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Arreglos de bolsos, cintos... y sobretodo zapatos. Aunque también duplicados de llaves y un largo etcétera de trabajos. Definir el oficio de Abel Aguado (Valladolid, ... 1971) se antoja complicado. Podría llamarse zapatero, aunque no fabrica calzado, lo repara. Tampoco es cerrajero, aunque ha salvado más de una emergencia con pérdidas de llaves y cambios de cerraduras. Lo cierto es que durante 38 años detrás del mostrador de la mítica tienda 'Zapatones', este vallisoletano se ha convertido en un solucionador profesional de problemas cotidianos de varias generaciones de familias del entorno de la plaza de San Juan y alrededores. Además, durante catorce de esos años, contó con una compañera de excepción, su amigable perrita Luna, que recibía siempre a los clientes en la puerta y amenizaba el paso de escolares y viandantes de la calle Huelgas.
-No eres zapatero ni cerrajero, pero trabajas con zapatos, bolsos y llaves...¿en qué consiste tu trabajo?
Pues la verdad es que hago un poco de todo. Principalmente me dedico a la reparación de calzado, bolsos y cinturones. Por otro lado también está el duplicado de llaves, de mandos a distancia y también lo complemento con afilados de menaje de hogar, de casa, etc.
-¿Cómo se empieza en este particular 'oficio'?
Comencé a estudiar metalmecanica en La Merced y cuando acabé, busqué empleo como se buscaba antes, en los anuncios de ofertas de empleo del periódico. Así vi que necesitaban un aprendiz aquí y me presenté. Luego Manuel Ángel López -que fue el que empezó con la tienda- tuvo a bien contratarme y aquí seguimos después de 38 años.
-¿Por qué dedicarse a este?
Bueno, la verdad que es un negocio muy recurrente, puedes tener todo el trabajo que quieras. Al abarcar tantos campos, hay muchas cosas que tienes que decir que no, porque no das abasto con tanto trabajo. Igual que te digo eso te comento que es un negocio que es muy agradecido, haces feliz a mucha gente porque siempre hay gente que tiene cosas que quieren reparar con mucho valor sentimental. O mismamente su calzado de uso diario, los bolsos a los que tienen cariño. También hay hijos que vienen para que arreglemos los de sus padres mayores, cosas de ese tipo. Y el duplicado de las llaves lo mismo, porque normalmente la gente necesita las llaves con urgencia, cuando se pierden, cuando cambian cerraduras, entonces es un negocio del día a día.
-Son muchos años de experiencia y la sociedad ha cambiado....¿se repara ahora menos calzado al ser más accesible o estar más implementada la moda rápida?
Es verdad que se repara menos porque el tipo de calzado que se usa también ha cambiado. Ahora la mayoría de la gente joven, incluso no tan joven, en vez de llevar calzado de piel, como se llevaba antes, zapatos de suela y demás, lleva zapatillas cómodas y deportivas. Cambian los materiales, cada vez se usa más la goma. Aunque también se arregla cuando se estropea, pero menos que antes.
-¿Ha cambiado por igual o hay clientela que sigue apostando por arreglar antes que comprar un nuevo par?
Sí, y creo que más en el ámbito femenino. Antes era un tipo de moda que la mujer llevaba más zapato de vestir. Ahora ya se lleva mucho más el zapato de confort, tipo deportivo y cómodo para las 24 horas. Aún así, con todo y con eso, se siguen arreglando zapatos. Ahora un zapato fabricado en polipiel te vale 40, 50, 60 euros. Esos igual se arreglan menos. Pero un buen zapato de piel por menos de 100 euros no te lo compras, y en esos la reparación siempre sale a cuenta. Entonces, sí ha cambiado un poco la clientela, pero trabajo siempre hay. Antes se reparaba más el calzado de diario, que alguno hay, pero ahora es más de eventos, lo típico de las comuniones, las bodas, etc. Ahí la gente siempre quiere ir bien arreglada y te traen los zapatos para darles un retoque, limpiarles o arreglarles.
-Con este cambio de tendencia ¿notas que cada vez hay negocios de toda la vida como el tuyo que se dediquen a este oficio?
Sí, sí que se están reduciendo. La cuestión es que los compañeros se jubilan, y cuando eso ocurre, es raro que el negocio o el taller siga abierto. Lo normal es que cierre. Eso también repercute en los que seguimos en activo porque recogemos todo o parte del trabajo de esos negocios que echan la persiana. Por suerte o por desgracia, tenemos bastante trabajo. Antes teníamos mucho porque se reparaba más, ahora lo mantenemos porque otros van cerrando.
-Ya para terminar... ¿qué consejos le darías a los lectores para cuidar el calzado?
Yo les diría que es muy importante el cuidado del zapato porque es lo que nos soporta a diario, donde van nuestros pies todos los días. Hay que limpiarles y guardarles lo más limpio posible. Además, recomiendo ir variando también, no usar siempre los mismos por muchos que nos gusten. Variar y dejarlos descansar es importante para que nos duren más.
-¿Y para las llaves?
Bueno, aquí es más sentido común que otra cosa. Ser cuidadoso y no perderlas es lo más importante [ríe]. Después, ayuda tenerlas siempre a mano y bien vigiladas para que no caigan en manos de quien no deben.
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