La buena cosecha y el remanente acumulado hacen que caiga el precio de la paja

La gran cantidad que se espera este año por la buena cosecha, y el remanente acumulado durante todo el año pasado, ha provocado que los precios de la paja caigan y la expectativa es que solo lleguen a cubrir los costes de los trabajos. Así lo asegura el vocal de la lonja de Salamanca, Raúl del Brío, donde la paja ha comenzado a cotizar esta semana a un precio de 35 euros. «Este año sale mucha paja y se ha gastado poca durante el invierno, se juntan las dos cosas. Además, hay bastante pasto en las fincas y eso hace que el producto tenga menos salida», explica del Brío.

En ese planteamiento también coincide el presidente de la lonja de León, Arsenio García. Allí, la paja todavía no ha empezado a cotizar. Se espera que comience en una o dos semanas, pero la previsión en cuanto a precios es bastante pesimista. «No va a valer dinero, hay mucho este año, el pasado también. Hace dos años, no había forraje y subió mucho el precio, por eso, el año pasado se decidió llenar bastante, todavía hay remanente y, además, viene una buena cosecha», explica el responsable de la lonja de León. Augura que el precio se corresponderá con «lo que valgan los trabajos de amontonado, empacado, pero el producto en sí: nada». García incide en que en León, en estos momentos, el agricultor está «más preocupado por la cosecha que por este tema, ahora mismo».

En cuanto a los precios, Raúl del Brío coincide en el planteamiento. Insiste en que «la paja va a valer los costes de trabajarla y, en algunos casos, ni esto». El vocal de la lonja de Salamanca pronostica que en la paja más cercana a destino «se pagarán los trabajos», pero teme que en cuanto se salga de ese círculo inmediato «va a costar mucho colocarla».

En lo que se refiere al precio del cereal que viene encadenando malas noticias en los últimos meses, del Brío lamenta que las cotizaciones «están muy mal» y califica los precios como «totalmente ridículos». En este sentido, augura que la tendencia «no tiene visos de remontar», y cree que «hay que esperar a acontecimientos». Al respecto, precisa que la mayoría de los productores «no está vendiendo, lo está guardando, para ver cómo evoluciona el mercado, el mundo da muchas vueltas y no se sabe qué puede pasar».

Por su parte, el presidente de la lonja de León coincide en la situación preocupante que vive el cereal con unos precios «ruinosos», moviéndose en unas cifras que «no consiguen remontar e incluso a veces tienen leves correcciones a la baja, un momento de difícil».

El cereal está viviendo la cruz en las cotizaciones en las lonjas de Castilla y León, mientras que el sector ganadero, especialmente el de la carne, está viviendo unos momentos muy dulces en cuanto a los precios. Arsenio García confirma que la ganadería está viviendo «un buen año», que ha supuesto «una alegría, que nunca viene mal» para un sector que es «muy esclavo, difícil de gestionar y que lo ha pasado muy mal». Considera que, en general, salvo algunos matices, la ganadería pasa buenos momentos. «Nos gustaría que remontara en la leche de oveja y cabra, como hoy ha subido la de vaca. Que lleven ese mismo paso, porque en ese caso el precio está a la baja y están cerrando explotaciones», hace hincapié García. En lo que se refiere a la carne, resalta los buenos precios del ovino y vacuno que este año «no han vivido esos dientes de sierra habituales, que en Navidad les llevaban a estar muy arriba y luego hundidos». Esta campaña, según García, los precios han estado estables y eso ayuda a gestionar cualquier empresa, también en el mundo ganadero.

Las mismas sensaciones tiene del Brío insistiendo en que la ganadería está «muy bien» y con «muy buenos precios» que ha ido encadenando en los últimos meses. Esta situación positiva, el vocal de la lonja de Salamanca, la achaca a la unión de varios factores que han hecho que gane rentabilidad económica. «En estos momentos, hay menos ganado por las enfermedades y la sequía sufrida hace unos años. A ello también se suma la falta de relevo generacional que lleva a que cada vez haya menos ganaderos. No hay que olvidar tampoco que el consumo de carne mundial está fuerte. Todo eso, ayuda», concluye del Brío.

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