Lácteos artesanos de Mucientes

Pese a que la situación económica que atraviesa el país no invita al optimismo, algunas empresas aguantan el mal trago. Y lo hacen con una apuesta firme en la calidad y el cuidado del producto. Como en el caso de la Quesería Artesanal de Mucientes que además de luchar contra la crisis también ha tenido que enfrentarse a una «venganza personal de un antiguo empleado» en forma de denuncia por supuestas infracciones medioambientales.

Una de las propietarias de la empresa, Isabel Edesa, explica que «hemos pasado la inspección de Seprona y están todas las licencias en regla, tanto en la fábrica como en la explotación ganadera». Las acusaciones, en las que se habló de la existencia de un pozo negro y de la falta de una depuradora son infundadas, según Edesa, quien añade que «es falso que tengamos un pozo negro y no hay instalada una depuradora porque nuestro volumen de producción no lo exige».

Con lo que sí cuentan es con «un decantador de sólidos, tal y como ha verificado Seprona. Entonces, ¿por qué la denuncia? Simplemente porque «esta persona dejó de trabajar en nuestra empresa y ha querido tomarse venganza», subraya.

Es más, en sus cinco años de historia, esta quesería familiar de Mucientes no había tenido antes ningún problema. Al contrario, desde su inauguración sólo ha destacado por sus reconocimientos, como el de mejor queso artesanal de la sexta edición de los Premios Cincho o los dos galardones, de plata y bronce, que se les lograron en el World Cheese Awards de 2009.

Y es que sus quesos de oveja están sólo elaborados con la leche de su ganadería «y eso se nota». Esta fórmula les permite controlar «la materia prima y limitar el volumen de crecimiento a nuestro ganado», que es de alrededor de 700 animales.

Con ello consiguen una producción de casi 25.000 kilos de queso, así como de 80.000 unidades de yogur y cuajada. Unos productos que se venden, en un 40%, en la tienda ubicada en Mucientes, además de «en grandes centros comerciales» como Hipercor, Eroski o Carrefour, y en pequeños comercios de Valladolid y provincia.

Esta distribución se facilita porque sus alimentos cuentan con el sello de Tierra de Sabor, pertenecen a la Asociación de Artesanos Alimentarios y esperan «entrar a formar parte del sello de quesos artesanos».

Por último, Edesa destaca que sus quesos y derivados lácteos «no tiene ningún aditivo porque al ser artesanos ni podemos ni sabemos, ya que no somos químicos para tratar una materia prima por lo que tenemos que cuidar mucho la calidad de la leche».

Una circunstancia que hace que el precio final «sea asequible en nuestra tienda, aunque es verdad que es un poco mayor que el del queso industrial pasterizado». Al menos así se logra que el queso «tenga un sabor, como nos dice la gente, igual que el que hacían nuestros abuelos».