Decenarios con raíces palentinas

«Sarta de diez cuentas pequeñas y una más gruesa, con una cruz por remate que sirve para llevar la cuenta de lo que se reza». Ésta es la definición que la Real Academia ofrece de un decenario, una pulsera con décadas de tradición que siempre se utilizaba como pequeño rosario y que las generaciones precedentes han colgado en sus muñecas con todos los materiales imaginables. Sin embargo, este objeto de simbología estrictamente religiosa se ha convertido este verano en un icono de la moda, después de que Sara Carbonero y Shakira las lucieran a todas horas en sus brazos durante el Mundial de Sudáfrica y, de forma casi simultánea, Penélope Cruz, el merengue Pepe, Verdasco y otros famosos se unieran a esta moda. A pesar de que ahora son muchas las tiendas o páginas de Internet que lo ofrecen a precios elevados (hasta diez euros), las demandadas pulseras tienen un origen en buena parte palentino.

Hace algo más de tres años, las hermanas Nazarenas comenzaron a elaborar con hilos de colores las versiones de los tradicionales decenarios. Contaron con la ayuda de unas religiosas misioneras mejicanas de su comunidad y su objetivo era lograr fondos para mantener las misiones que la congregación tiene en varios lugares del mundo. Apenas se vendieron desde entonces, pero de repente, desde el mes pasado, los pedidos de tiendas y particulares se han disparado. En la tienda que las religiosas tienen junto a la plaza de San Pablo, donde venden todo tipo de objetos religiosos y libros, se siguen ofreciendo de distintos tamaños y de multitud de colores a dos euros (un precio mucho más económico que en cualquier otro establecimiento de moda donde no faltan en los escaparates). Después de años en los que pasaban desapercibidas para la mayor parte de la gente, incluso en los mercadillos navideños que organizan para recaudar fondos benéficos, las religiosas se han visto ahora sorprendidas por el aumento en la demanda de este producto artesanal que, si se mantiene la tendencia durante un tiempo, pueden ayudarles a poner en marcha varios proyectos solidarias en sus misiones.

La hermana María Lourdes, que atiende la tienda, confiesa que la moda es en el fondo lo que mueve a los crecientes clientes a pedirles pulseras desde distintos puntos del país. El sentido religioso del decenario como guía para rezar el rosario se ha perdido totalmente en aras de la estética. Sin embargo, si todo ello puede ser una ayuda para mantener su labor misionera, como ella misma reconoce, «bienvenida sea la moda».