La raya invisible terracampina
Colegios, centros de salud o tiendas motivan los desplazamientos Vecinos de nueve pueblos del norte de la provincia cruzan a diario el límite con León
LORENA SANCHO
Domingo, 21 de febrero 2010, 02:00
Los regidores de los municipios limítrofes con León nos cuentan sus experiencias con la provincia vecina, adonde se desplazan para ir al médico, de compras o al colegio. La proximidad es una ventaja, aunque reconocen que la gente mayor suele considerar un trastorno acudir al médico de otra provincia.
Los vecinos del antiguo pueblo de El Villar se desplazan cada día hasta Villagra para poder tomar un café en un bar. Sólo tienen que atravesar unas calles y rodear la iglesia para toparse con la cafetería, pero históricamente hacen algo más: cruzan la frontera imaginaria que en su día se encargó de dividir el municipio perteneciente al Arzobispado de Valladolid (El Villar) del correspondiente al Arzobispado de León (Villagra). Desde hace más de 150 años ambas localidades forman una sola, La Unión de Campos, pero en el pueblo, especialmente entre los más mayores, pervive la costumbre de distinguir las zonas con el nombre de los antiguos municipios. Es la influencia que heredaron de su ubicación en el límite con la provincia de León.
A tan solo cuatro kilómetros del casco urbano se levanta la señal que anuncia la entrada del personal en terreno leonés. Desde ese punto exacto se divisan los edificios del primer municipio de la otra provincia, Valderas. Su cercanía les ha obligado a entenderse, pero no sólo a La Unión. El criterio de proximidad es, entre otros, el aplicado para que niños y mayores de nueve pueblos de Valladolid rebasen a diario las lindes provinciales para poder estudiar la Educación Primaria y Secundaria o recibir la prestación sanitaria en un centro de salud leonés.
A primera hora de la mañana, el autobús escolar que llega a Valderas pasa puntual por Barcial de la Loma, Valdunquillo, Urones de Castroponce, La Unión de Campos y Castrobol. Otra ruta hará lo propio con los de Quintanilla del Molar. En total recogen a cerca de veinte chavales que cursan la Educación Secundaria Obligatoria en el centro escolar de Valderas. De forma paralela, casi a la misma hora, otros 17 alumnos de Secundaria de Melgar de Arriba, Melgar de Abajo y alguno, incluso, de Mayorga atraviesan los límites provinciales. Éstos, en cambio, acuden al Instituto de Sahagún, a tan solo 12 kilómetros de distancia frente a los 22 que les separa de Villalón de Campos. «Se siguen criterios geográficos, como la proximidad y las comunicaciones, pues se intenta que sean lo más rápidas posibles, y además se suele tener en cuenta la vinculación histórica que los municipios han tenido tradicionalmente con otros de provincias distintas a la suya, como puede ser la prestación de varios servicios», especifican desde la Dirección Provincial de Educación de la Junta.
Pero no sólo los alumnos vallisoletanos se ven obligados a desplazarse a provincias limítrofes. Mayorga, Medina de Rioseco y Villalón de Campos acogen a diario a 5 estudiantes de Primaria de Izagre y Albires (León) y a 48 de Secundaria de los palentinos Meneses, Belmonte, Villarramiel, Boadilla de Rioseco, Guaza de Campos, Autillo de Campos, Castil de Velas y Capillas. Todos ellos, al igual que en los casos de Valladolid, tienen que cambiar a diario de provincia para encontrar el centro escolar más cercano a sus residencias. «A nosotros la proximidad con León nos influye al revés, es decir, nosotros recibimos gente de León que viene aquí al médico y niños que van a nuestro colegio, y al final eso se traduce en que a diario hay más gente por las calles y comercios», explica el alcalde de Mayorga, Carlos Magdaleno.
En el ámbito de la sanidad ocurre algo similar. El centro de salud del municipio mayorgano tiene 230 tarjetas sanitarias de Izagre, Albires y Valdemorilla (León). Aquí pasa consulta tres días a la semana el médico de Saelices de Mayorga. En el caso contrario, son 562 vecinos de Quintanilla del Molar, La Unión de Campos, Roales de Campos y Urones de Castroponce los que tienen su tarjeta sanitaria en la Zona Básica de Salud de Valderas. Es precisamente en la atención sanitaria donde los regidores encuentran el mayor inconveniente de vivir en el límite provincial, pues aseguran que hay vecinos, sobre todo los mayores, «que no se aclaran». «Si a mí me pasa algo en La Unión, viene la ambulancia y me lleva a Valladolid, pero si estoy en el médico en Valderas y me tienen que trasladar a un hospital, la ambulancia me lleva a León», explica el alcalde de La Unión de Campos, José María González, quien asegura haber padecido recientemente la situación.
Algo parecido expone su homólogo en Quintanilla del Molar, Jesús Ángel Rodríguez. El regidor pone como ejemplo a su propia madre, que actualmente debe acudir a León para recibir rehabilitación «porque pertenece al centro de salud de Valderas». «Hasta que te aclaras es lioso, porque no es lo mismo que si estás en tu provincia, pero lo cierto es que nos atienden bien en los dos sitios», añade.
El coordinador del centro de salud de Mayorga, Juan Francisco Cornejo, reconoce que al principio, hace ya más de veinte años, hubo algún problema, «principalmente con las ambulancias, porque no salían del término provincial», pero aquello quedó ya solventado. «Los pacientes pueden elegir especialistas, bien en León o bien en Valladolid», argumenta.
Desde su punto de vista no existen diferencias entre los enfermos de ambas provincias. «No hay que presentar pasaporte», bromea.
El único inconveniente que encuentra es el de las comunicaciones, tanto para los vallisoletanos como para los leoneses. El denominado transporte a la demanda sólo funciona los lunes y miércoles y las pruebas médicas y los análisis se realizan los lunes y jueves. Desde el centro médico han solicitado ya al Consejo de Salud que este servicio de autobús se modifique para adaptarlo a las necesidades.
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