La pasión amarilla nunca falla
MIGUEL A. PINDADO
Domingo, 10 de abril 2011, 02:55
Quizás no esté bien decirlo. Pero son los de siempre. Son los que nunca fallan. Los que nunca defraudan. Los que siempre que se les espera, acuden. Los que no saben decir no. Desconocen el vocablo imposible y conjugan a la perfección los verbos querer y poder. Pero siempre en plural, en primera persona del plural. Queremos, podemos. Y también conjugan el verbo trabajar, y en mil lenguas distintas, mil veces y de mil maneras diferentes. Hasta la saciedad. Y también en primera personal del plural. Y ahí está su gran mérito, un mérito que arrastran desde que una vez... allá por 1995, un grupo de chavales se encerró en un vestuario porque su club se iba a pique. Y de aquella ilusión nació un espíritu que afortunadamente para el deporte, para el balonmano y para Valladolid, aún se conserva inmaculada en los entresijos del club y en el corazon de todos sus seguidores.
Una vez más, y van... ¡cien mil millones!, el Cuatro Rayas ha vuelto a demostrar que ellos nunca fallan. Lo que ocurra hoy en la final, ya es un regalo.
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