Borrar
Javier Pinar, José Rafael García, Moisés Santos, Ángeles Fombellida y Ana Ayuso, con su hijo Simón, de izquierda a derecha. :: J. RUIZ
PALENCIA

El placer de escribir

Un libro recoge narraciones y poemas de siete amantes de la literatura anónimos

FERNANDO CABALLERO

Lunes, 8 de marzo 2010, 10:56

No son profesores de literatura, ni personas vinculada de alguna manera con las artes literarias. Tienen en común que les gusta leer y escribir, y además ponen en común sus creaciones. Son amantes anónimos de la lectura y de la escritura que han perdido ahora el anonimato, aunque también de forma discreta. Lo hicieron el año pasado en un ciclo de recitales que ofrecieron en varios pueblos de la provincia de Palencia, y ahora en un libro titulado 'Pluma, papel y tijera', que ha editado la Asociación Regional de Participantes en los Programas de Educación de Personas Adultas de Castilla y León (Arpea), con el apoyo de la Diputación Provincial.

Los autores son Ana Ayuso Salazar, Ángeles Fombellida Cabezudo, José Rafael García Morín, Luis Javier Pinar Peñagaricano, Blanca Vicario García, Pilar García Pascual y Moisés Santos Álvarez. Casi todos ellos pertenecen al taller literario de la Universidad Popular de Palencia, que dirige Cándido Abril.

El eldanense Javier Pinar tiene 32 años y trabaja en una fábrica de cartón. Ha ganado varios premios y, como el resto de sus compañeros, asegura que escribe desde joven. «Empecé escribiendo poesía, pero luego al entrar en el taller literario de la UPP me pasé al relato hiperbreve», explica. En sus cuentos habla de cosas cotidianas, «de las que pasan a todo el mundo, pero sobre las que siempre hay una historia que contar», según puntualiza. Para Pinar, la literatura abarca todos los campos, desde la ficción al realismo. Escribir, para él, «es un desahogo».

Ángeles Fombellida tuvo en una época anterior de su vida una estrecha relación con la literatura, ya que estuvo empleada en la desaparecida librería de El Diario Palentino. Ahora, con 58 años, recoge los frutos que sembró entre libros. «Como ha dicho Pinar, la literatura es un desahogo, pero también es una fuente que te da mucha riqueza y muchas posibilidades de vivir infinidad de mundos». Ella está convencida de que «el que lee mucho, acaba escribiendo», y ella aprovechó cuando trabajaba en la librería para leer mucho, y a gran cantidad de autores -cita a Larra, Kafka y García Márquez-, pese a que «unas cosas le gustan más que otras».

Escribir a ráfagas

Ana Ayuso, de 40 años, trabaja en un grupo de acción en Medina de Rioseco. Lectora desde niña, recuerda que a los 18 ó 20 años escribió su primer cuento. Ahora, escribe a rachas, «a ráfagas», como le gusta expresar. «Me incentiva mucho escribir en un grupo, porque te pones metas y al final sale lo que pretendes», señala. Las relaciones humanas constituyen el principal motivo de sus cuentos, «ya sean relatos de amor, de miedo, de todo…».

Moisés Santos, de 46 años, es vigilante de seguridad. Escribe desde que tenía 15 años «por una tontería». «En los cumpleaños de amigos y familiares, en el reverso de la postal que les enviaba de felicitación, escribía una poseía», explica. Moisés es uno de los pocos del grupo que escribe poemas. «La poesía es minoritaria porque es más difícil, aunque en los últimos tiempos se ha ido 'prosaizando'. Se usan menos figuras poéticas, se tiende hacia lo que llaman la poesía de la experiencia, que es lo que está de moda», asegura. Él se muestra más partidario de Miguel Hernández, de Juan Ramón Jiménez, de Federico García Lorca..., «porque son más poetas del sentimiento, y yo escribo sobre los sentimientos», concluye Moisés Santos, que vivió en Salamanca y allí también formó parte del grupo Vértice.

Visión personal

Por último, José Rafael García, de 48 años, es profesor de Informática. Como conocedor de este mundo, reconoce que escribir a mano es más bonito, pero que prefiere utilizar el ordenador. «Es más cómodo y facilita hacer las correcciones necesarias», asegura este salmantino que reside desde hace diez años en Palencia. Como aficionado que es a la literatura, agrega que escribe con «muchos altibajos, escribo durante un tiempo, lo dejo, lo retomo…, y así van saliendo mis cuentos». Su gran preocupación es el pensamiento. «No me interesa la realidad, sino cómo ve alguien esa realidad, escribo desde esta perspectiva, desde la visión personal de cada individuo», concluye.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elnortedecastilla El placer de escribir

El placer de escribir