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El escritor e historiador palentino Antonio Villacorta Baños. :: J. RUIZ
PALENCIA

«La emperatriz Isabel favoreció la 'hispanización' de su marido, Carlos V»

Antonio Villacorta Baños Historiador y autor de 'La emperatriz Isabel'El autor palentino desvela en una amplia biografía la vida de Isabel de Portugal, la esposa del emperador Carlos V

FERNANDO CABALLERO

Lunes, 15 de marzo 2010, 02:48

Antonio Villacorta Baños-García nació en la localidad palentina de Quintanilla de las Torres. De amplia formación cultural, es licenciado en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid, además de un reconocido historiador, especializado en las Cortes de España y Portugal en la época moderna. Autor de varias novelas de género histórico y de libros de historia, Villacorta ha publicado ahora una biografía de la emperatriz Isabel, la mujer de Carlos V. En esta obra, ha trabajado casi de forma cotidiana durante cinco años. Ha consultado numerosos archivos de España y Portugal, así como una bibliografía muy extensa, actual y de la época, archivos nacionales, principalmente de historia, en especial el General de Simancas, y el Torre do Tombo de Lisboa.

-¿Qué le atrajo del personaje?

-Es conocida y famosa la historia de amor de Carlos V e Isabel de Portugal, algo poco frecuente entre matrimonios reales de la época. El tema siempre me interesó. Además, tengo escritas las biografías de una hija de Isabel y Carlos V (Juana de Austria) y de su nieto (don Sebastián de Portugal). A mayor abundamiento, conozco un poco la historia portuguesa del siglo XVI, lo que me facilitó la labor.

-¿Qué papel tuvo la emperatriz en la historia?

-Isabel tuvo una gran significación en la historia de Castilla, sin duda alguna. Favoreció la 'hispanización' de Carlos V. Gobernó Castilla varios años, también el reino de Aragón, con equilibrio y sensatez. Acercó el reino de Portugal a Castilla, es la madre de Felipe II…, entre otros aspectos, como su sentido equilibrado de la religiosidad, en medio de un siglo tumultuoso en temas de religión, como la reforma protestante y la contrarreforma, el Concilio de Trento o la actividad de la Inquisición.

-¿Qué secretos inconfesables guardó de Carlos V?

-Isabel vivió al lado de Carlos V una identificación plena, física y vital. Nunca el emperador hallaría otra mujer de esa altura moral. El emperador pudo ser como era -espontáneo-, gracias al sentido del deber y la discreción de Isabel. En ella depositó sus esperanzas, sus sueños, sus anhelos, pero también su vulnerabilidad. Ella fue testigo. Isabel dio solidez a la personalidad quebradiza de Carlos, ocultó sus debilidades y proclamó sus méritos. Leyendo el libro se advierte claramente todos esos aspectos, que difícilmente pueden expresarse en pocas palabras. La espontaneidad de Carlos, mucho más en el ámbito íntimo, le permitió a Isabel conocer su auténtica dimensión humana, su realidad.

-¿Los retratos que Tiziano y Sánchez Coello pintaron de la emperatriz reflejaron su personaidad?

-Tanto Alonso Sánchez Coello como Tiziano retrataron a la emperatriz Isabel después de su muerte, sobre otros cuadros existentes de ella, pero Sanchez Coello lo hace, creo yo, con un sentido más realista. Para Tiziano, que pintó a Isabel por encargo del emperador, su figura había de tener una función recreativa, podemos decir con cierta cursilería, para la recreación de la belleza y la memoria del amor, por lo que su ánimo habría de ser casi impresionista.

-¿Además de la biografía en sí, el libro aporta novedades sobre la historia de España?

-Un aspecto de mi obra, historiográficamente muy interesante, se deriva de la falta de biografías de Isabel que intenten abarcar su vida en sentido global. La biografía de Vales Failde sobre Isabel es una hagiografía pura, escrita hace más de un siglo, y la de Mazario Coleto es una tesis doctoral que no pretende abarcar la vida de Isabel de forma integral. Mi obra se trata, por tanto, de una auténtica novedad historiográfica. Su mérito, quizás, es dejar que los documentos y escritos de la época, nos hablen y, sobre ellos, cimentar el temperamento, la personalidad, la vida y el ámbito social de la emperatriz. El uso de fuentes originales y de la época es un procedimiento habitual mío en trabajos de esta naturaleza. Pero no excluyo, evidentemente, a los cronistas tradicionales, a quienes cito muchas veces. Pongo también mi preocupación en la forma narrativa, para elaborar un texto atractivo y divulgativo.

-¿Como gobernante, qué aportó la emperatriz?

-Isabel, como gobernante, tuvo que moverse dentro del aparato impositivo de consejos y estructuras perfectamente determinadas. Dentro de su discreta autonomía, fue una gobernadora juiciosa, que dirigió la política nacional y ultramarina con mano diestra. Por ejemplo, fue modélica su actitud ante el asunto inglés de Catalina de Aragón y Enrique VIII, e interesantes sus proyectos ordenados de emigración a América. Como educadora de sus hijos, el príncipe Felipe y las infantas María y Juana, fue inteligente y flexible, a la vez que rigurosa.

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