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Martes, 5 de abril 2016, 11:23
Los ciudadanos de Latinoamérica podrían haber sido engañados durante ocho años seguidos por un hacker que manipuló las elecciones para lograr que los partidos de la derecha ganaran a cambio de grandes sumas de dinero.
El hacker colombiano Andrés Sepúlveda, en una entrevista a Bloomberg, revela que durante ocho años viajó a través del continente contratado por diferentes gobiernos suramericanos manipulando las principales campañas políticas con presupuestos que podían llegar a los 600.000 dólares por trabajo.
Sepúlveda, de 31 años, encabezó un equipo de seis hackers que robaron estrategias de campaña, manipularon redes sociales para crear falsos sentimientos de entusiasmo y escarnio e instaló spyware en sedes de campaña de la oposición. Según cuenta en la entrevista, manipuló las elecciones a la presidencia en Colombia, El Salvador, Costa Rica, México, Panamá, Guatemala, Nicaragua, Venezuela y Honduras.
La última fue en la elección del actual presidente mexicano Enrique Peña Nieto a petición del partido PRI, para impedir que su rival Andrés Manuel López tuviese alguna oportunidad de ganar. Actualmente, Sepulveda se encuentra en una prisión colombiana condenado a 10 años de prisión.
La lista de cargos incluye espionaje y conspiración para hackear las elecciones generales de Colombia durante el año 2014, pero también por interceptar las conversaciones de los negociadores del proceso de paz entre el Gobierno y la guerrilla de las FARC.
Por su parte, los diferentes gobiernos que han sido mencionados por Andrés Sepúlveda en su entrevista con el diario Bloomberg Bussiness, se han apresurado a desmentir todas estas declaraciones, negando rotundamente que se contratasen los servicios de este hacker en algún momento.
Andrés Sepúlveda inició su carrera como hacker en 2005, y rápidamente pasó a ayudar en las campañas presidenciales de Colombia, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá y Venezuela, desprestigiando, hackeando y espiando a los partidos de la izquierda por, como mínimo, 12.000 dólares al mes.
Su primer hackeo en unas elecciones habría tenido lugar durante la campaña de reelección de Álvaro Uribe durante las elecciones del 2006 en Colombia, con el objetivo de que este volviese a resultar vencedor. Para ello, hackeó la página web de su rival para robar estrategias de campaña, y la base de datos de su campaña electoral.
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