, cuando los cabecillas de los Trinitarios agredieron con armas blancas a los hermanos Medina. Fue un delito leve de lesiones. Desde entonces un sinfín de episodios similares se han sumado en la capital, algunos de ellos en centros educativos como el ocurrido en el instituto La Merced en la primavera de 2023.

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Con un asentamiento cada vez más preocupante en la sociedad vallisoletana, con 'terrenos conquistados' por cada grupo, la Brigada de Información intensificó el trabajo bajo el nombre de la operación Sede. Gracias, principalmente, a la agresión que sufrió un trinitario que trabajaba en un locutorio de Nicolás Salmerón en la noche de Reyes de este año. Los cuatro implicados fueron detenidos días después, lo que propició también que se efectuaran cuatro entradas y registros en diferentes viviendas de la capital en las que se intervinieron varios machetes.

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Con prácticamente la totalidad de los componentes identificados por la Policía a principios de año, las agresiones no mermaron y los DDP volvieron a la violencia con una reyerta los días de Carnaval.

Fue en la plaza de Tenerías, en unas escalinatas de acceso al río. Allí tres DDP protagonizaron una pelea con machetes y botellas contra otras personas de origen magrebí. La envergadura de la pelea fue tan violenta que el servicio de emergencias tuvo que trasladar de urgencia a dos implicados, de 20 y 23 años del grupo magrebí, al Hospital Clínico. De hecho, uno de ellos presentaba heridas graves de arma blanca a la altura del cuello y en la espalda, mientras que el otro sufrió cortes en la mano al frenar uno de esos machetazos.

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Desde ese momento, la Brigada de Información inició unas tediosas pesquisas en las que jugaron un papel importante dos testigos protegidos en una investigación que se encontraba bajo secreto de sumario. Estas personas llegaron a identificar a tres sospechosos, entre ellos uno de los cabecillas de la banda que fue directo a Villanubla por presuntos delitos de homicidio en grado de tentativa, pertenencia a grupo criminal y lesiones graves.

En el mes de mayo la historia se volvió a repetir en la calle Sinagoga con la agresión a machetazos de tres jóvenes a un trinitario, con heridas de consideración en la cabeza y en el brazo izquierdo. Tras la agresión, los sospechosos se escondieron en la biblioteca de la plaza Trinidad. Allí se resguardaron los tres detenidos (de entre 16 y 17 años y de origen venezolano, colombiano y español), que con restos de sangre en sus vestimentas fueron directamente a uno de los baños.

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Fueron detenidos y puestos a disposición de la Fiscalía de Menores. Coincidencias de la vida, al día siguiente declararon pero en calidad de testigos por una pelea en la carretera de Soria en la que ellos habían sido las víctimas. Al día siguiente, declararon en calidad de detenidos. Esa circunstancia, a la que se añade continuas entradas y salidas de centros de menores, ha sido la tónica habitual de este año.

Vínculos con Madrid

Toda esta espiral de violencia de los DDP traspasó también la frontera de Valladolid por esas fechas. Los vínculos con la capital de España se escenificaron en una agresión en San Sebastián de los Reyes en la que participó un miembro del coro de Valladolid para apuñalar a un joven que después se demostró que no tenía nada que ver con las bandas latinas. Los padres del presunto agresor habían denunciado su desaparición tres días antes de los hechos.

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Capítulos de violencia que empezaron a denotar ya una estructura, finalidad, jerarquía y reparto de funciones entre los 17 miembros de la banda criminal. De esos hay dos jóvenes en prisión, cuatro en régimen cerrado en centros de menores y los restantes con distintos cargos por robos, tráfico y, todos ellos, pertenencia a grupo criminal. «Se considera como abortado de raíz este intento de establecer un grupo violento», remarca la Policía Nacional.

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