«Si a la música se le diera la importancia debida, otro gallo nos cantaría»
Paco Díez, fIlólogo y músico fundador del grupo Tres Culturas Tres
roberto terne
Domingo, 10 de mayo 2015, 18:37
Dos músicos españoles, uno de Israel y un cuarto de Sudán. Y entre sus manos artefactos sonoros como la mandola, la derbuka, el laúd arabe, la guitarra flamenca, el riqq o el violín. Se hacen llamar Tres Culturas Tres por aquello de hacer referencia a las tres culturas musulmana, judía y cristiana en donde transitan sus credos y costumbres. Paco Díez (Piñel de Abajo), Raúl Olivar (Valladolid), Idó Segal (Tel Aviv) y Wafir S.Gibril (Kurdufán) dan forma, sensibilidad y creatividad a un programa llamado La España de las Tres Culturas que presentan este lunes, a las 21:00, en la Plaza Mayor dentro de los actos de San Pedro Regalado. La guitarra flamenca hace de elemento conductor de una propuesta donde las sonoridades ibéricas, centroeuropeas, mediterráneas y norteafricanas se dan la mano. A pesar de llevar 35 años en el mundo de la cultura y de la música, el miembro fundador de La Bazanca afronta este reto con la estimulación de un recién llegado.
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¿Cómo se cruzan en el camino cuatro músicos procedentes de diferentes culturas, religiones e incluso continentes?
En el 92 produje con La Bazanca, Aurora Moreno, Angel Carril y Wafir S. Gibril el disco La España de Las Tres Culturas. Al cabo de bastante tiempo pensé en volver a poner a la práctica las ideas de aquel disco. Entonces me junté con el músico indio Nanta Kumar y con el israelí Idó Segal. Formamos un trío llamado Mediterrasia con temas de corte ibérico, mediterráneo y asiático. Después llegó Wafir S.Gibril de Sudán con quien me une una gran amistad y hermandad. Nos presentamos en Béjar y después tuvimos la suerte de añadir a uno de los mejores músicos que he conocido que es Raul Olivar quien añade la guitarra flamenca.
¿Por qué han querido que sea la guitarra flamenca el hilo conductor de La España de las Tres Culturas?
Siempre me atrajo el flamenco habida cuenta de que esta musica ha tenido una convivencia muy desleal con el resto de músicas tradicionales de las que se ha nutrido. Me gusta el buen flamenco. Estoy intentando formarme más. Y en este grupo, la guitarra flamenca suena al lado de la guitarra de cisne hindú, por ejemplo. O junto a percusiones norteamericanas y sudsaharianas. Cantamos en árabe, hebreo, ladino, castellano Como ves hay una mezcla de culturas que hemos conseguido asentarla bastante.
Credos unidos
¿Un proyecto musical como este debería de mostrar los nexos interculturales a quienes prefieren ver diferencias abruptas?
Estuvimos actuando en el Palacio de Cañete, la Sede del Centro Sefarad Israel. Allí actuamos ante 180 personas de diferentes credos. Había musulmantes, judíos sefarditas, cristianos ortodoxos, hindúes. Y daba gusto ver la sonrisa de la gente, las bromas sanas que nos hacíamos en torno a nuestras religiones. Si a la música se la diera la importancia debida, otro gallo nos cantara. La música une pero no puede hacer nada contra la intolerancia y el abuso de poder de la mayoría mediocre.
Este lunes presentan el proyecto en la Plaza Mayor de Valladolid. ¿Cómo tienen pensado exponer tanta riqueza cultural dentro de este marco?
Además de nosotros cuatro contaremos también con la bailarina Lalita Deve que introducirá el espectáculo junto a nosotros. Iremos destacando los instrumentos más importantes del programa, muchos de ellos procedentes de India y China. Toda la sabiduría de estos países nos llegó al mediterráneo a través también de la cultura árabe. Alternaremos temas en árabe con una colombiana cantada por mí. También cantaremos en ladino (la lengua de los judíos españoles) en hebreo, en castellano. Y habrá rondeñas afandangadas, un tema de Estambul, otro tema con tanguillos de Cádiz cantados en ladino de origen turco Como ves hay un mestizaje que Raúl Olivar y yo hemos asentado después de buenas sesiones y ensayos en casa.
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35 años de carrera. ¿Tiene ya para elegir los mejores momentos de su trayectoria tanto en La Bazanca como en sus otras actividades?
Es difícil hacerlo. No me olvido de mi primer disco con la Bazanca en el año 81 o de cuando mi mujer Maria José San José y yo hicimos a huevo la Casa Museo de Instrumentos Ibéricos de Mucientes en 2007. Tampoco el Centro Demográfico de documentación con Joaquín Díaz. Pero quizás lo que más me ha llenado ha sido el trato con comunidades sefarditas en todo el mundo. Si bien en nuestra tierra no se te considera sino que se te conceptúa, lo cierto es que a miles de kilómetros de aquí se me ha recibido con honores y con mucho cariño.
Como artista inquieto que es, ¿hay ya en el horizonte algún próximo proyecto artístico?
Como diría un buen autónomo mi proyecto de futuro es tener salud para seguir trabajando. (risas) Raúl Olivar y yo presentaremos en septiembre Aromas de Sefarat que acompaña el libro de una amiga sefardí de origen búlgaro que vive en Jerusalén. Se llama Ruth Saul. Y a medio y largo plazo estoy con un proyecto en el que quiero demostrar que el flamenco es deudor de la musica ibérica y mediterránea. También lo voy a hacer con Raúl Olivar y con otro gran músico flamenco que todavía está por ver.
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¿No le preocupan que los puristas del flamenco se incomoden por remover las raíces del genero?
No me importa lo que puedan pensar. La música no se ha parado nunca.
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