Óscar Sancho, cantante de Lujuria. :: RICARDO OTAZO
Óscar Sancho | Cantante de Lujuria

«Todo ha cambiado a peor, por eso Lujuria tiene más sentido que nunca»

El grupo segoviano de heavy metal festeja esta noche, en la sala Kum-D, su vigésimo aniversario en los escenarios

CÉSAR BLANCO

Sábado, 26 de marzo 2011, 01:34

Publicidad

A Lujuria le queda mucha guerra que dar, a quien le pese. Un día del padre, 19 de marzo, en 1991, se subieron por primera vez un escenario. Era su primer concierto. «Recuerdo que fue un día de muchos nervios, pero también de muchas ganas». Óscar Sancho rememora aquellos escarceos de unos 'heavys' veinteañeros melenudos, embutidos en sus cueros, con unas canciones 'obsesionadas' con el sexo y con unas carátulas que incitaban al pecado capital que les donó su nombre. Toda esa parafernalia chocaba con una sociedad conservadora y a la que tocaba agitar. Con recochineo, el profesor Sancho todavía se acuerda del «cachondeo» que circuló con motivo de aquel primer directo y que decía que el colmo del cantante de Lujuria era debutar en La Escuela. Aquella sala marcó un antes y después.

Han pasado veinte años. Lujuria festeja este aniversario tan redondo con su regreso a un escenario de la capital. Esta vez será en la Kum-D de la Calle Real, esta noche, a partir de las 22:00 horas y con Alpha Zero de teloneros. El concierto se antoja como un formidable y monumental homenaje al rock más duro y reivindicativo salido de los arrabales y promete ser todo un acto social. No en vano, estos abanderados del heavy metal patrio alardean de que «siempre llevamos Segovia muy dentro y ejercemos de segovianos allá por donde vamos». Ahora esta tierra les ha de responder de la misma forma y agradecerles ese ejercicio de 'patriotismo'.

-Decía el tango que veinte años no son nada. ¿Para Lujuria que han sido estas dos décadas de vida?

-Pues voy a contradecir al tango porque esas dos décadas es mucho tiempo, los mejores años de nuestras vidas. Eso de que 'veinte años no son nada' puede ser un consuelo para los que vamos cumpliendo años. Lujuria siempre hemos dicho que los recuerdos que atesoramos son todos muy bonitos y olvidamos pronto lo malo. Con eso no quiero decir que pasemos de ello, pero hay que tomarlo como un aprendizaje. En este tiempo hemos hecho muchos sacrificios que nos han costado un trabajo o una pareja por la música.

-Johnny Cifuentes, de Burning, me comentó una vez que lo peor del rock son los cadáveres que dejas en la cuneta.

-Mira, nuestro último disco ('Llama eterna') era un homenaje a los caídos del rock. Nosotros no hemos sufrido lo que ha pasado Burning, que se les murieron tres componentes. Nuestra historia no es tan triste. Por fortuna, las bajas que hemos sufrido han sido por otros motivos, porque han abandonado el grupo por motivos laborales o como 'El Oso', que ahora está en el Teatro Real.

Publicidad

-Por cierto. ¿Se acuerda de lo que hacía cuando tenía 20 años?

-Estaría trabajando ya de profesor interino en un pueblo de Guadalajara, en Sigüenza, donde tengo muy buenos recuerdos porque me trataron con mucho cariño. Eran tiempos en los que venía a Segovia los fines de semana para ensayar viernes, sábado y domingo

-¿Cómo recuerda aquel debut en el escenario de La Escuela?

-Fue un día de muchos nervios pero también de muchas ganas. Le habían robado los instrumentos a otro grupo de la ciudad y se montó el concierto para recaudar dinero para que pudieran seguir tocando. Ya empezamos pidiendo, mira (se ríe).

Publicidad

-¿Han cambiado mucho las cosas desde entonces?

-No han cambiado mucho. Nosotros seguimos con la misma o más ilusión que entonces y con las mismas o más ganas de seguir protestando. Mal que nos pese, España ha perdido más libertades en los últimos tiempos. Antes, por ejemplo, no bombardeábamos otros países, podíamos fumar en los bares, el ocio en la calle no era tomado como una actividad ruidosa y molesta o los menores podían ir a conciertos. El panorama ha cambiado a peor. Con esto, Lujuria tiene más fundamentos que nunca para seguir luchando.

-Lo que cuenta me hace recordar aquellos inicios suyos, con una letras explícitas y cargadas de sexo. Ustedes hablaban entonces de la libertad sexual como una de las revoluciones pendientes del finales del siglo XX.

Publicidad

-Lujuria no es que tuviera todo el tiempo el sexo en la cabeza, sino la libertad. Sí es cierto que decidimos enfocar por el tema sexual la reivindicación de todo el sistema de libertades. Por ejemplo, se consiguió el matrimonio de homosexuales, que por cierto ya puede temblar si gana las elecciones el partido que todos sabemos y que tiene toda la pinta de que pueda ser así. O lo que ocurre con la Iglesia, que sigue diciendo que el preservativo es malo, mientras el sida sigue azotando África. Son otro tipo de frentes abiertos. Estamos asistiendo a la pérdida de derechos y libertades y todo esto es una pena para nuestros hijos. Hay que dar un vuelco ya y rápido.

-¿Cree que la música es una buena forma de impulsar ese cambio?

-La música es uno de los vehículos que más puede ayudar y que más llega a la juventud, además es el único camino que tiene un menor de 18 años, que no puede votar, para alzar la voz y decir sus cosas. En 2003 iniciamos una campaña contra la violencia de género y tengo contabilizados más de 300 grupos de rock que han publicado canciones contra esta lacra. Frente a lo que muchos puedan pensar, la juventud que tenemos está muy concienciada, muy preparada y tiene las ideas muy claras.

Publicidad

-¿Pero no cree que hay un cierto desencanto que propicia una actitud inmovilista?

-Uno de los mayores problemas de la sociedad es que ninguno de los medios de comunicación que tenemos es independiente. Cada uno transmite sus ideas y después ya solo buscan el espectáculo. De Japón interesa más cuándo va explotar un reactor que el comportamiento de su sociedad ante una catástrofe.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

0,99€ primer mes

Publicidad