«Estuvimos en el templo de Bangkok ocho minutos antes del atentado»
Los vallisoletanos Rubén Valdivieso y su novia Cristina Herreras se encontraban en un parque junto al lugar de la explosión cuando ocurrió
Lorena Sancho Yuste
Jueves, 20 de agosto 2015, 13:11
Acababan de abandonar la zona, de presenciar una ofrenda floral en el templo Erawan, cuando Rubén Valdivieso y Cristina Herreras, su novia, escucharon una fuerte explosión en el centro de Bangkok. Habían llegado a Tailandia el pasado viernes, al hotel Gran Hyatt Erawan, anexo al templo, para disfrutar de unas vacaciones. Pero no podían imaginarse que los días de descanso se iban a convertir en una pesadilla. «Nuestro hotel está pegado al templo, porque se construyó allí inicialmente y es un sitio en el que solíamos quedar antes de salir a la calle. Estuvimos en el templo ocho minutos antes de que ocurriera todo. Después, salimos hacia un parque caminando, uno que había aquí cerca y que queríamos ver, y en ese momento escuchamos la explosión», comenta el hostelero de Cigales (Valladolid) del bar Las Barricas.
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Al principio, comentaba ayer desde Bangkok, pensaban que era una tormenta, porque el estruendo fue muy fuerte. Pero al instante comenzaron a escuchar ambulancias y policía. «Decidimos regresar al hotel, y como está justo en la misma puerta del templo, pues nos encontramos con el panorama, con los heridos y con gente muerta en la calle». Más de una veintena de muertos y decenas de heridos ha sido el balance del atentado.
Con incertidumbre y miedo, Rubén y Cristina siguieron las órdenes de entrar al hotel. De allí no les dejaron salir en varias horas, las que duró el registro policial, que taparon las entradas al hotel. «No nos dejaban salir, entraba la policía a registrar. Ese fue el peor momento la verdad, porque al principio nos dijeron que había sido un accidente en el centro comercial, pero no nos lo creíamos porque era demasiado». La bomba, de hecho, rompió varias cristaleras de una zona donde estuvieron cenando el día anterior y ocasionó desperfectos en el hotel.
Unas horas después, un hombre lanzó una nueva bomba que cayó en un canal de agua, lo que ofreció a esta pareja una nueva sensación de incertidumbre y nerviosismo. «Pero ahora afortunadamente estamos más tranquilos, nos han marcado unas pautas bastante seguras y se han portado muy, muy bien con nosotros», comentan. Hoy marcharán hacia una isla situada en la parte sur del país. Allí confían en comenzar realmente sus días de descanso antes de regresar a España la próxima semana.
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