Los 1.300 contenedores para plástico se instalarán en junio en Valladolid para reciclar 450 toneladas al año

La Administración Local, en coordinación con Ecoembes, completará de esta manera la recogida existente en este momento en la ciudad, que incluye la materia orgánica, residuos inorgánicos, papel y cartón, vidrio y aceite usado, además del resto de elementos que tienen que ir directamente a los puntos limpios con los que cuenta Valladolid.

El concejal de Salud Pública y Seguridad, Alberto Palomino, avanza que el objetivo es lograr el reciclaje de 450 toneladas al año (178.000 metros cúbicos). «En otras ciudades, este tipo de depósitos se instalaron antes que los de resto orgánico, pero en Valladolid se optó por empezar con los segundos», explica.

Del montante total, las arcas municipales aportarán 250.000 euros cada dos años, prorrogables por otros dos, mientras que Ecoembes se hará cargo del resto del contrato. El despliegue de estos nuevos contenedores conllevará la retirada, en algunos puntos, de los que ahora están destinados a restos inorgánicos. Se calcula que se podrían eliminar unos 800 de este tipo. La reordenación de los depósitos se llevará a cabo de manera que haya que eliminar el menor número de plazas de aparcamiento, según acota el edil.

Aunque lleva más de veinte años en funcionamiento en España –de media hay un contenedor amarillo por cada 117 habitantes en el país– este tipo de depósito es el que más dudas suele generar, según reconocen en Ecoembes. ¿Qué es lo que se debe depositar en él? Botellas de plástico, latas, papel film y papel de aluminio, tapas y tapones de plástico, metal y chapas, aerosoles, botes de desodorante, tubos de pasta de dientes, envases de yogures, bandejas de corcho o bricks de todo tipo, entre otros elementos. No deben tirarse en él, por ejemplo, juguetes de plástico, biberones y chupetes, utensilios de cocina o los cubos de plástico, que deberán ir al contenedor de restos inorgánicos.

Tampoco admiten vasos de papel, papel plastificado usado en carnicerías y pescaderías, táperes, cápsulas de aluminio de café, moldes de silicona para cocinar, macetas de plástico o bolígrafos. El estreno de estos nuevos contenedores en verano irá acompañado de una campaña informativa para que los vecinos sepan cómo utilizarlos.