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EL NORTE
Sábado, 5 de marzo 2016, 21:06
Tanto Alejando González Iñarritu para la oscarizada El renacido como Richard Sarafian con El hombre de una tierra salvaje buscaron para rodar sus películas localizaciones escasamente pobladas, casi vírgenes, donde el ser humano pasa a ser un minúsculo elemento ante la inmensidad de la naturaleza. El cineasta mexicano, premiado esta misma semana con el Oscar al Mejor Director por su trabajo, se inspiró para filmar su epopeya en la película protagonizada por Richard Harris y John Huston y rodada en la Soria verde en 1971, concretamente en el Pantano de la Cuerda del Pozo y en los bosques de Vinuesa, Covaleda y Duruelo de Sierra, integrados actualmente en el Parque Natural de la Laguna Negra y los Circos Glaciares de Urbión. Ambos realizadores llevaron a la gran pantalla la historia real de Hugh Glass, un hombre que en los inicios del siglo XIX se vio obligado a luchar en un medio hostil por sobrevivir física y psíquicamente, movido por la venganza.
Cinco años antes de que se rodada El hombre de una tierra salvaje, un western naturalista, David Lean ya había llegado a Soria a filmar Doctor Zhivago. Por ello a los sorianos no les cogió por sorpresa la llegada de «los americanos», que se acercabban de nuevo atraídos por sus privilegiados escenarios naturales para hacer películas «cargaditos de dinero».
Fueron cuatro los figurantes de Pinares que participaron en el largometraje El hombre de una tierra salvaje, la película que ahora versiona El renacido, y todos ellos interpretaron a indios Arikaras. Solo Teodoro Rioja, vecino de Covaleda, que guarda un gran parecido con Charles Bronson, está vivo y guarda, además de varias fotografías del rodaje, grandes recuerdos de la experiencia. «Todavía me pregunto cómo consiguieron meter el barco en la Cuerda del Pozo, que en el momento de la grabación tenía poco agua», señala a Ical.
Desde mediados de febrero hasta finales de marzo de 1971, Teodoro, José Antonio Herrero, El Cachorrosco de Salduero y Saturio de Covaleda iban al rodaje que dirigía Richard Sarafian sin saber «muy bien» qué debían hacer.
«Nos pintaban de indios y esperábamos para rodar subidos a los caballos en el pantano. Al oír el silbato teníamos que atacar con flechas al barco por la orilla del embalse. Las escenas las teníamos que repetir muchísimas veces», cuenta rebuscando en su memoria.
Teodoro rememora también la escena en la que Richard Harris, que interpreta a Zhacary Bass, asiste al parto de una india que da a luz al lado de una lumbre y rodeada de pinos. Además, cuenta entre risas que cuantas más veces se tiraban del caballo, más les pagaban, y uno de los extras quedo muy magullado por esto. «Le decían: 'No te tires más, que nos va a arruinar'», sonríe.
Los cuatro extras cobraban mil pesetas diarias por participar en el largometraje, una cantidad que en aquella época era «un dineral», según Teodoro. Por su parte, Pío Herrero recuerda cómo su hermano José Antonio, el cual «era un gran jinete», se fue a trabajar a Almería, la cuna del western, tras participar en el rodaje de El hombre de una tierra salvaje gracias a un contacto que hizo en esta película, y volvió un año después a Covaleda con una buena fortuna.
Antonio Peñaranda
El padre de Antonio Peñaranda era el guarda mayor forestal de Pinar Grande, cuando Sarafian pidió permiso para rodar la película en esta reserva natural, que junto con el Cañón del Río Lobos son los espacios naturales más visitados de Castilla y León. De este modo, contactó con los encargados de producción quienes le encomendaron hacerse cargo de «reclutar a carpinteros, pintores, maquilladores, contratar los coches de caballos, alquilar caballos y buscar a los extras».
Relata Antonio que, por aquel entonces, se comentaba que esa película se rodó aprovechando el tirón que había tenido Richard Harris con Un hombre llamado caballo y subraya la importancia que tuvo que John Huston actuará de primer actor, teniendo en cuenta que siempre dirigía.
Este amante del cine, que también participó en la producción de Nicolás y Alejandra y en El Zorro, explica cómo John Huston solo fumaba Partagás y tenía siempre a una persona detrás de él que, cuando no estaba en cámara, se encargaba de suministrarle el puro. «Era un hombre muy especial, había sido boxeador y se comentaba que había perdido 100.000 dólares en el primer combate que no ganó Muhammad Ali. Tenía carisma, iba siempre vestido de negro y ya había ganado un Oscar cuando vino a Soria», cuenta con vehemencia.
Antonio reconoce que por «reclutar» a los trabajadores de la película, la productora le pago fenomenal, tanto es así que «le arreglo la vida» en un momento en el que estaba esperando a su primer hijo. «Dormían en Soria y pagaban siempre en efectivo. Recuerdo que un día abrieron dos maletines repletos de dinero», destaca antes de recordar que «fue una gran producción rodada en España en aquellos años, aunque personalmente a mí me parece que es muy mala y con un ritmo muy lento», puntualiza.
Este pinariego recuerda cómo estuvo a punto de irse a trabajar a Almería para las producciones de 'westerns', sin embargo, un especialista que hacía las caídas de arrastre con el caballo le disuadió de su idea, ya que a él la vida no le iba muy bien y llevaba la espalda quemada de raspar con el suelo.
«Por las mañanas, antes de que empezara el rodaje, los que participaban en la película jugaban al póker y preparaban grandes timbas. Había trabajadores que se lo gastaban todo en el juego. No llevaban buena vida», resume.
Un peliculón
El crítico cinematográfico soriano Julián de La Llana califica de «gran producción» El hombre de una tierra salvaje, rodada en su mayor parte en la zona de Pinares, en la Cuerda del Pozo, junto al río Ebrillos, y también en el Sistema Central de Ávila. Añade que, a pesar de que Sarafian no tuvo los medios que ha tenido Iñárritu para hacer El renacido es una «película inteligente, muy buena y muy bien hecha, y la interpretación de Richard Harris está a la altura de la del oscarizado Leonardo DiCaprio».
El experto señala que las dos películas tienen muchas similitudes, pero hay grandes diferencias. En la versión de Iñárritu el barco solo se ve al principio y en El hombre de una tierra salvaje tiene mayor protagonismo. Además, en la rodada en Soria no aparece la figura del hijo. «El director eligió esta zona de Pinares porque se asemejaba a la zona de las montañas rocosas de Estados Unidos», indica.
Los años 60 y 70 fueron las décadas en que más películas se rodaron en Soria. La grabaciones de Doctor Zhivago y Campanadas a medianoche provocaron que otras productoras de Hollywood se abalanzaran a rodar en la provincia. En total se contabilizan alrededor de medio centenar de películas rodadas en esos años en tierras sorianas.
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