Castilla y León mantendrá el nivel de importes en una PAC «continuista» en cuanto a perceptores
Fernández Mañueco reúne a las organizaciones agrarias para dar cuenta del Plan Estratégico Nacional en el que Castilla y León quería poner el acento en los profesionales
«Desde el punto de vista cuantitativo podemos estar satisfechos porque vamos a recibir una PAC (Política Agrícola Común) similar a la que hemos recibido ... hasta ahora, pero desde un punto de vista cualitativo nosotros estamos luchando por que se acentuara más el reconocimiento de la agricultura profesional y esto no es así, por tanto, no puede estar hecha a nuestra medida». Ese es uno de los mensajes que ha trasladado el consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, Jesús Julio Carnero, al término de la reunión que ha mantenido el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco con los representantes de Asaja, la Alianza UPA-COAG, UCCL y Urcacyl.
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Carnero ha dado detallada cuenta sobre la elaboración del Plan Estratégico Nacional (la aplicación de la PAC en España) que han consensuado el Ministerio y las diferentes regiones y que el pasado 29 de diciembre se trasladó a la Comisión Europea, que ahora lo tendrá que revisar y dar su aprobación para la entrada en vigor el 1 de enero de 2023.
Uno de los aspectos por los que más ha luchado Castilla y León es por discriminar de manera positiva al agricultor profesional frente a otros modelos de actividad agraria a tiempo parcial y complementaria. La negociación ha evidenciado los diferentes modelos de agricultura que existen en España por lo que, finalmente, «se aboga por un modelo continuista, que no expulsa a ningún perceptor de la PAC», dijo Carnero.
Carnero insistió en que esa profesionalización que identifica a la región a través de explotaciones de mayor tamaño «permite que se pueda vivir de una forma clara, directa y única de la agricultura y la ganadería», al tiempo que insistió en que «no tiene que ver con la cantidad, sino que es un problema de profesionalidad».
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Carnero lamentó, por otra parte, que este cambio de modelo de la PAC supone «exigencias excesivas« en materia medio ambiental, algo que «no garantiza la sostenibilidad», además de que «no hay compensaciones por esas exigencias».
El beneficiario
La nueva ayuda básica en su conjunto va a pasar de suponer el 56% de las ayudas directas al 60%, desglosado en lo que será realmente la ayuda básica, 50%, y un 10% correspondiente a la nueva ayuda denominada pago redistributivo, que irá dirigido a compensar en un mayor nivel a las pequeñas y medianas explotaciones.
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La Junta de Castilla y León, que defendía que este pago redistributivo fuera exclusivamente a agricultores profesionales, al final ha conseguido que se compense en mayor medida los estratos de superficie mediana que están más identificados con la agricultura profesional. De hecho, las explotaciones de secano de hasta 130 hectáreas verán incrementada su ayuda básica.
Por otra parte, la simplificación de regiones productivas de 50 a 20, «beneficiará» a la región. Así, «en cultivos de secano se mantiene un sistema equilibrado, en los de regadío se ha conseguido diferenciar en positivo las zonas en las que se está invirtiendo en la modernización de regadío, mientras que los cultivos leñosos se equilibran los pagos para que puedan seguir desarrollándose en la Comunidad». Por lo que se refiere a los pastos, se ha conseguido ajustar la propuesta final para beneficiar a la ganadería extensiva castellano y leonesa.
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Además se mantiene el sistema de derechos y la convergencia interna se realizará de forma más pausada, como demandaba Castilla y León, de manera que en 2026 todos los derechos de cada una de las regiones valdrán como mínimo el 85% del valor medio de cada una de ellas, y en 2029 valdrán igual para cada región. Esto permitirá una transición más equilibrada para las explotaciones afectadas.
De igual modo, otra de las novedades, radica en que a partir de 60.000 euros y hasta 75.000 se reducirá el 25% de la ayuda básica, en el tramo de 75.000 a 90.000 euros se reducirá el 50%, entre 90.000 a 100.000 euros la reducción será del 85% y del 100%, lo que supere este último límite. No obstante, para el cálculo de las reducciones se podrán descontar los costes salariales.
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Este sistema tendrá un impacto «muy reducido» en la Comunidad, y menos aún tras haber conseguido que en las cooperativas, sociedades agrarias de transformación y explotaciones de titularidad compartida, el cálculo de la reducción se haga teniendo en cuenta el número de socios y no la entidad de forma individual, excluyéndose por tanto, en la práctica a estas entidades.
Ayudas por ecoesquemas
Las mayores exigencias medioambientales llegan recogidas en la denominada «condicionalidad reforzada», que es el conjunto de requisitos legales y buenas condiciones agrícolas y medioambientales, que serán necesarios cumplir para poder acceder a las ayudas de la nueva PAC. Unas exigencias que no tendrán compensación. Tras las propuestas de la región se ha sustituido la rotación anual de todas las parcelas por una diversificación de cultivos en la explotación, similar a la exigida actualmente para el pago verde, y con una rotación en parcela al cuarto año en vez de ser anual.
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Habrá ayudas por ecoesquemas para el uso de pastos en la ganadería, por la rotación de cultivos en secano y regadío y por dejar elementos improductivos en la explotación.
A petición de Castilla y León, la degresividad, o reducción de las ayudas a partir de un número de hectáreas determinado, sólo se aplicará si se supera la asignación financiera para estas medidas, 1.100 millones de euros al año para toda España.
Carnero también ha atribuido a la región la mejora en la negociación la situación de los jóvenes en la nueva PAC, siguiendo la importante apuesta que ya está desarrollando por ellos. Así se duplicará el valor actual unitario que perciben, pasando del 50% del importe medio de cada región productiva al 100%, y además se ha logrado incrementar el número de hectáreas por las que se recibirá esta ayuda, pasando de 90 a 100 hectáreas.
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Para las mujeres que se incorporan como jóvenes agriculturas, las ayudas se incrementarán un 15%.
Ayudas asociadas
Una de las principales líneas de trabajo de Castilla y León en la negociación han sido las ayudas asociadas a la producción por ir destinadas a sectores vulnerables, como son los de la ganadería. En este sentido, «el resultado ha sido muy positivo», pues se ha conseguido mantener las ayudas, destinadas a la ganadería de vacuno de leche y de carne, al ovino y caprino, a las proteaginosas y oleaginosas, al cultivo de la remolacha y a los frutos secos, además de eliminar la propuesta inicial que se había planteado de aplicar la degresividad, que suponía que a partir de un número de animales o de hectáreas el importe de la ayuda sería menor. «Castilla y León seguirá siendo la Comunidad Autónoma que más financiación percibirá por estas ayuds», matizó Carnero.
1.176 millones FEADER
En el Plan Estratégico se incluyen también las intervenciones territoriales que diseñan las Comunidades Autónomas y que sustituirán a los actuales Programas de Desarrollo Rural. Castilla y León ha incluido actuaciones para el periodo 2023 a 2027 por importe de 1.176 millones de euros.
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En ellas se tienen en cuenta las infraestructuras agrarias, que contarán con 205 millones de euros; las ayudas a zonas con limitaciones productivas, con 170 millones; las ayudas agroambientales, con 143 millones, además de inversiones en explotaciones agrarias e incorporación de jóvenes agricultores, apoyo a la industria agroalimentaria y forestal, la lucha contra incendios y la mejora de la biodiversidad y la metodología LEADER. Y destaca como novedad la incorporación de una nueva línea destinada a favorecer la sucesión de explotaciones envejecidas.
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