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Imagen de las instalaciones originarias de Protos.
Protos mira a sus orígenes en un vino que conmemora sus 90 años

Protos mira a sus orígenes en un vino que conmemora sus 90 años

La bodega rinde homenaje a sus once fundadores con el Protos'27, resultado de diez años de I+D+i

Lorena Sancho Yuste

Miércoles, 29 de marzo 2017, 19:56

Once nombres propios. Once emprendedores con una visión de negocio «transgresora» para el océano vinícola que abraza ahora a la comarca de Peñafiel pero que albergaba una imagen completamente diferente en los años 20. En sus nombres y apellidos beben los orígenes de Bodegas Protos, los que hablan de un proyecto pionero y adelantado a sus tiempos, los que narran una historia que hoy, 29 de marzo, sopla noventa velas de elaboración de unos de los vinos más reconocidos del país. A Juan Antonio Llorente, Manuel García, Valeriano Valiente, Indalecio Esteban, Enrique de la Villa, Pedro Arranz, Felipe Arenales, Pedro García, Saturnino de la Puente, Venancio Zarza y Matías Bayón mira hoy la conmemoración de las nueve décadas de Bodegas Protos. Un homenaje en forma de vino, el lanzamiento al mercado de Protos27, cuya comercialización se realizará con una etiqueta que recuerda a la de la primera añada que elaboró la bodega pionera de la Ribera del Duero. «Cuando hablamos de once visionarios, esta es una de las principales razones. Aquellos vinos que se comenzaron a elaborar en 1927 ya eran de Ribera del Duero, casi 55 años antes del nacimiento del Consejo Regulador, aunque la Denominación de Origen como tal se creara en 1982», explica el director general de la bodega, Carlos Villar.

Protos, bautizada así por el significado griego de Primero y acuñada en sus inicios con el nombre de La Primera en la Ribera, echaba a andar el 29 de marzo de 1927 con la unión de once emprendedores de la comarca peñafielense que, según recuerda Villar, «tenían como objetivo liderar el mercado gracias a la comercialización de vinos que tuviesen alma, diferenciadores y con su propio nombre».

Cualidades, las que marcaron unos inicios siempre luchados, que la bodega ha querido ahora buscar en su Protos27 para rememorar los valores originales. Aquí, en el caldo conmemorativo, se plasman diez años de trabajo e investigación para mejorar las técnicas de cultivo, caracterización de viñedos y de barricas. Con una novedad, la que se encuentra en el uso de levaduras autóctonas seleccionadas por el departamento técnico en un proyecto de I+D+i. «Estos fueron los fundamentos de Protos, todos ellos reflejados en esta etiqueta, la primera y ahora rediseñada para este Protos27, que representa el legado de aquellos visionarios para que los equipos humanos que han contribuido al éxito de la bodega entendiesen la forma en la que se debía de trabajar».

Medalla de Oro

Un producto rompedor, con su propia marca, Ribera del Duero en 1982 autorizó su uso al Consejo Regulador para denominar así la DO, y con los primeros tintos en un mercado centrado en elrosado y la venta a granel, arrojó pronto los resultados de calidad que sus fundadores iban buscando. De tal forma que desde el año 1929, tan solo dos años después de que este proyecto viera la luz, sus etiquetas lucían ya la primera gran medalla de oro que tuvo la bodega, conseguida en la Exposición Internacional celebrada en Barcelona. «Desde el primer momento se estableció una política de máxima calidad con el único fin de elaborar los mejores vinos posibles. Vinos Finos era la denominación más extendida para llamar así a los de calidad. Y algo muy frecuente hoy en día como es presentar los vinos a diferentes concursos y obtener medallas, era una práctica totalmente inusual en 1929», subraya Carlos Villar.

La apuesta de calibrar la calidad de sus elaboraciones con los grandes caldos que por aquel entonces se elaboraban en distintas partes del mundo arrojaban así sus primeros resultados, hasta el punto de que hoy en día, según precisa Villar, el let motiv de ser el primero sigue inspirando a los sucesores de estos once fundadores. «Es uno de los baluartes de Protos a lo largo de los noventa años de historia», comenta mientras echa una mirada al pasado.

Su espíritu, el de los emprendedores originarios, se mantiene en el carácter familiar que legaron en la bodega, con tres de sus nietos entre los miembros del actual Consejo de Administración (presidente y vicepresidente, entre otros). En el futuro tiene ya planeados proyectos de crecimiento, el de unas instalaciones que presumen de llevar la firma del conocido arquitecto Richard Rogers y el de unos vinos que hoy en día están presentes en 96 países (la exportación representa el 20% de la producción).

Protos, noventa años después, sopla sus velas en la constante búsqueda de la fidelidad a los valores con los que echó a andar, los principios de la bodega que se resumen en la primera etiqueta de la añada de 1927. «Realmente el equipo que actualmente compone Protos tiene como principal función salvaguardar e intentar mejorar el legado de nuestros antecesores», concluye Carlos Villar.

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