Bloques de viviendas en el barrio Cuatro de Marzo.

Urbanismo renuncia a la red de calor en el Cuatro de Marzo por el bajo interés vecinal

Menos de cien pisos, de los 1.946 del barrio, se interesaron por la caldera de biomasa

Víctor Vela

Sábado, 8 de agosto 2015, 12:36

Han sido trabas técnicas la dispersión de los bloques obligaba a instalar dos calderas de biomasa y a trazar una extensa red de calor por el barrio pero sobre todo ha influido el escaso interés vecinal, con apenas siete portales implicados en un proyecto que podría alcanzar las cien comunidades. El Ayuntamiento con unanimidad de votos en el consejo de la Sociedad de Suelo y Vivienda (PSOE, Toma la Palabra, PP, Sí se Puede y Ciudadanos) decidió este lunes aparcar el proyecto para instalar una red de calor comunitaria en el Cuatro de Marzo y anunció que se abrirán nuevas vías de ayudas y acciones para mejorar la eficiencia energética en la zona. El concejal de Urbanismo, Manuel Saravia, mantuvo a mediodía una reunión con representantes vecinales para explicar la decisión municipal, adoptada después que no se alcanzara el número mínimo exigido de cien viviendas para engancharse a esta red de calor.

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Al no conseguir este número (por desinterés, falta de acuerdo entre todos los vecinos del portal o por carecer de certificados), el Ayuntamiento ha decidido revocar las ayudas pendientes, archivar esta línea de subvenciones y estudiar alternativas que otorguen «mas autonomía» a cada comunidad de vecinos para acometer en sus bloques las obras que estimen oportunas para ahorrar energía. De este modo, el proyecto de barrio bioclimático del Cuatro de Marzo toma una perspectiva más parecida a la rehabilitación acometida en La Rondilla.

Así, las líneas de subvención apuntan hacia aislamientos en las fachadas, mejora de las ventanas y también nuevas fórmulas de alimentación energética. La biomasa comunitaria (con una gran red de calor y dos calderas compartidas)era la primera propuesta, pero ahora se barajan otras opciones como la fotovoltaica para sustituir calefacciones individuales alimentadas, por ejemplo, con gas. La base será, en todo caso, la intervención directa en los edificios con mejora del aislamiento, para evitar las fugas de calor durante el invierno y favorecer el ahorro de la factura eléctrica y de calefacción. Con la mirada un poco más alta, se apunta hacia la reducción de las emisiones de dióxido de carbono.

En algunos casos también se incluye la instalación de un ascensor. En este paquete de cerramiento más elevador, los propietarios de las viviendas debían aportar en torno a los 8.500 euros, que se completaba con una subvención (casi del doble) vinculada al proyecto europeo R2Cities, compatible además con otro tipo de ayudas.

Saravia explicó que el hecho de no ejecutar la red de calor no pone en peligro el proyecto, puesto que este no se fija tanto en los medios para conseguirlo, como en los fines para lograr el ahorro energético en un barrio que cuenta con 190 edificios y un total de 1.946 viviendas.

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