Un 'Ironman' con esclerosis múltiple

Esta no es la historia de un deportista. Se trata de la lucha de un hombre y su familia por superar una enfermedad. Luis Fernando Serrano tiene 40 años, mujer y dos hijos. Hace tiempo que se planteó un desafío: realizar un 'Ironman'. La prueba la disputará este domingo en Vitoria y consiste en nadar cuatro kilómetros, pedalear durante 180 y para terminar, correr un maratón: 42.195 metros. A las dificultades de la competición se añade un hándicap. Luis Fernando sufre esclerosis múltiple, una enfermedad que comparte con 47.000 personas en España y que es la primera causa de discapacidad sobrevenida en adultos jóvenes, ya que suele afectar a personas entre 20 y 45 años.

«Esta es una enfermedad degenerativa y no tenemos medicamentos que la mejore, te aconsejo que te quedes en casa en el sofá porque la fatiga es importante y te va a limitar». Estas fueron las duras palabras que oyó de su médico, según narra en una entrevista radiofónica.

Al contrarío de lo que le aconsejaron, se puso a hacer ejercicio. Cada día está más comprobado científicamente que el deporte es tremendamente bueno para el cerebro y sus enfermedades. Cambió de doctor y se empeñó en demostrar que la vida es un tema de elección. No ha podido borrar su afección, pero sí ha decidido de qué manera de afrontarla. Por que quedarse en casa, no iba a traerle nada malo pero seguramente, tampoco nada bueno.

Su mujer Ana ha sido un gran apoyo. «Al princio me decía que estaba loco, pero ahora tiene claro que la actividad física forma parte de mi tratamiento y que esto me está ayudando».

«El deporte ha mejorado mucho mi vida, pero a veces la parte izquierda de la pierna casi no la siento, tengo algunas dificultades respiratorias, me afecta mucho el calor y no puedo tener estrés», comenta el triatleta, que es, sobre todo, un luchador nato.

En Vitoria solo aspira a terminar aunque ha llevado una preparación notable sobre la carrera. «Llevo ocho meses entrenándome y he recorrido 2.000 kilómetros en bicicleta, 720 de carrera a pie y 130 kilómetros de natación». Todo una proeza.