A calderadas en Las Villas

A la una de la tarde, como manda la tradición, un cohete en el barrio de Las Villas marcó el inicio de la tradicional mojada. Desde ese momento y hasta las dos de la tarde, cualquier persona que pasease por las calles del barrio corría el peligro de ser empapada. La compasión no existe, nadie se libra de ser regado. Durante esa hora hay que respetar la norma; por eso no es raro salir de esas calles encharcado. Calderos, mangueras, cubos de playa o baldes, todo valía para mojar a los demás y refrescarse en una mañana tan calurosa.

Esta actividad es una de las más conocidas de las fiestas de este barrio. La mojada ya va por su trigesimosexta edición desde que en una acequia cercana al barrio un grupo de vecinos decidieron refrescarse los unos a los otros lanzándose agua. La comisión de fiestas vio en esto una posible actividad festiva y se puso manos a la obra para conseguir todos los permisos.

Vermú vecinal

Después de empaparse, los vecinos se han dirigido a la pista polivalente cubierta, donde un cortador de jamón les esperaba para que disfrutasen del vermú organizado por el bar de las fiestas.

La primera hora de la tarde estaba reservada para los más pequeños, que disfrutaron de varias competiciones. Todos los niños aparecieron preparados con sus bicicletas para participar en la carrera de cintas y ver quién era el afortunado que se topaba con la cinta premiada. A continuación, disfrutaron con otros juegos tradicionales, como la rotura de pucheros o los sacos. Para las 20:00 horas estaba previsto uno de los festejos estrella de las fiestas, el VII Concurso Internacional de Recortes organizado por la peña El Perro: unos carretones dirigidos por vecinos mayores de 15 años tenían que perseguir a todos los valientes que se acercaran a ellos. Después de correr delante de estos morlacos de pega, llegaba la hora de reponer fuerzas con una parrillada que correría a cuenta de la asociación de vecinos de Las Villas. Los organizadores tenían que asar la panceta y los chorizos para hacer las delicias de los vecinos.

El grupo de rock vallisoletano Dark Hope sería el encargado de aportar la nota musical al fin de fiestas, que incluiría varios monólogos y bailes tradicionales en la pista polivalente.