A que no sabes quién soy
Decenas de disfraces llenan de color el desfile de comparsas que abre el carnaval de la ciudad
CÉSAR BLANCO
Domingo, 6 de marzo 2011, 12:47
Este año se ha hecho de rogar más que otras ediciones. Don Carnal ha tardado en presentarse con su despliegue de atrezzos, máscaras, antifaces, pelucas y disfraces. Caprichos del calendario, pero ya está aquí el carnaval, la fiesta en la que nadie es lo que parece ser, el tributo al anonimato. Empieza una semana para rendirse al jolgorio y la algarabía, para dejar los pudores y las vergüenzas en casa y dejarse llevar por el placer de la transformación y el travestismo. Es tiempo de abandonarse a las fantasías terrenales antes de que la austeridad de Doña Cuaresma doblegue las voluntades paganas. Incluso la meteorología quiso aliarse con los fastos inaugurales.
-«Parece mentira con la que estaba cayendo ayer (por el viernes)», comentaba un grupo de padres que apuraban unos cigarrillos a la puerta de un bar mientras los retoños enfundados en sus trajes de bucaneros y con las espadas en las manos correteaban, se retaban y se perseguían por la calle.
-«¡Cuidado, cuidado, que al final os vais a hacer daño!», alertaba a voz en grito una de las madres.
Es lo que tiene Don Carnal, que destierra los sonrojos, rubores y las vergüenzas y da rienda suelta al desmadre, aunque Segovia, siempre recia, contenga tamaña explosión de vanidades. No es tierra dada a los excesos, aunque por una vez año el libertinaje no haga daño. Eso sí, siempre con respeto. El mismo que demuestran las abnegadas comparsas que año tras año dan color y calor al carnaval.
Como marca el canon del programa elaborado por el Ayuntamiento, las formaciones oficiales de las carnestolendas segovianas y algunos grupos anónimos añadidos al séquito de Don Carnal a título particular recorrieron el camino que va desde San Millán hasta la Plaza Mayor al son de las charangas y chirigotas. El cortejo lo abrieron las acrobacias y la capoeira de Os Batucones, que dieron el toque brasileño al paseíllo por el casco histórico. Los juegos pirotécnicos anunciaban la llegada de las comparsas.
Entonces aparecieron los rancheros y las rechulas de La Semifusa bailando corridos tras el pendón de la agrupación, que en esta ocasión fue enarbolado por el delegado territorial de la Junta de Castilla y León en Segovia, Luciano Municio. Y de México Don Carnal viajó a la China de la mano de los componentes de la agrupación Apadefim. Los siguientes en el cortejo inaugural fueron los integrantes de una comparsa que se estrena en estas lides festivas. Los miembros de Para que Tú lo Bailes debutaron ataviados de bobinas de hilo de múltiples colores, con sus tijeras, agujas plateadas.
-«¿A que no sabes quién soy?», el espetó uno de las carretes andantes a un espectador que hacía el paseíllo en Fernández Ladreda.
-«Pues no, con el antifaz...», contestaba estupefacto el requerido.
-«Soy el padre de Marta, hombre», desveló.
Es la esencia del carnaval, que los faraones y cleopatras de Los Semaforitos trasladan al antiguo Egipto con sus lujosos trajes dorados. Los bandoleros de Los Chirigoteros bajaron de la serranía disparando sus trabucos mientras sonaban las coplillas de añejo gaditano. Detrás de ellos, procesionó el espectáculo circense de El Tudel, con jaula para las fieras incluida, el hombre bala, el domador y las clásicas canciones de los payasos de la tele de acompañamiento musical.
Los Vacceos se abrían paso con un todoterreno que hacía las funciones de discoteca móvil. Sus modelos para ir a la carreras de Ascot fueron de lo más 'fashion', con sombreros y pamelas de lo más estrafalarias. Y entre todos, desfilaron los árboles, las plantas y los animales de cuentos y fábulas del Aula de Animación a la Lectura.
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