El Discípulo Amado sale en procesión por segundo año

La Cofradía del Discípulo Amado y Jesús de Medinaceli regresó a las calles de la ciudad el Lunes Santo en su segundo año de participación en la Semana Santa, tras 53 años de parón de la que se conocía como la procesión de los periodistas. El Cristo de Medinaceli, una talla de vestir del escultor de la escuela sevillana Juan Antonio Blanco, salió de la iglesia parroquial de San Agustín escoltado por el calor y la luz de las velas y acompañado por medio centenar de cofrades con capa, túnica y guantes blancos y capirote y cíngulo negros, además de una decena de damas de penitencia. No faltaron tampoco los 20 costaleros que portaron a costal y mecieron la imagen titular de la cofradía al unísono y al ritmo de la Banda de Música de Nuestra Señora de la Piedad.

La procesión de Amor y Misericordia del Santísimo Cristo de Medinaceli se adelantó hora y media respecto al año anterior, haciendo su aparición a las 20.30. Además, sustituyó el encuentro con la Virgen de la Piedad en la iglesia de San Martín por un acto penitencial en la Catedral, que fue oficiado por el consiliario de la cofradía y por el vicario general de la Diócesis, Luis Argüello.

Con mucha ilusión iniciaban el desfile los hermanos de la recién constituida cofradía, que este año por primera vez saldrán en procesión el Viernes Santo, cuando estrenarán el paso y las andas de San Juan Evangelista, un honor que hasta el momento no habían alcanzado por contar únicamente con el Cristo de Medinaceli, una talla de vestir que no puede procesar en la General del Viernes Santo como marca la normativa.