Con garantía de calidad

Las setas de la provincia de Zamora junto a las recolectadas en los montes de Soria se comercializarán a partir del mes de octubre bajo la marca de garantía de calidad 'Setas de Castilla y León'.

Se trata de una iniciativa regional que afectará a todas las especies comestibles y que está enmarcada en el proyecto Myas RC (Proyecto de Regulación y Comercialización de los Recursos Micológicos de Castilla y León), financiado por la Junta y la Diputación Provincial de Zamora.

El objetivo del proyecto es la regulación del aprovechamiento de las setas, tanto en su proceso de recolección como en su posterior comercialización a través de la marca de calidad, la primera que existe a nivel nacional e incluso internacional. Además, de esta forma se pretende asegurar que la recolección de estos ejemplares se haga de forma sostenible y respetuosa con el medio ambiente, y generar desarrollo rural a través de la micología.

«La marca garantiza el origen de Castilla y León, la calidad extra de la especie y que han sido recolectadas en el monte de una forma sostenible. A través de un código que llevarán los botes, los consumidores podrán saber en qué pinar han sido recolectadas e incluso por quién», explica el técnico del proyecto en Zamora, Pedro Gómez, quien asegura que la iniciativa también pretende que el producto que vendan las empresas del sector que se adhieran al distintivo tenga un mayor valor en el mercado.

En estos momentos, 14 empresas de la provincia se dedican a la transformación y comercialización de setas, además de otras empresas que actúan al margen de la ley. De estas, diez se han adherido al proyecto, ya que el resto trabaja con materia prima procedente de otras zonas.

Reglamento

Las diez empresas interesadas en comercializar sus productos bajo la marca de garantía 'Setas de Castilla y León' han recibido ya el visto bueno a sus instalaciones a través de una auditoría, aunque además tendrán que cumplir una serie de requisitos sanitarios y de control de mercancías contenidos en el Reglamento Técnico de Funcionamiento de la Marca de Calidad, aprobado hace tres meses y en el que se establecen las condiciones que tienen que cumplir las setas que se acojan a la marca y los operadores que las produzcan. En este sentido, será obligatorio que todas las personas que manipulen la materia prima, desde el recolector al transportista, estén habilitados cuenten con una titulación que obtendrán a través de la asistencia a los cursos formativos organizados con este fin y que comenzarán el próximo mes de septiembre.

La formación irá dirigida tanto a los recolectores y a los trabajadores que manipulan las setas en las empresas como a los futuros inspectores que se encargarán de controlar y supervisar que los ejemplares cumplen el reglamento.

Las empresas que en principio comercializarán sus productos bajo la marca de garantía se dedican a la comercialización de setas en fresco, envasadas, cocinadas y congeladas, y están situadas en Sanabria, La Carballeda y Aliste, «las tres comarcas de mayor interés micológico a nivel socioeconómico de la provincia».

En concreto, se comercializarán bajo este distintivo la veintena de especies comestibles que nacen en la provincia zamorana como el boletus tanto de pino como de jara, «la seta bandera de Zamora, de una calidad extraordinaria y gran valor reconocido en el mercado incluso a nivel internacional». También destaca la presencia del níscalo, la seta de cardo, que se recolecta sobre todo en la zona sur de la provincia, la manita cesárea, el rebozuelo, el pie azul, la morchella o colmenilla, la senderuela o la carbonera.

De esta forma, toda la superficie forestal de la provincia se sumará a la marca de calidad, ya que el destino final de la mayoría de los hongos recolectados en los montes de Zamora son las empresas de la provincia.

En las próximas temporadas, las setas procedentes de las otras siete provincias de la región que se han incorporado al proyecto-todas excepto León y Palencia-se irán incorporando de forma progresiva a esta comercialización.

Pioneras

Las de Zamora y Soria serán las pioneras del proyecto debido a que son las provincias con mayor actividad empresarial micológica de Castilla y León. «Esto se debe a la gran importancia que ha adquirido en estas dos provincias el sector empresarial de la micología, por la cantidad y calidad de las setas que se producen en ellas», explica el técnico del proyecto Myas RC en Zamora, quien asegura que la provincia es muy conocida en el mundo de la micología, incluso a nivel internacional, especialmente en Italia, uno de los países del mundo donde más hongos se consumen.

Bajo la filosofía de que la micología es una fuente de desarrollo rural, el proyecto pretende que el capital económico que mueve el sector repercuta en los pueblos productores de setas, muchos de ellos afectados por la despoblación y la falta de recursos.

El caso de Zamora será una excepción, ya que comercializará sus setas bajo la marca de garantía antes de que entre en vigor la regulación de sus montes. La emisión de permisos o licencias de recolección en los montes de utilidad pública comenzará en la provincia en el próximo año 2011.

Según las estimaciones, se calcula que en las comarcas con mayor presencia de setas (Sanabria, La Carballeda y Aliste), el 50% de la población recoge estos ejemplares, un porcentaje altísimo, según Pedro Gómez, quien explica que la provincia cuenta con unos 10.000 recolectores de hongos, aunque depende de lo buena que sea la temporada. Además, explica que existen dos tipos de recolectores, el aficionado que recoge para su propio consumo, y el recolector profesional, que normalmente suele utilizar recipientes con más capacidad como cajas de madera o cubos, y herramientas de mayor tamaño como rastrillos.

Menos bolsas

Aunque todavía algunos aficionados van al campo con la bolsa de plástico, las cestas de mimbre cada vez tienen más presencia en el monte, especialmente desde hace diez años y desde la entrada en vigor del decreto de ordenación y regulación del aprovechamiento y recolección de las setas, que prohibe remover el suelo de forma que se altere o perjudique la capa vegetal superficial, ya sea manualmente o utilizando cualquier tipo de herramienta; el uso de hoces, rastrillos, escardillos o azadas, y la recolección de aquellas especies de setas que la Dirección General del Medio Natural de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio haya limitado o exceptuado expresamente, a propuesta de la Delegación Territorial.