El Ayuntamiento de Wamba pide ayuda al Senado para reparar la iglesia

El grave deterioro de la cubierta de los anexos de la iglesia parroquial de Wamba tiene en vilo desde hace tiempo a todos los vecinos y muy especialmente a su corporación municipal. El mal estado del tejado supone un grave riesgo, tanto para la población como para los turistas, motivo por el cual el Ayuntamiento, con su alcalde, José Luis Álvarez del Caño a la cabeza, se reunió ayer en el Senado con su vicepresidente primero, Juan José Lucas, con el fin de buscar una salida viable al preocupante estado de conservación de esta joya mozárabe del siglo VII.

Álvarez del Caño, que lleva siete años a la espera de una intervención que salve el edificio, destacó sobre la reunión «la buena predisposición del vicepresidente para encontrar la mejor solución para nuestra iglesia. Ya no sabíamos a quién acudir. Hemos hablado en diversas ocasiones con la Consejería de Cultura y Turismo y la Dirección General de Patrimonio de la Junta, pero no nos daban ninguna solución». La relación de Juan José Lucas con la localidad de Wamba viene de atrás. En agosto de 2002, el actual vicepresidente primero del Senado fue nombrado su alcalde honorífico.

Según el primer edil wambeño, el encuentro ha servido para marcar una hoja de ruta con el objetivo de encontrar una solución definitiva a esta desesperante situación. «Vamos a intentar optar a los fondos del programa del 1,5% Cultural del Estado y volveremos a contactar con la Junta de Castilla y León en busca de los apoyos necesarios», explicó el regidor. «El vicepresidente nos ha asegurado que el estado de la iglesia de Santa María de Wamba y su entorno es un problema de todos y que haría todo posible por intentar poner una solución inminente. Se trata de un asunto importante, serio y que requiere de la máxima agilidad. Ya no podemos esperar más», expresó.

Los orígenes del templo de Santa María de Wamba se remontan al siglo X, aunque existen restos de construcciones romanas y visigodas del siglo VII. El templo fue ampliado en los siglos XII y XIII, cuando pasó a depender de los Caballeros Hospitalarios de la Orden de San Juan de Jerusalén. Fue nombrado monumento histórico artístico en el año 1931. Su mayor reclamo turístico es su osario, el más grande de España de esa antigüedad y que alberga miles de huesos posiblemente procedentes de víctimas de la peste negra de los siglos XIV al XVII.

Entre los años 1988 y 1991, ante el progresivo deterioro estructural, constructivo y artístico que sufría el conjunto del monasterio de Santa María de Wamba, la Junta de Castilla y León acometió una importante obra de rehabilitación que sirvió para consolidar algunas estructuras dañadas, sanear humedades, la restauración de bienes de interés cultural y la reforma con elementos modernos del claustro exterior del ala oeste. La falta de fondos económicos provocó que la obra quedara inconclusa, lo cual ha derivado en un estado de abandono y falta de armonía respecto al conjunto arquitectónico de la iglesia y la casa consistorial.