Están haciendo poco

Cuántas contradicciones en la jornada de ayer. Fíjense, en primer lugar, en la tranquilidad con la que el candidato popular, Juan Vicente Herrera, paseaba por las calles de Medina del Campo mientras su alter-ego en el duelo electoral pisaba el acelerador desde Madrid en esa misma dirección para llegar a clausurar uno de los mítines en los que más se le ha esperado. Abro un paréntesis. Estas son las cosas de las política. Si el jefe te dice ven... Y cierro paréntesis. Sigo en Medina.

Al final llegó Óscar López a despedir el mitin en el que los segundos pasaban cada veinte minutos aguantando la llegada del líder regional. Era Medina del Campo, la localidad vallisoletana en la que más escisiones le han salido al partido de Zapatero (López tenía que estar para apaciguar ánimos) y en la que coincidían por primera vez en esta campaña los dos candidatos autonómicos. Y solo coincidieron, no se vieron. No estaban las cosas como para que se repitiera el saludo de hace una semana en esa misma localidad, en la inauguración de Las Edades. Faltaba, entre otras personas, el arzobispo.

Y mientras todo eso ocurría en la villa en la que murió Isabel la Católica, a 45 kilómetros de allí y practicamente a la misma hora, en Valladolid y convocados por Comisiones Obreras, los directores de los medios de comunicación regionales se preguntaban dónde está la campaña electoral. Los candidatos no la están haciendo vivir en la calle y, lo que es más preocupante, no se siente como una pugna regional.

Si yo perteneciera a la clase política me preocuparía. Terminarán dando la razón a los que piensan que las campañas son para los políticos y los medios. Si solo está calando en los primeros, y con poco entusiamo la verdad, y encima se suma la falta de concreción en las propuestas, el exceso de diagnósticos de comunidad sin resultados, y no se ha conseguido hacer brotar el discurso regional, blanco y en botella. Poco. Están haciendo poco. Ni campaña, ni mensaje, ni conciencia regional.