El rey de las pintadas ataca de nuevo
Un grafitero inunda los muros de la ciudad con sus singulares pintadas numeradas, que acaban de superar las ciento sesenta
J. Sanz
Jueves, 16 de junio 2016, 16:56
Lo más probable es que la creación, una suerte de avión de papel estampado en una fachada, no oculte más mensaje que un desafío a los agentes de las fuerzas de seguridad. Eso, al menos, parece querer decir el autor de las decenas de avioncitos que en las últimas semanas decoran los muros de la capital y que, como novedad, están numerados. Así que resulta sencillo contabilizarlos. Nada menos que el 162 luce una de las obras en la puerta de emergencia de una carnicería de la calle San Quintín (Batallas). Y a buen seguro que son muchos más.
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El 'ojo del diablo'
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El 'ojo del diablo'
La serie surgió en el mes de mayo en el entorno de La Rondilla, donde pueden localizarse algunos de los primeros grafitis (entre los números veinte y cuarenta), y poco a poco fue expandiéndose como una plaga por el resto de la ciudad hasta alcanzar puntos tan dispares como el Callejón de la Alcoholera, el entorno del Pisuerga bajo la plaza de Tenerías o la calle Puente Colgante.
Todos responden al mismo patrón, es decir, la silueta de un avión de papel pintada en negro, azul o blanco (con un aerosol) con un perfilillo de otro color en la cola y el número de serie de la obra del mismo tono del avioncito de turno. Muros, puertas de garajes y señales municipales (como la del puente de Santa Teresa, un lugar que cuenta con videovigilancia) lucen las creaciones de un artista que aún no ha podido ser identificado por los agentes.
De ser cazado en plena intervención artística se enfrentaría a una sanción que oscila entre los 750 y los 1.500 euros por una, solo una, infracción grave de la ordenanza antivandalismo. «Demostrar que es el autor de toda la serie resulta complicadísimo», reconocen fuentes policiales.
¿Obra del mismo autor?
El trazo de los avioncitos de papel, al igual que muchas de las ubicaciones elegidas por el autor, coinciden sospechosamente con las del creador del ojo del diablo, esa especie de triangulito con tupé y un ojo que todo lo ve que forma parte ya del paisaje urbano. Los ojitos de marras, aunque sin numerar, surgieron a mediados del año pasado y hoy se cuentan también por decenas, más aún que los aviones, en los puntos más sorprendentes de la ciudad, desde iglesias (como la de la Sagrada Familia) hasta tejados de edificios. El dibujito fue bautizado así por el primer vecino que llamó al 010 para que los operarios de Limpieza acudieran a eliminarlo de su domicilio.
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Pues bien, buena parte de los avioncitos de papel están dibujados junto a los ojos del diablo, su aparente rival, salvo que surjan de la misma mano, por volumen de grafitis. Los agentes trabajan para identificar al autor o autores de ambos.
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