«Quintanilla de Onésimo no tiene problemas con el nombre»

Después de que el monumento a Onésimo Redondo -situado en lo alto del cerro de San Cristóbal a la entrada de Valladolid- pasase a ser historia tras su reciente retirada por la aplicación de la Ley de la Memoria Histórica, ahora las barbas a remojar son las del nombre del municipio en el que nació el fundador de las Juntas Castellanas de Actuación Hispánica, las cuales acabarían formando parte de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalistas (JONS), y, estas a su vez, de la Falange.

El nombre de la localidad salta a la palestra debido a que el letrado Eduardo Ranz, quien demandó al Ayuntamiento de Madrid por no retirar vestigios de la dictadura de Franco, ha hecho pública su intención de denunciar a varios alcaldes por «incitación al odio» al no haberse cambiado las denominaciones de sus municipios con reminiscencias del franquismo y no cumplir así considera Ranz- con la Ley de Memoria Histórica.

Entre los ocho alcaldes señalados por Ranz se encuentra el regidor de Quintanilla de Onésimo, Raúl Piquero (Partido Popular), a quien la noticia le ha cogido por sorpresa, tanto, que se enteró al ser preguntado por este periódico. Ante las primeras informaciones se encuentra a la espera de cualquier notificación oficial al respecto. La intención del edil quintanillense quien accedió al cargo este mandato tras dimitir en septiembre el alcalde electo en junio- es la de «esperar acontecimientos; esperar a que llegue la denuncia y asesorarnos para ver cómo tenemos que proceder».

Según Piquero nunca han recibido ningún requerimiento para cambiar el apelativo a la población, solo, «como creo que sucedió con todos los Ayuntamientos», una revisión del callejero cuando entró en vigor la ley de Memoria Histórica, pero «a Quintanilla por el tema del nombre no» Por parte de vecinos -añade- tampoco ha habido reclamación alguna, así como de los distintos grupos políticos que han pasado por el Ayuntamiento estos últimos años. «El debate en el pueblo se generará ahora» por los últimos acontecimientos, estima el alcalde.

Nunca ha generado debate el nombre en el pueblo, es algo a lo que los vecinos nos hemos acostumbrado después de tantos años, y por lo general no se suele asociar con la figura histórica, quizá los más mayores un poco, pero es una minoría. La mayoría de la gente vería un problema tener que cambiar el nombre. Si se hiciese un referéndum seguro que saldría por mayoría no cambiarlo. Dicho esto, Piquero afirma que de producirse una sentencia firme que nos diga que hay que cambiarlo, se cambiaría; tampoco hay ningún problema. No hay empeño por parte de nadie en mantener el nombre, ni tampoco en quitarle, asegura, aunque el cambio supondría un gasto importante.

El municipio en el que nació el dirigente nacional-sindicalista afín al régimen franquista, Quintanilla de Abajo, en 1941 pasó a denominarse Quintanilla de Onésimo como homenaje a este vecino a solicitud de la Falange, tras su muerte al comienzo de la Guerra Civil en Labajos (Segovia), en una emboscada de milicianos anarquistas.

En la actualidad los sillones del Consistorio se los reparten tres formaciones que cuentan con el mismo número de concejales: tres para el PP, tres para el PSOE y tres para Ciudadanos.