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Las hermanas Henar y Lucía, en las instalaciones de su centro oftalmológico.

Dos hermanas regresan a Valladolid para abrir su clínica de optometría

Henar y Lucía Morchón Miranda Gerentes de Creavisión

laura negro

Domingo, 13 de marzo 2016, 19:02

La familia que emprende unida permanece unida. Ese podría ser el lema de las hermanas Morchón Miranda, quienes acaban de poner en marcha su negocio Creavisión, un centro especializado en terapia visual y adaptación de lentes de contacto, situado en la calle Cardenal Mendoza, 16 de Valladolid.

La mayor de ellas, Henar, siempre tuvo claro que quería estudiar una carrera sanitaria. Le costó decidirse, pero al final eligió Óptica y Optometría, «una de las mejores decisiones de» su vida, según afirma. A sus 34 años, cuenta con un sólido bagaje profesional y formativo, avalado con varios másteres y con más de 12 años de experiencia en el mundo de la optometría clínica y 5 en el de la terapia visual. Esta joven ha colaborado, además, en programas de ayuda humanitaria de prevención de la ceguera en Perú y Angola, y sus últimos 9 años los ha pasado trabajando en una importante clínica oftalmológica de Oviedo. Por su parte, Lucía, viendo que la carrera de su hermana tenía bastantes salidas, quiso estudiar lo mismo. Al acabar los estudios universitarios, se fue durante dos años a Barcelona a realizar un máster de Optometría y Ciencias de la Visión, donde descubrió el mundo de la terapia visual y empezó a tener curiosidad por esta disciplina. Pronto empezó a trabajar en Tarragona en el área de pediatría de una clínica oftalmológica, donde pasó varios años, hasta que se trasladó a Toledo para trabajar en un centro de terapia visual y contactología.

«Nuestros respectivos trabajos eran muy gratificantes, pero nos encontrábamos muchas personas con grandes dificultades a muy distintos niveles, cuyo problema causante era una disfunción visual. Los centros en los que trabajábamos estaban más enfocados a la exploración que a la rehabilitación, y nosotras queríamos ir más allá y tratar a estos pacientes con más profundidad», explica Henar. Ambas estuvieron de acuerdo en lanzarse a la aventura del emprendimiento, invertir un gran esfuerzo y medios para crear un centro en el que poder realizar exploraciones y terapias a este tipo de pacientes.

Atrás dejaron sus respectivos trabajos en Oviedo y Toledo para regresar a su Valladolid natal. El pasado mes de enero inauguraron Creavisión, un centro optométrico con equipamiento de última generación, en el que se realizan evaluaciones visuales y se prescriben diferentes tratamientos como lentes en gafa, lentes de contacto, terapia visual u oclusiones.

Acudieron a la Ventanilla Única para informarse de los trámites. También a la Confederación Vallisoletana de Empresarios, donde les ayudaron a enfocar su plan de empresa y, además, Lucía participó en el Programa de Formación CREA del Ayuntamiento de Valladolid, a través del cual ha recibido una beca de 1.500 euros para la creación de su empresa. «Participar en el CREA me sirvió para poner las ideas sobre papel y ver si realmente nuestro proyecto era viable, calcular la inversión necesaria y las previsiones de futuro», comenta la emprendedora.

Análisis integral

La búsqueda del local les resultó más complicada de lo que esperaban. Buscaban un lugar céntrico, sin barreras arquitectónicas y con unas dimensiones determinadas. «El gabinete de optometría debía tener unas medidas específicas para poder proyectar los optotipos, y además queríamos que la sala de terapia visual fuera lo suficientemente amplia para poder realizar con comodidad todos los ejercicios», subraya Henar, quien además destaca la gran ayuda familiar recibida para el acondicionamiento y decoración del local.

Muchos de sus pacientes son niños que llegan a la consulta remitidos por logopedas o profesores, con problemas de lectura u otras limitaciones y que aparentemente tienen una agudeza visual buena, pero que realmente tienen alterada alguna otra habilidad visual. «Nosotras valoramos la visión no de manera aislada, sino integrada con el resto de sistemas y sentidos. Analizamos las necesidades y los problemas funcionales de la persona. Todos estamos acostumbrados a que nos gradúen la vista. Esas graduaciones se basan únicamente en la agudeza visual, pero lo cierto es que una agudeza visual 10 no siempre significa una visión 10. En Creavisión valoramos otras capacidades, como el enfoque visual, calidad y comodidad para mover los ojos y la visión periférica», exponen estas hermanas emprendedoras.

Los pacientes que acuden a su consulta son principalmente personas con bajo rendimiento académico o laboral, personas con estrabismo u ojos vagos, pacientes que quieren mejorar su función visual y pacientes con daño cerebral. También realizan terapia deportiva para mejorar el rendimiento y ofrecen un servicio de adaptación de lentes de contacto a cualquier nivel. Su especialidad es la ortoqueratología, que consiste en «crear una lente de contacto con la propia lágrima del paciente, a través de una lente permeable que se pone por la noche, y que permite que cuando nos la quitemos por la mañana podamos ver perfectamente sin la necesidad de ponernos gafas o lentes de contacto. Es muy buena opción para opositores a los que se les pide unos mínimos visuales para pasar las pruebas, para aquellos que no puedan o no quieran pasar por una cirugía refractiva o para personas intolerantes a las lentes blandas», completa Lucía.

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