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El cierre de una de las dos franquicias de MRW en Valladolid ha provocado un auténtico caos logístico en la época más importante para el ... comercio y la distribución, la Navidad. Cientos de clientes afectados se han visto obligados a recoger sus paquetes en la nave situada en el número 9 de la calle Aluminio, en el polígono San Cristóbal, generando colas de varios centenares de personas que en algunos momentos han tenido que ser supervisadas por la policía nacional.
Fue el pasado 14 de octubre cuando la franquicia sita en la avenida del Euro, junto al Mercaolid, cerró de forma repentina. Allí se gestionaban la mayor parte de los envíos en Valladolid -excepto los códigos postales 47011, 47012 y 47017- y municipios de la provincia como Boecillo, Tudela de Duero, La Cistérniga o Laguna de Duero. Desde entonces, el servicio de paquetería MRW se encuentra saturado en la ciudad, habiéndose visto afectada y desbordada también, la franquicia de la calle Oro.
La nave de la calle Aluminio, concebida como una plataforma logística y no como un punto de recogida, alberga actualmente cerca de 30 palets con más de 5.000 paquetes pendientes de clasificación, según ha informado un trabajador temporal que prefiere mantenerse en el anonimato, pero que se «solidariza con los afectados» por una situación que describe como «dramática».
«Es imposible encontrar algunos envíos debido a la falta de organización. No hay un protocolo establecido y la gente que han traído para resolver el problema no está formada, pertenecen a ETTs, están cobrando 6 euros por hora y se están comiendo un marrón impresionante. Ayer, (por el jueves) enviaron un SMS masivo a más de 5.000 personas para que vinieran a recoger sus pedidos, y eso ha incrementado el caos. Aquí ha habido días en los que se han presentado más de 500 clientes afectados. La mayoría se va con las manos vacías porque sus paquetes no aparecen. No veo una solución a corto o medio plazo. Tampoco veo que nadie asuma la responsabilidad», explica este empleado temporal, quien asegura que este tipo de situaciones es más habitual de lo que parece. «A veces, cuando un franquiciado decide abandonar el contrato, aprovecha para crear problemas a la compañía y luego pasan su cartera de clientes a empresas de la competencia«, afirma.
«¡Es una vergüenza! ¡No hay derecho!». Esas eran las frases más repetidas en la mañana del viernes por los más de cien afectados que hacían cola junto a la nave de la calle Aluminio, mientras los agentes de la Policía Nacional que se desplazaron hasta el lugar mantenían el orden entre los destinatarios de MRW. Para intentar resolver el colapso, la empresa de mensajería ha trasladado temporalmente a empleados de otras ciudades. Sin embargo, los recursos siguen siendo insuficientes. Fue precisamente uno de estos trabajadores, llegado desde Barcelona, el que sobre las 11:20 horas del viernes comunicó a los presentes, que no se iban a entregar más paquetes en lo que restaba del día, aunque sí que tomó nota de los números de seguimiento de los clientes para intentar solventar algunos de los envíos.
Entre los clientes afectados se encuentran familias que esperan regalos navideños, artículos esenciales como ruedas de coche e incluso cestas de navidad de sus empresas. Isabel Sanz es una de las destinatarias que el viernes por la mañana se fue por segundo día consecutivo con las manos vacías a su casa. «Ayer jueves vinieron cuatro dotaciones de antidisturbios. Éramos unas 300 personas en ese momento. Mi paquete contenía libros, iba a ser un regalo de Navidad y a este paso, no lo va a ser ni de Reyes. Tenía que haber llegado el pasado día 13 de diciembre. Me he ido a la oficina de la calle Oro, donde me han indicado en que jaula estaba mi paquete, pero incluso dando esa referencia, aquí me lo han buscado y no aparece. Se trata de unos libros de una edición ya agotada, que no puedo volver a comprar», comenta esta vallisoletana.
Vanesa Fernández
Afectada por el cierre de MRW en Valladolid
En la misma situación están Marta Díaz y Miriam Gil, que han acudido por segundo día a por sus respectivos paquetes. Ellas el jueves recibieron el SMS que las indicaba que podían recogerlos en la calle Aluminio. «Era un regalo de Papá Noel y cumpleaños. Lo dejaré para Reyes, pero me voy a buscar un plan B, por si acaso no se resuelve», comenta Miriam con pocas esperanzas.
Vanesa Fernández fue una de las pocas afortunadas que el viernes recibieron su paquete. «Entre ayer y hoy he pasado más de seis horas haciendo cola. Se trata de un regalo de Navidad para mi hija y puedo decir que he sido afortunada, porque después de dármelo a mí han dicho que ya no iban a entregar nada más en el día de hoy. No está nada bien organizado. Gracias a que estoy de vacaciones, si no, no hubiera podido venir», comenta abrazando el bulto que le acababan de entregar.
Franco José Matos es otro afectado. Ha ido hasta en cinco ocasiones a ver si le daban noticias de cuatro regalos de navidad que está esperando para los suyos. «No tienen nada clasificado. Estoy harto de venir un día y otro. Me parece que a este paso regalaré los Reyes la siguiente semana, porque para el día 5 dudo que lo tenga. Es imposible hablar con un responsable. Los que hay aquí son trabajadores que no saben nada», comenta indignado.
Pero no sólo los particulares se han visto afectados por esta situación. También muchas empresas que esperan piezas de repuesto o insumos «de máxima urgencia», como es el caso de José Ignacio Tejedor Ballesteros es la cuarta vez que se acerca a las instalaciones de MRW desde el pasado 7 de diciembre para recoger un paquete enviado como urgente a la fábrica en la que trabaja. «El trastorno que nos está ocasionando es importantísimo. He hecho tres reclamaciones y he venido cuatro veces. Ayer he hecho cola durante tres horas y no he conseguido nada. No me dan contestación. Es increíble esto que está pasando», dice indignado.
Lo mismo opina Isabel Montero que acudió a recoger un envío dirigido a la oficina de su hijo que tenía que haber llegado hace un mes. «Lo dábamos por perdido, pero ayer nos llegó un mensaje para que viniéramos aquí a recogerlo. He llegado a las 09:15 de la mañana, son las 11:15 y sigo esperando. Les he dado el número de seguimiento y van a intentar localizármelo. A ver si lo consiguen», concluye.
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