La procesiòn, con la Virgen de las Angustias a su paso por el túnel de Labradores. José C. Castillo

Valladolid

Las Angustias hace promesa ante el Corazón de Jesús

La tercera etapa de la misión de la penitencial regresa al centro desde Las Delicias con muchísima expectación, aplausos y vítores en torno a una misión evangélica que el viernes irá a la Catedral

Luis Amo

Valladolid

Miércoles, 24 de septiembre 2025, 21:35

De la cuna solidaria con los más necesitados al santuario devocional de la ciudad. La Virgen de las Angustias afrontó en la tarde de este miércoles la tercera etapa de su periplo jubilar entre el Convento de las Hermanas de la Cruz y la Basílica Nacional de la Gran Promesa. Dos templos especialmente espirituales donde también se ha despertado la devoción a la conocida popularmente como Señora de Valladolid: en Las Delicias desde el pasado sábado donde la imagen mariana fue recibida por multitud de vecinos del barrio y en pleno centro donde muchísima gente también la ha recibido con mucha expectación. Y los comisarios que portaban a hombros las andas hacían gestos y giros, por ejemplo, hacia niños y mayores.

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Delicias, Caño Argales y Circular han sido los barrios que han escoltado a la Cofradía Penitencial de Nuestra Señora de las Angustias para continuar su santa misión enmarcada en el Año Jubilar de Roma 2025 hacia la Catedral habiendo discurrido por diferentes zonas con actos formativos, eucarísticos, solidarios, vigilias o encuentros, además de atención y acompañamiento. Una etapa evangélica de los hermanos de numerosas cofradías que han querido participar con los de la Penitencial de las Angustias para acercar a la Virgen en lo que está significando algo así como la procesión inversa, es decir, devolver la devoción al pueblo en su ámbito de influencia más allá del recorrido procesional durante los días de Semana Santa.

Un día más… Muchos corrillos por las calles de tránsito, vecinos apostados en sus ventanas y portales, familias enteras, que esperaron y disfrutaron del avance de Nuestra Señora de las Angustias donde los rostros de admiración, contemplación y exhortación lo decían todo. «Ha sido una experiencia llegar a Las Delicias, donde la estancia de María de las Angustias ha significado un encuentro con la multiculturalidad», comentaban desde la penitencial, quienes reconocían la sorpresa ante el buen recibimiento pero también por la alta participación en todas las actividades realizadas, en este caso, desde la noche del pasado sábado con especial querencia entre los ancianos, escolares, personal sanitario y consagrados.

Ha sido una etapa marcada por un espectro social variopinto. Mayoritariamente acogidos en oración, pero otros muchos ante el disfrute festivo con máximo respeto que ha significado dar cobijo a la Virgen de las Angustias de Valladolid en este barrio donde su crecimiento demográfico siempre ha ido de la mano de la integración y también de la desigualdad. Y María de las Angustias acogió a todos. Desde anoche, en su tercera etapa, el abrazo del Sagrado Corazón del Santuario de la Gran Promesa acoge a cofradía e imagen en un contraste que volvió a significar el cruce por el túnel que conecta la avenida de Segovia con Labradores. Lleno a un lado y otro de la vía. Un paso subterráneo que significó la conectividad en doble itinerario del pueblo con el quehacer solidario de las cofradías.

Estos cofrades mimetizados en peregrinos de esperanza, como ellos mismos se sentían, además, según reza el lema de este año jubilar, esta vez han acercado su particular misión, la apertura a la vida y atención a enfermos, jóvenes, migrantes, ancianos o los pobres. Otra jornada histórica, donde ahora, desde anoche, el Padre Bernardo de Hoyos acogió en su casa a Nuestra Señora de las Angustias. Un jesuita que recibió la revelación y la promesa de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús en 1733 en un momento donde la talla de Juan de Juni ya contaba con especial devoción en aquella ciudad vallisoletana de hace casi tres siglos.

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La cruz alzada y los ciriales volvieron a abrir el paso. Seguidamente, tras la bandera, numerosos cofrades hermanados en una celebración presida por el sacerdote Mario Martín Gilsanz. Todos a buen ritmo marcando el paso también por los acordes de la Banda de Cornetas y Tambores de la Preciosísima Sangre que cerraban el cortejo. Momentos, en definitiva, un día más, de oración, aplausos y toques de campanas «para llamar a la fe, a convertíos y creer en el evangelio».

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