El primer año sin humos en los bares rebaja el 16% las ventas de cigarrillos

El lunes se cumplirá el primer año sin humos en los bares, doce meses sin poder encenderse por ley un cigarro en las discotecas ni poder acompañar con el clásico puro o el más modesto 'pitillo' el café de después de comer en un restaurante, 365 días sin el cigarro de la partida y con los ceniceros haciendo guardia a las puertas de los establecimientos. El endurecimiento de la ley antitabaco que desarrolló e implantó el anterior gobierno socialista ha puesto a prueba la tolerancia y el civismo ciudadano. La sociedad ha pasado con nota el examen, aunque aún se pueden escuchar ecos de disconformidad con aquella polémica medida.

Quizá haya sido esa exhibición la que ha llevado al nuevo Ejecutivo del Partido Popular (PP) a no cambiar la norma. Y ello a pesar de que el nuevo presidente salido de las urnas el pasado noviembre, Mariano Rajoy, comentó durante la campaña electoral que no tendría inconveniente en establecer áreas separadas de fumadores y no fumadores en los locales de ocio. Por el momento, nada de nada.

El Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad no tiene previsto modificar la legislación vigente heredada de la anterior legislatura de Rodríguez Zapatero que regula el consumo y la venta de tabaco. Así lo hicieron saber ayer fuentes del departamento que ahora dirige Ana Mato. El nuevo Ejecutivo parece comulgar con la prohibición de fumar en los espacios públicos cerrados que entró en servicio hace un año, ya que los resultados obtenidos a lo largo de estos doce meses tienen visos de certificar su contribución a la consecución del objetivo primordial que se perseguía cuando se implantó, que no era otro que el de preservar la salud de los ciudadanos, y sobre todo de los menores y trabajadores que estaban expuestos a los humos.

Pérdidas en bares

Los más perjudicados por el veto instaurado, sin contar los propios expendedores y estancos, han sido los hosteleros. Los profesionales del sector ya empezaron el año con críticas resignadas contra el inevitable endurecimiento de la ley, una oposición que la mayoría mantiene 365 días después de la entrada en vigor. La restricción total de fumar en sus establecimientos les ha acarreado unas pérdidas en el negocio que ya auguraban hace doce meses, según lamentan los representantes de la Agrupación de Industriales de Hostelería de Segovia (AIHS).

Quejas aparte, la ley antitabaco, ayudada por las constantes subidas en el precio del producto, ha cumplido su objetivo: reducir el tabaquismo. A menos humos, mayor protección para la salud de los ciudadanos. Esa era la misión que asumía la modificación de una normativa que ya emprendiera su particular cruzada restrictiva contra el tabaco en enero de 2006, cuando entró en marcha la prohibición de fumar en los centros de trabajo.

Esa efectividad del último refuerzo de la norma tiene su traducción en los números que aporta el Comisionado para el Mercado de Tabacos, organismo dependiente del Ministerio de Hacienda. A falta de conocer los datos de diciembre, en la provincia se han vendido este año 1.806.412 cajetillas menos que en el mismo periodo del curso pasado. En estos once meses los segovianos se han 'fumado' 9.214.829 paquetes, el 16% menos que el negocio generado entre enero y noviembre de 2010.

5,3 millones de euros menos

Este dato es más que significativo de que el endurecimiento de la norma ha surtido parte del efecto deseado por las autoridades. Pero, por si había dudas, hay otro hecho que refrenda las pequeñas batallas ganadas al tabaquismo en este último año. Es la demanda registrada por los programas de deshabituación para 'quitarse' del vicio. Este año se ha disparado la legión de fumadores que han recurrido a la ayuda de los equipos de Sacyl para desprenderse del perjudicial hábito. En los nueve primeros meses habían pedido someterse el tratamiento 4.490 personas, mientras que en el trimestre inaugural del ejercicio que está a punto de acabar lo habían solicitado 2.547.

Enero, el mes que supuso la piedra de toque de los fumadores con la prohibición, empezó con fuerza. Muchos aprovecharon para abandonar el 'pitillo' y desengancharse de la adicción. Con la avanzadilla restrictiva en incipiente apogeo, en Segovia las ventas experimentaron un descenso superior al 45% frente el mismo mes de 2010. A pesar de que con el paso de los meses la caída se ha suavizado, fue todo un presagio que confirmó el calado del veto a los fumadores.

El descenso en las ventas también se refleja en una menor recaudación. Entre enero y noviembre del presente curso, el negocio ha generado 38,2 millones de euros en la provincia, son casi 5,3 millones menos que en idéntico periodo del año pasado.