Los operarios rematan el adoquinado de las amplias aceras de la calle Caballero, entre el colegio y la parroquia del Cuatro de Marzo. J. Sanz

Valladolid

El adoquinado gana terreno a la brea para mejorar la accesibilidad del Cuatro de Marzo

Los operarios rematan la reurbanización del entorno del colegio y la iglesia para multiplicar el espacio peatonal y recuperar decenas de plazas de aparcamiento

J. Sanz

Valladolid

Viernes, 1 de agosto 2025, 19:37

Las obras avanzan en plazo y todo apunta a que estarán listas a tiempo para el inicio del curso escolar. Para entonces, puede que algunas ... semanas antes, el barrio del Cuatro de Marzo dirá adiós a sus aceras de brea para ganar espacio peatonal, y accesibilidad, en todo el entorno del colegio Francisco de Quevedo y la iglesia de San Mateo y Santo Domingo de Guzmán. El adoquinado de las aceras continuará allí ganando terreno al viejo firme de asfalto en el marco de un largo proceso de reurbanización de las callejuelas de este grupo de viviendas que precisamente este año celebra su 65 aniversario desde la llegada de los primeros vecinos.

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La intervención, en esta ocasión, suma ya cuatro meses y afecta al frontal de la parroquia, que preside la plaza del Doctor Quemada, así como al lateral que da al centro escolar y al resto de la calle Caballero, que rodea dicho recinto en el tramo que parte hacia el paseo de Don Juan de Austria.

En cuanto al primer tramo de la calle Caballero, el que une la calle Vives con la plaza entre la iglesia y el patio del colegio, los operarios prácticamente han acabado ya el adoquinado de las aceras. En ellas no habrá brea. En su lugar se abren amplias aceras de dos a tres metros de ancho, con parterres separados, en los que han mantenido tres árboles de gran porte y se plantarán otros dos, entremezclados entre la hilera de aparcamientos en batería (una docena) y en línea (dos más) del lado del templo. Y enfrente, ante el recinto escolar, se han eliminado los estacionamientos ante la entrada al patio, que luce también un amplio espacio adoquinado, en los mismos tonos crema y rojos del resto del barrio. A su lado sí se han habilitado ocho plazas de aparcamiento en línea.

Una señal permite acceder en sentido contrario a la zona cortada de 17:00 a 8:00 horas «bajo la responsabilidad del usuario»

Este tramo, que permanece cortado al tráfico desde la entrada por Vives, y así continuará presumiblemente, desde el inicio de las obras en este entorno el pasado 2 de abril, está concluido a falta de que se planten los dos nuevos árboles en los alcorques. Las aceras cuenta, además con pavimento táctil para facilitar el paso de personas con dificultades visuales por el lado de la iglesia y se han habilitado también los rebajes, del mismo material, a la salida del centro escolar hacia el templo para dibujar allí un paso de cebra.

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Los obreros centran ahora su trabajo en el tramo de la calle Caballero que conduce al paseo de Juan de Austria, donde se encuentra la entrada principal a este recinto desdoblado del veterano grupo escolar Francisco de Quevedo -su otra sede está en la calle Granados-. Allí se han abierto también aceras adoquinadas más amplias que sus antecesores se brea y se han mantenido en torno a una docena de plazas de aparcamiento en líneas: diez ante el colegio y dos del lado de las viviendas. En este último lateral, donde se talaron los árboles de escaso porte existentes, se han habilitado nuevos parterres para su reposición.

Los operarios rematan el adoquinado de la calle Caballero al borde del paseo de Don Juan de Austria. J. S.

Más verde están los trabajos de remodelación del espacio de aparcamiento frente a la entrada principal de la parroquia, cuyo frontal también está adoquinado. Allí, de momento, solo se ha picado la isleta central, también de brea, y se prevé reordenar el espacio para recuperar el grueso de las plazas de estacionamiento, en torno a medio centenar, que hasta la fecha eran de carácter disuasorio, pero que el Ayuntamiento anunció que podrían pasar a ser de zona azul para evitar estacionamientos de larga duración. Pero eso está aún por ver.

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Sea como fuere, la intervención en torno a la iglesia y el centro escolar avanza conforme a los plazos previstos, con su finalización fijada inicialmente para el 29 de agosto. Cuando concluya se recuperarán la mayoría de las ochenta plazas de aparcamiento suprimidas (temporalmente) desde que comenzaron las obras que mantienen cortado el acceso a la calle Caballero y, por extensión, al aparcamiento de la plaza del Doctor Quemada.

Cartel que permite el acceso a los aparcamiento en horario reducido y en sentido contrario por la calle Serrano. J. S.

La prohibición de aparcar en dicha plazoleta, sin embargo, cuenta con una singular excepción en horarios de 17:00 a 8:00 horas (del día siguiente). Durante esa franja horaria, y así lo informa la señalización, se permite el acceso en sentido contrario por la calle Serrano (por lateral de la iglesia que no está en obras -esa vía ya se reurbanizó meses atrás-) para ocupar las plazas disponibles entre el firme picado por las máquinas y las casetas de obras colocada en la plaza del Doctor Quemada. Y lo llamativo es que el propio cartel que autoriza la entrada advierte a los conductores de que será «bajo la responsabilidad de cada usuario». La calle Serrano, en cualquier caso, mantiene su sentido habitual de salida de la plaza hacia la calle Vives y su calzada no permite el paso de dos vehículos. Y menos de uno en cada sentido si se diera la circunstancia.

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Esta permisividad para mantener algunas plazas de aparcamiento en uso, aunque solo sea por las tardes y noches, obedece a buen seguro a las críticas vertidas por los vecinos del barrio cuando comenzaron las obras en torno a la iglesia y el colegio, en un lejano 2 de abril, al coincidir con otras dos en curso, en su caso de renovación de tuberías de agua, en las calles Joaquín Rodrigo y Vicente Goicoechea. En estas dos últimas se habían perdido temporalmente (durante los trabajos), desde el 12 de marzo y hasta finales de mayo, sesenta plazas de aparcamiento. Y en las calles aún en obras (Caballero y Doctor Quemada) se perdían 80.

Aquellas sesenta plazas se recuperarían antes de junio y las otras volverán a estar operativas, si todo va bien, antes de septiembre.

Antes, en cualquier caso, del comienzo del curso escolar, el barrio del Cuatro de Marzo dirá adiós a nuevos tramos de aceras de brea. En su callejero, al menos, en esta parte del grupo de viviendas inaugurado en un lejano 10 de octubre de 1959, aún conservan este negro material en sus espacios peatonales tres calles (Vicente Goicoechea, Félix Antonio y Sarasate) y el lateral del lado de las viviendas del paseo de Don Juan de Austria (el otro, el que mira al río, si está adoquinado). Una quinta vía, Vives, precisamente la que discurre por la parte posterior de la iglesia de San Mateo y Santo Domingo de Guzmán, también mantiene la mayoría de sus aceras de brea. El resto del contorno del templo, eso sí, ha dicho ya adiós a las mismas y luces amplias aceras adoquinadas.

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