Bollos tontos y listos de Frechilla

El origen del bollo es totalmente familiar, cuyo secreto en su confección se ha transmitido de generación en generación hasta el día de hoy, siendo una elaboración exclusivamente a nivel casero. Los Bollos Tontos y Listos se ubican en el pueblo palentino de Frechilla, elaborados de manera especial en las fiestas patronales de San Miguel. Estas tortas de manteca tomaron tradición desde un tiempo atrás.

El bollo puede adquirir variantes en su aspecto y composición. Por norma general, adquieren una forma redondeada, aunque podremos encontrarlos con otras formas, siendo significativa su textura típica del mantecado. Así como su color, ligeramente tostado claro, presentando en la superficie una capa extensa de azúcar glass -azúcar molido-.

En su elaboración, y al ser totalmente artesanal, podremos encontrar una diversidad de recetas distribuidas por la zona.

Para su composición, tendremos que disponer de: 500 gramos de manteca, 350 gramos de azúcar, una copita de vino blanco, canela en polvo, harina (lo que admita) y azúcar glass.

En su elaboración, tendremos que verter el vino en un cazo a fuego suave, así como la manteca, la canela y el azúcar. Por otro lado, y en una mesa, se hace una especie de volcán con la harina, añadiendo el preparado con el vino. Seguidamente, se va amasando poco a poco hasta que la masa adquiera una consistencia homogénea, dejándola reposar durante diez minutos. A continuación, se van haciendo los bollos con la forma y tamaño deseado, colocándolos en una placa de horno. Al instante, se introducen al horno a 180ºC hasta conseguir un aspecto dorado. Finalmente, se dejan enfriar a temperatura ambiente y se espolvorean con el azúcar glass. Una vez confeccionados deberá conservarlos en lugar seco y consumirlos en un periodo no superior a una semana, de lo contrario se nos enranciarán.