Siete alumnos de Bachillerato conocen una unidad militar como opción laboral

Mandos de un grupo de elite de la Caballería explican la formación y especialidades que hay

Jorge Moreno

Miércoles, 16 de marzo 2016, 11:29

Conocer cómo es una unidad militar por dentro, hablar con sus integrantes y las funciones profesionales que realizan era el objetivo de siete estudiantes de Bachillerato en la visita realizada ayer a la base militar del Empecinado, en Santovenia de Pisuerga. Lejos quedan los ecos del malestar de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, sobre las labores de información del Ejército para aquellos jóvenes que buscan empleo con uniforme.

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Estudiantes de primero y segundo pertenecientes al colegio de los Maristas de La Inmaculada y del Instituto de Secundaria Condesa Eylo formaron parte de este grupo de alumnos que han sido seleccionados este año por profesores de la provincia, para participar en este programa.

Tania Guerra tiene claro que quiere ser médica «pero para ejercer en las Fuerzas Armadas, aunque mi madre me recomienda que primero lo haga fuera y luego ingrese». Esta estudiante de 16 años, junto a otra colega que del instituto que se postula para opositar al Cuerpo Jurídico Militar (jueza castrense), estuvo muy atenta a los medios con que cuenta un botiquín del Ejército.

«Un hospital civil lo veo como algo cerrado, y con los militares me permitirían salir a misiones internacionales. Creo que tengo vocación pese a que ningún familiar mío es militar», señala Tania, que ya sabe que tendría que sacar 12/7 de nota en selectividad, superar el inglés y las pruebas físicas para ser oficial médico.

En su recorrido por las instalaciones del Grupo de Caballería de Reconocimiento Santiago VII (Gcreco), los preuniversitarios se subieron en vehículos acorazados, tocaron armas cortas y de asalto, e hicieron tácticas de juegos de guerra con los sistemas de simulación que para ahorrar munición real tiene la Caballería.

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Un ejército que ayuda

Ignacio Fernández ha cumplido 18 años y su futuro laboral bascula entre Ciencias Económicas y la milicia profesional. «Me he apuntado en el instituto para conocerlo. Veo que es dura pero es una opción factible». Nacho después de escuchar las explicaciones en la base del Empecinado cree tener claro cuál es el arma del Ejército de Tierra a elegir. "Artillería porque me llama la atención. Se me dan bien las matemáticas aunque sea de Humanidades", dice.

Sobre los comentarios antimilitaristas de sus compañeros de pupitre, Ignacio Fernández dice que "las respeta pero no las comparte. El Ejército es necesario sobre todo en los días que vivimos actualmente. España se encarga además de ayudar a otros países y cuando hay catástrofes", matiza.

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Uno de los instructores en la base, el capitán Luis Pérez Ferrándiz, exalumno a finales de los 90 del IES Zorrilla de Valladolid, curtido también en misiones en Líbano (2010) y Afganistán (2012), les recordó que no todo es de color de rosa en la carrera militar, ya que«es sacrificada por el trabajo y los destinos geográficos que puedes tener».

La disciplina, jerarquía, mandar, obedecer.... son principios que escucharon, pero muy diferentes a los que viven hoy en las aulas.

«El Ejército es un reflejo de la sociedad. Cuando yo ingresé en 2007 hablamos de esta profesión de oídas. Ahora Defensa ofrece la posibilidad de conocer cómo podría ser el futuro laboral de estos jóvenes si optan por el uniforme. Dependiendo del empleo, tendrían una formación u otra. En cualquier caso, cuando vienen a conocernos aquí, no se hace labor de reclutamiento como se pueda pensar», insiste el oficial.

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