La Loma saldañesa

Hoy les propongo un corto viaje a ese rincón medianero de La Loma saldañesa, cuya cabecera la ostenta el lugar de Quintanilla de Onsoña, pero de cuyo término también forman parte otras cinco poblaciones: Portillejo, Velillas del Duque, Villantodrigo, Villaproviano y Villarmienzo. Al territorio donde se localizan todas ellas, también se le conoce por la tierra de Saldaña como La Valdecuriada, pues fue el río Valdecuriada el responsable de que allí se instalasen sus primitivos pobladores.

Desde su nacimiento, esta pequeña corriente de agua ya organiza una diáfana cuenca de casi treinta kilómetros de recorrido total. Si deseamos conocerlos con detenimiento, deberemos antes armarnos de paciencia, pues las carreteras que unen sus núcleos de población no responden a trazados geográficos lógicos, sino más bien a antiguas y antojadizas rutas arrieras.

Casi todas las iglesias parroquiales de estas seis poblaciones se fechan en el siglo XVII, como es el caso de la de Quintanilla de Onsoña, que está dedicada a San Andrés. Portillejo dedica la suya a San Miguel Arcángel, que es neoclásica, y para los gastrónomos de lo rural les diré que ya desde el siglo XIX los garbanzos y titos esquinados de Portillejo gozaron de excelente fama.

La iglesia de Velillas del Duque se dedica a Santiago Apóstol y en cambio, la de Villantodrigo se aparta en un alto del pequeño caserío, estando dedicada a San Quirico y a Santa Julita. Y la de Villaproviano, a San Martín de Tours.